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Red Internacional
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Antofagasta. Ante el colapso sanitario: Impuesto a las grandes ganancias para fortalecer la trazabilidad

Antofagasta vive uno de los momentos más críticos de la crisis sanitaria, con colapso hospitalario, agobio laboral y los niveles más bajos de trazabilidad a nivel nacional. Ante esto, es urgente un plan de impuestos a las grandes fortunas para financiar un plan de emergencia para la salud, que contemple entre otras medidas un plan de trazabilidad para prevenir y controlar los contagios.

Domingo 24 de enero de 2021

Las últimas semanas han estado marcadas por la crítica situación que atraviesa la región de Antofagasta que aumentó dramáticamente los contagios SARS-CoV-2 , generando un gran agobio en el personal de salud y el colapso del sistema público y privado de salud, donde tanto el Hospital Regional de Antofagasta como también la clínica BUPA y La Portada tienen un 100% de ocupación de sus camas críticas, viéndose en la necesidad de trasladar pacientes a otras regiones para descongestionar el principal centro de salud de la macrozona norte que corresponde precisamente al Hospital Regional de Antofagasta.

Sin embargo, la crisis sanitaria y de salud no solo se remite a la ocupación de las camas críticas y la atención hospitalaria de los casos más graves, sino que también al nivel primario de atención donde la trazabilidad ha bajado considerablemente. Según datos del informe de la estrategia de Testeo, Trazabilidad y Aislamiento que entregó el MINSAL, la región que en meses anteriores registraba cifras superiores al 90% descendió a un 67,7% de efectividad en la pesquisa de los contactos estrechos de los casos positivos durante la semana del 9 al 15 de enero. Es decir, durante esta semana, de 1.747 casos positivos sólo fue posible investigar a 1.182 casos durante las primeras 48 horas. Alcanzando los niveles de trazabilidad más bajos del país.

Por un lado, estas alarmantes cifras pueden explicarse por el retraso de entrega de los resultados de los exámenes PCR al existir un aumento de su demanda, que en algunos casos son informados luego de 72 horas por los laboratorios. Sin embargo, el problema no sólo es de tiempos, sino de una salud precarizada, con personal sobrecargado, y también con un déficit importante de personal, ejemplo claro de esto es que el personal del Hospital Militar, así como también de algunos CESFAM ha sido reclutado para apoyar en el manejo de los pacientes hospitalizados, dejando en desmedro la atención primaria y el importante rol que cumple la trazabilidad, además de una mayor precarización para la atención de pacientes crónicos que se atienden en estos recintos de salud.

En medio de esta crisis sanitaria, con colapso del Hospital e incapacidad para abrir nuevas camas críticas, la trazabilidad se torna una estrategia fundamental para contener en primera instancia la propagación del virus y disminuir el número de contagios. Lo que se vuelve aún más contradictorio cuando vemos el precario aumento del presupuesto para la atención primaria en Antofagasta, que fue de apenas $160 pesos per cápita, demostrando que la estrategia desarrollada por el Gobierno Central, la Seremi de Salud y la Corporación Municipal de Desarrollo Social es completamente insuficiente para esta labor, y las cifras del testeo, trazabilidad y aislamiento son evidentes en este sentido.

Fortalecer la estrategia de trazabilidad implica inyectar fondos para ampliar la contratación de funcionarios, algo totalmente viable si vemos que existe un 12% de desocupación como producto de los despidos y suspensiones de este último año. Junto con esto es necesario ampliar la capacidad de residencia sanitarias que permitan un correcto aislamiento y que estos servicios sean sin pago para los empresarios hoteleros. Más aún cuando hemos visto que el gobierno ha destinado presupuestos millonarios a residencias que nunca fueron ocupadas, o sea, obtuvieron ganancias a costa de la crisis y sin prestar servicios.

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Estas medidas sanitarias deben ir de la mano con un fuerte paquete de medidas sociales, que contemplen sueldos de emergencia equivalentes a la canasta familiar para todos los trabajadores cesantes, cuentapropistas o con trabajo informal. Por otro lado, la actividad productiva, tanto de la minería, el puerto y la industria, que posibilitan mayores contagios por medio de la movilidad de personal debe ser evaluada por sus trabajadores y la comunidad para paralizar todas las actividades que no sean realmente esenciales, sin permitir ningún despido y que cuenten con sueldos pagados integralmente para lograr contener los contagios.

Para llevar adelante estas medidas urgentes se necesitan recursos y hemos visto que plata hay. Hoy la minería tiene enormes ganancias, con un precio del cobre de los más altos en los últimos 8 años, pero todas estas ganancias se van a los bolsillos de empresarios nacionales y extranjeros, como el grupo Luksic o BHP. Por lo mismo es urgente un impuesto extraordinario a estas grandes ganancias, para financiar un plan de emergencia, y que los recursos existentes dejen de ser saqueados por empresarios para que estén al servicio del pueblo y sus necesidades financiando un plan de emergencia que contemple el fortalecimiento de la trazabilidad para disminuir el contagio.