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Red Internacional
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Diario del juicio. Ana María Caracoche: "Mis hijos fueron un botín de guerra de la dictadura"

Desde Brasil, declaró en el juicio por los crímenes cometidos en los centros clandestinos de Quilmes, Banfield y Lanús. Su secuestro, el de sus hijos y la lucha por su restitución. La historia de una vida, la historia de los 30.000

Valeria Jasper

Valeria Jasper @ValeriaMachluk

Viernes 24 de diciembre de 2021 14:35

Ana María Caracoche. Imagen: captura de transmisión

"Buen día a todos, todas y todes. Tengo 75 años, cuatro hijos y siete nietos y vivo en Brasil. La historia de mi vida con la dictadura militar comienza cuando fui detenida, secuestrada y desaparecida, torturada y ex detenida desaparecida ". Así se presentó Ana María Caracoche frente a los integrantes Tribunal Oral Federal N°1 de La Plata, para dar testimonio en el juicio que se lleva a cabo por los crímenes cometidos en los Pozos de Quilmes, Banfield y Lanús.

Ana María Caracoche y Juan Oscar Gatica eran oriundos de Mercedes, localidad de la provincia de Buenos Aires. Ella militaba en el ámbito de la educación y la cultura de la Juventud Peronista; él en el área sindical de la organización Montoneros.

Ana María relató el secuestro y desaparición de su hija María Eugenia Gatica Caracoche de 1 año y 4 meses. Fue en marzo de 1977 cuando la secuestraron junto al matrimonio Abdala y su hijo Sabino, en el barrio platense de Los Hornos.

Seguí la cobertura del juicio en La Izquierda Diario

"Un mes después me secuestran a mí, en abril de 1977, en la ciudad de Berisso, cuando estaba con mi hijo Felipe de 4 meses. Para secuestrarme me quebraron un brazo y así me llevaron hasta La Cacha", relató la mujer quien detalló que ya en ese lugar fue "torturada en el brazo roto y en las piernas". La patota que los secuestró pertenecía al Ejército.

"Nadie imagina lo terribles que son las condiciones de detención cuando uno pierde la libertad; sólo el que pierde la libertad sabe lo que eso significa", remarcó entre palabras entrelazadas entre el castellano y el portugués.

Luego fue trasladada luego al Pozo de Banfield donde compartió celda con Cristina Marroco. Durante las salidas a un patio pudo conversar con otras mujeres detenidas cuyos nombres enumeró ante el Tribunal: "Vi a Adriana Calvo con su hijita Teresita, a Silvia Vaencia, Cristina Navajas, Alicia D´Ambra, María Garín y Eloísa Castellini, que creo tuvo un hijo en el piso de la celda".

Luego de ser liberada, inició la búsqueda de sus hijos María Eugenia y Felipe.

"Los chicos eran botín de guerra de la dictadura, eso quedó claro desde el comienzo", dijo Ana María, al tiempo que relataba su vida en la clandestinidad hasta 1980 y lograr luego el exilio a Brasil junto a Oscar y su pequeña hija María Paz de 4 meses.

A través de contactos con organismos internacionales pudieron reunirse con Estela Carlotto y Chicha Mariani y comenzar la búsqueda de los niños junto a Abuelas de Plaza de Mayo.

En junio de 1984 Ana María viajó a Argentina y pudo hablar con la vecina que había cuidado de Felipe cuando la secuestraron. Supo que había sido entregado a una familia. Desde Abuelas lograron localizarlo y en septiembre de ese año, Felipe fue uno de los primeros niños restituidos teniendo ambos padres vivos.

"Felipe desapareció con 4 meses y volvió con 8 años. Cuando vuelven a la familia eso es un momento que no se puede explicar, es un reconocimiento profundo. Felipe venía, me abrazaba, me apretaba y pasaba su cabeza por mi pecho. Eso es encontrar la identidad. Por eso digo a aquellos que perdieron la identidad que no tengan miedo en conocer su verdadera historia", relató a puro emoción.

Conferencia del matrimonio Gatica Caracoche junto a Abuelas de Plaza de Mayo. Imagen: Fondo Agencia de Noticias
Conferencia del matrimonio Gatica Caracoche junto a Abuelas de Plaza de Mayo. Imagen: Fondo Agencia de Noticias

No ocurrió lo mismo con María Eugenia. "Entre todas las fotos que llegaban a diario a Abuelas, un día encontré una que me dijo que era ella", contó Ana María. María Eugenia había sido inscripta como hija de un comisario de la policía bonaerense y recién pudo ser restituida en septiembre de 1985 con 9 años, luego de la realización de los análisis de histocompatibilidad y una fuga del policía.

Hacia el final de su testimonio, la dulce y tenaz voz de Ana María dejó estas palabras: "La historia de vida que conté aquí es una historia rescatada de la memoria y es muy difícil de hacer. Mi testimonio, para la historia de Latinoamérica es un punto en un libro pero para mi es toda mi vida. Decir la verdad no es venganza, es justicia. Por los 30 mil desaparecidos que están presentes, por Oscar Gatica que esta presente".

También se oyeron los testimonios de Eduardo, Ricardo y Gerardo D´Ambra, hermanos de Carlos y Alicia, militantes del PRT-ERP quienes fueron secuestrados y desaparecidos en la última dictadura militar. Alicia fue vista en el Pozo de Banfield y otros centros como Automotores Orletti. Su hermano Carlos, secuestrado en Córdoba, fue visto en La Ribera y La Perla.

"Acá tendrían que estar nuestros padres, ya fallecidos, que son quienes iniciaron las averiguaciones y hablaron por todos lados para encontrar a Carlos y a Alicia", destacó Eduardo en referencia a las décadas transcurridas sobre los hechos y la iniciación de los juicios. Santiago Eduardo D´Ambra y Emilia Ofelia Villares- más conocida como Emi D´Ambra- fueron grandes luchadores por los derechos humanos en la provincia de Córdoba.

Eduardo D´Ambra. Imagen: captura de transmisión
Eduardo D´Ambra. Imagen: captura de transmisión

"Recuerdo la canción Honrar la vida y puedo decir que mis dos hermanos, en los pocos años que vivieron, honraron la vida, lo hicieron y tuvieron que vivir el atropello indecible por parte del Estado", dijo Eduardo D´Ambra.