La presidenta golpista de Bolivia, Jeanine Áñez, dio una breve conferencia de prensa el domingo por la noche en la que anunció la promulgación de la ley para realizar las elecciones presidenciales el próximo 6 de septiembre. Enfatizó que lo hace por “presiones políticas” y señaló que el MAS y Carlos Mesa deben “asumir con valentía” su responsabilidad por lo que pueda suceder.
Lunes 22 de junio de 2020 10:00
En la noche de este domingo, Jeanine Áñez anunció en conferencia de prensa que debido "a las presiones políticas" que recibió de parte del MAS y de Carlos Mesa de Comunidad Ciudadana, y luego de una reunión con el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), tuvo que promulgar la ley para fijar las elecciones presidenciales para el 6 de septiembre.
En la breve conferencia de prensa aseveró que el MAS y Carlos Mesa deben asumir su responsabilidad “con valentía” frente a los riesgos de llevar adelante elecciones en medio de la pandemia.
Recordemos que hace un par de días la Central Obrera Boliviana (COB) y la Federación de Mineros (FSTMB) junto a otras organizaciones sociales, mediante una conferencia de prensa, dieron un ultimátum a Áñez para que promulgue la ley o caso contrario iba a tener que enfrentar una convulsión social. Hay que decir que si las burocracias sindicales, mineras y de los movimientos sociales salieron con este ultimátun es porque hay mucha presión desde abajo.
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En la misma línea, sectores del bloque golpista como Carlos Mesa, que salió segundo en las elecciones del 20 de octubre de 2019, se sumó a la exigencia de elecciones rechazando los intentos de prorroguismo por parte de Áñez.
Para el Gobierno golpista ya era insostenible mantener su argumento de “que la salud de los bolivianos está primero” porque objetivamente hemos visto que la cuarentena se está rompiendo por todos lados. En el país desde el inicio de este mes se impuso la modalidad de cuarentena dinámica tras más de 70 días de una cuarentena dura y militarizada, que obligó al Gobierno a alivianar la medida ante el riesgo de una explosión social. La desesperación provocada por el hambre y la necesidad de trabajar de cientos de miles de familias que viven del día a día hacía explosiva la situación como lo evidenciaron decenas de puntos de bloqueo y movilizaciones espontáneas que se venían desarrollando antes de que flexibilicen la cuarentena.
Por otro lado, con la cuarentena flexible ha quedado claro que una jornada electoral provocaría menos aglomeración en las calles de lo que hemos visto todos estos días. Esta constatación es un hecho más que no contribuía al discurso de los golpistas de querer precautelar la salud.
El escenario está abierto. Aunque Áñez se vio obligada a convocar a elecciones la fluidez con la que se vienen desarrollando los acontecimientos, en medio de un escenario de profunda crisis no solo socio-sanitaria sino también política y económica, hacen que nada pueda ser seguro y que todo pueda pasar según como se vaya desallorrando la lucha de clases.