Después de una larga lucha, la psicóloga Ana Estrada logro que el Poder Judicial reconozca su derecho democrático a optar por la eutanasia. Ana enfrentó los prejuicios de instituciones conservadoras que limitan enormemente la posibilidad que las personas puedan decidir sobre sus propias vidas.
Diana Solis Directora de arte y militante de la Corriente Socialista de las y los Trabajadores "CST"
Sábado 6 de marzo de 2021
Foto: Martín Mejía
En el Perú la muerte asistida o eutanasia está penada por hasta 3 años de cárcel para los médicos que la practiquen. Por esa razón, la decisión del 11° Juzgado Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lima (CSJL) es histórica y abre un camino de libertad para las personas que buscan una muerte digna.
Cuando Ana Estrada cumplió los 12 años le detectaron polimiositis. La polimiositis es una enfermedad inflamatoria poco frecuente que causa debilidad muscular, y, de ese modo, afecta ambos lados del cuerpo. Tener esta enfermedad dificulta la capacidad para moverse, respirar, en el caso de Ana, ella pasa más de 20 horas al día postrada en una cama. Su cuerpo está en un estado de dependencia constante.
Por esa razón, en enero del 2019 Ana emprende la lucha por el derecho a la eutanasia. Desde ese entonces, la discusión sobre este tema empieza a generar debates en la prensa y en diversos medios de comunicación.
En noviembre del 2019, la Defensoría del Pueblo asumió la defensa de Ana. Luego, en febrero del 2020, la Defensoría del Pueblo presentó ante la Corte Superior de Justicia de Lima una acción de amparo en la que solicita que el Estado Peruano, por primera vez, reconozca el derecho a una muerte en condiciones dignas, como ocurre en otros países.
La medida comprende a Essalud y a los Ministerios de Justicia y Salud. A finales del año pasado, el Poder Judicial notificó a la Defensoría del Pueblo informando que la audiencia judicial tendría lugar en enero del 2021. Hace algunos días atrás el 11° Juzgado Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lima (CSJL) dio el fallo a favor de Ana y su incansable lucha.
Para que la "muerte digna" sea un derecho efectivo es importante también apostar por luchar por una "vida digna" para todas las personas, como la salud y la educación, que son derechos básicos y fundamentales para todas y todos pero que, sin embargo, sólo pocos pueden acceder a ello. Actualmente, una "vida digna" es incompatible con la subsistencia de esta sociedad capitalista que pone las ganancias de unos pocos por delante de la vida de las mayorías.
Es importante destacar que luchas como la de Ana Estrada, abren la posibilidad de obtener conquistas sociales importantes que nos permiten avanzar de mejor manera en la perspectiva de cambiar el sistema en su conjunto.
Cabe mencionar también que estas importantes victorias democráticas confrontan a los sectores más reaccionarios y conservadores de la política nacional y sus líderes como Keiko Fujimori o Rafael López de Aliaga, quienes se opusieron a la decisión 11° Juzgado Constitucional, ya que para ellos la lucha por la autonomía de nuestros cuerpos no es relevante por eso no está en sus agendas políticas, con lo cual contribuyen a seguir perpetuando la vulneración de los derechos humanos y sobre todo la imposición de una agenda conservadora y religiosa.