A más de 50 días del comienzo, las y los maestros peruanos continúan en huelga indefinida y movilizados contra las políticas de ajuste de Pedro Pablo Kuczynski.
Martes 8 de agosto de 2017 20:13
Foto: SUTEP - regiones
A pesar de la represión y de la campaña de desprestigio montada por el gobierno, miles de docentes de educación básica regular de casi todas las regiones del Perú vienen desarrollando una huelga indefinida que ya lleva más de 50 días. Sus principales exigencias pasan por el incremento salarial y porque se derogue la evaluación docente que este año tenía pensado aplicar el ministerio de Educación.
A fines del año pasado, la bancada parlamentaria oficialista de la mano del fujimorismo, aprobaron congelar el presupuesto público para la educación y la salud. A ello se debe que este año los docentes mantengan sueldos muy por debajo de la canasta básica familiar. Para el gobierno neoliberal de PPK los más de 380 mil maestros nombrados, al parecer, significan un pesado lastre, por eso buscaría sacarlos de carrera a través de las evaluaciones punitivas, cuyos resultados pretenderían ser usados como pretexto para despedir a los profesores que no aprueben.
Crónica de una lucha en curso
Los primeros en iniciar la medida de fuerza fueron los docentes del Cusco, quienes, agrupados en torno a su sindicato regional (SUTER Cusco), el 15 de junio daban inicio a su huelga indefinida, la cual tuvo mucha acogida a nivel social, incluso los padres de familia y los mismos estudiantes se manifestaron en diferentes oportunidades a favor de los maestros. El eje central de esta acción fue el incremento salarial.
El 12 de julio, el otro sector del Sindicato de Trabajadores de la Educación SUTE, antagónico al que es dirigido por el Consejo Ejecutivo Nacional (CEN) que controla el Partido Comunista Patria Roja, también inicia una huelga indefinida, la cual tiene alcance nacional. Sin desconocer las demandas económicas y salaries de los docentes de Cusco, este sector centró su atención en el rechazo a la evaluación docente, que como ya se dijo, busca justificar los despidos masivos del profesorado.
Para no quedar fuera de este proceso, el sector gremial vinculado a Patria Roja convocó también a un paro regional pero solo de 24 horas para el 13 de julio. Como consecuencia de ello, se reunieron con la ministra de educación Marilú Martens y firmaron un acta a través de la cual llamaron al resto de profesores a levantar la huelga. Esta acta, que manifiesta palmariamente el acuerdo entre Patria Roja y el gobierno, tenía por objetivo dividir y por tanto debilitar la lucha docente. Muy a pesar de los firmantes; esto no se logró.
Cabe mencionar que el CEN controlado por Patria Roja es la instancia gremial que actualmente goza del reconocimiento oficial por parte del Estado, a pesar de ya no tener la legitimidad necesaria para cumplir esta función.
El gobierno y Patria Roja golpean juntos
Kuczynski y sus ministros han apelado a la represión y a la descalificación de la lucha docente. Por eso, en diferentes oportunidades las fuerzas policiales arremetieron brutalmente contra los maestros cusqueños y de otras regiones del país, lo cual costó muchos heridos y muchas detenciones. A ello también se debió la declaratoria de estado de emergencia en Cusco y Puno.
Sumado a esto, el gobierno viene realizando una millonaria campaña mediática que busca relacionar a los docentes en huelga, con organizaciones que tendrían cercanía a Sendero Luminoso como es el caso de MOVADEF, o a la casi extinta facción maoísta autodenominada Puka Llacta, a la cual no se le conoce a la fecha ningún proyecto político nacional.
A estas medidas de desprestigio a los docentes, se han sumado los dirigentes del CEN, así como dirigentes políticos nacionales y muchos militantes de base de Patria Roja. No es la primera vez que este partido recurre a este recurso de acusar, a quienes les disputan la hegemonía de la dirección del movimiento magisterial, de estar vinculados al “terrorismo”. Ahora lo hacen jugando descaradamente en pared con el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, como claramente quedó demostrado cuando el pasado 6 de agosto, el ministro del Interior Carlos Basombrio fue enfático en señalar que ellos solo negociaran con el desprestigiado e irrepresentativo CEN y que si los huelguistas querían ser escuchados por el ejecutivo que “vayan al SUTEP (de patria) y ganen ahí sus elecciones”.
Esto se debe a que Patria Roja es una de las organizaciones de la izquierda peruana más asimiladas a la institucionalidad burguesa, por eso, cuando se dan grandes conflictos sociales como el actual, ellos siempre terminan pegados a los sectores conservadores. La razón de fondo tiene que ver con su concepción y su práctica reformista, la cual los ha llevado a administrar desde 1984, con la venia del Estado y de los diferentes gobiernos de turno, una institución previsional para maestros llamada Derrama Magisterial la cual, de manera obligatoria y amparada en la ley, les descuenta a los más de 380 mil docentes nombrados la suma de 21 soles mensuales (8 dólares), lo que sumado al mes da la cantidad de casi 8 millones de soles (2 y medio millones de dólares) mensuales que esta organización administra y usufructúa, sin rendir cuentas a los cotizantes que en la mayoría de los casos se ven obligados a subsistir con salarios que apenas llegan a los 1,200 soles (400 dólares aproximadamente).
Lo que se viene
La semana pasada, miles de docentes de diversas regiones marcharon a Lima, en lo que se denominó la marcha de los Amautas (que en quechua quiere decir maestros), la cual conmocionó la capital de la república y concluyó en un masivo mitin que llenó la histórica plaza San Martin.
A pesar que después de muchos años no se veía una acción de masas de esta magnitud, el gobierno no viabilizó las demandas de los maestros, sino más bien firmó una acta con los presidentes regionales en la cual se conmina a los docentes para que este lunes 7 de agosto reinicien sus labores o de lo contrario serán sancionados con despidos y descuentos. A estas muestras de hostilidad, se suman las declaraciones del ministro Basombrio quien amenazó con denunciar por terrorismo a los dirigentes de la huelga. A pesar de ello, el comité de lucha nacional ha anunciado que la huelga continua y que no levantarán la medida de fuerza hasta que el gobierno de un paso atrás en relación a la evaluación punitiva.
Esta negativa del gobierno, así como la campaña de desprestigio a la lucha docente, hasta ahora no ha logrado su objetivo que era descalificarlos ante el resto de la sociedad para aislarlos, dividirlos y derrotarlos. Todo lo contrario, diversos gremios de trabajadores como los sindicatos de trabajadores mineros de Cerro Verde y la Southern han hecho llegar sus muestras de solidaridad con la lucha docente, a los cuales se han sumado algunos parlamentarios del grupo presidido por el ex sacerdote Marco Arana a quienes se les vio participando en la última marcha de los amautas, incluso, la conciliadora dirección de la CGTP ha emitido un pronunciamiento donde saluda la huelga magisterial. Ello contrasta con el silencio cómplice de la bancada de la agrupación nuevo Perú, que lidera Verónika Mendoza, quienes junto a su lideresa hasta ahora no se pronuncian sobre este tema.
Para el lunes 7 de agosto estaban anunciadas nuevas negociaciones con el ejecutivo, mientras tanto, los docentes en sus bases redoblan esfuerzos para asegurar la efectividad de la huelga. Esta experiencia de lucha, definitivamente les está cambiando la vida a miles de docentes de todo el Perú. Ellos van tomando conciencia que se enfrentan a un gobierno al cual no le interesa la educación y a una burocracia sindical como la de Patria Roja que irá hasta donde tenga que ir para no perder sus privilegios de casta al servicio de los gobiernos de turno y del Estado burgués. Pero también les va quedando claro que, para hacerse escuchar solo les queda la organización y la lucha.
Queda rodear de la más amplia solidaridad a la lucha de las y los maestros y abrir en los centros de estudio y de trabajo donde nos toque estar, espacios de discusión para analizar la problemática docente, comprometiendo así a otros sectores.