Ante el aumento exponencial de infectados en la provincia y el índice de contagio mas alto del país entre el personal de la salud, reproducimos la declaración de la agrupación de trabajadores de la sanidad Salud desde las Bases de Tucumán.
Miércoles 9 de septiembre de 2020 16:43
Ya van 5 meses de iniciada la cuarentena luego de que la OMS declarara la pandemia del COVID-19. Un virus que se caracteriza por su rápida propagación y que ya se ha cobrado la vida de más de 890.000 personas en todo el Mundo. En nuestro país los contagios por día siguen aumentando y ya somos el 10⁰ país con más contagios diarios del planeta.
En Tucumán, a pocos días de haber entrado en fase 3 la curva exponencial de contagios crece de forma alarmante, con un tiempo de duplicación de casos menor a 7 días, cuando en CABA, Buenos Aires y Jujuy la tasa de duplicación de casos son de 55, 33 y 21 días respectivamente. El porcentaje de trabajadores de la salud infectados superó el 11% del total de infectados al finalizar la semana epidemiológica N° 34, un valor por encima de la media nacional. En una semana pasamos de tener 66 a 356 trabajadores infectados.
A diferencia de los hospitales cabeceras de COVID como el Centro de Salud y el hospital Eva Perón, los hospitales principales fueron improvisando medidas para la atención de estos pacientes desde fines de agosto ante la incontrolable Circulación Comunitaria. A pesar de los 5 meses de tiempo previo a esta etapa, los recursos fueron destinados a los hospitales COVID, relegando los otros hospitales donde las y los trabajadores de la salud estamos más desprotegidos, con EPP insuficientes y de mala calidad.
A eso se le suma que debemos mendigar un hisopado para salir de la incertidumbre de no saber si estamos o no contagiados; cuando los mismos deberían ser periódicos para todo el personal. En todos los hospitales hay trabajadores infectadxs o aisladxs; situación que ha aumentado la posibilidad de contagio de lxs que se encuentran en sus puestos de trabajo sobre-exigidos para garantizar la atención. Tampoco tenemos espacios seguros dónde podamos descansar un poco o alimentarnos, ya que los que existen son pequeños y el hacinamiento aumenta la posibilidad de contagio.
Por otro lado, pacientes con obras sociales y diferentes seguros de salud son rechazados por la medicina privada. Ante la necesidad y la urgencia son internados en los hospitales públicos, porque en las clínicas o sanatorios les solicitan depósitos de hasta 70.000 pesos para internar las personas con COVID-19. Sin embargo hay algunos sanatorios que, recién a fines de agosto, comenzaron a acondicionar pisos para la atención de estos pacientes. Si tienen PAMI y COVID-19 la situación es similar, ya que los sanatorios privados hacen todo lo posible para negarles la internación. Si a esta situación se la combina con la posibilidad de que una gran cantidad de los cientos de miles de trabajadores que no tiene obra social (debido al trabajo informal) se infecte, iríamos un escenario mucho más crítico.
Pero la realidad que hoy nos conmueve no depende exclusivamente de la biología y la agresión del virus, sino también de la política gubernamental en la planificación sanitaria y de los recursos ante la pandemia. La estrategia del gobierno no fue la de fortalecer las medidas preventivas para evitar la diseminación del virus como lo son los testeos masivos, sino la de poner el acento en la responsabilidad individual de las personas, la creación de consultorios de "Febriles respiratorios" y los precarios hospitales de campaña. Medidas que no solo mostraron una subestimación de la pandemia, sino que además intentó "maquillar" la precariedad de todo el sistema público de salud.
Esto se tradujo en una improvisación permanente en todos los hospitales y CAPS, demostrando la inconsistencia e ineficacia de este "plan". Desde la oposición de derecha de Bussi y Cambiemos pasaron de plegarse al gobierno, a participar de las movilizaciones en contra de la cuarentena.
Durante los 6 meses de cuarentena, el gobierno a través de los medios y redes sociales enviaba el mensaje público de que el manejo de la pandemia era eficaz y tardó en declarar la circulación comunitaria del virus. Pero lo que fue más preocupante es que no hubo una preparación del sistema para esta fase. En otras provincias la ocupación de camas está llegando al límite y nada asegura que en la nuestra no suceda lo mismo en poco tiempo.
Desde el comienzo de la pandemia en nuestro país, nuestra agrupación Salud desde las Bases y el Frente de Izquierda plantearon una serie de medidas sanitarias para enfrentar la pandemia:
Testeos Masivos: planteamos el testeo a toda la red de contactos de los casos importados y estrechos para que el aislamiento sea efectivo; para ello es necesario aumentar los recursos físicos, humanos y financieros para que el laboratorio de Salud Pública no se sobrecargue y demoren tanto los resultados como sucede actualmente. El testeo para lxs trabajadores de la salud deben periódicos.
Centralización del sistema de salud: el 65% de los establecimientos con capacidad de internación en Tucumán pertenecen al sector privado; entre los 4 principales Sanatorios de la ciudad tienen una sumatoria de 115 camas de terapia intensiva, en contraste con los dos hospitales COVID-19 de cabecera que tienen 35 y que puede expandirse a 60 si se tienen en cuenta los otros hospitales; ante esta crisis se requiere equidad de acceso, por eso sostenemos que la centralización operativa del sistema de salud para que las personas puedan acceder a la atención que necesiten.
Aumento de trabajadores, pase a planta de todos los precarizados y reparto de las horas de trabajo: en la salud abunda el trabajo precarizado a través de cooperativas y contratos a término, y también tenemos una escala salarial congelada. Además la mayoría de lxs trabajadores tienen que trabajar en distintos lugares para poder sostener a sus familias, lo que aumenta la posibilidad de contagio y transmisión en los mismos. La centralización también serviría para evitar el pluriempleo en el sector y repartir las horas de trabajo asignando a cada trabajador/a un lugar de trabajo manteniendo el mismo nivel de ingreso económico al percibido antes de la pandemia.
Licencias para lxs compañerxs con factores de riesgo: Sabemos que el COVID-19 tiene una mayor mortalidad en las personas con factores de riesgo, por eso queremos que nuestrxs compañerxs que tengan enfermedades de base o comorbilidades que aumenten su riesgo puedan estar en sus casas.
Comisiones de seguridad e higiene: formada por delegados de cada sector de trabajo o servicio, que debata los problemas y establezca las soluciones pertinentes para disminuir la probabilidad de contagios en lxs trabajadores, elaborando protocolos de atención en cada institución y controle la disponibilidad de los equipos de protección (EPP) en cantidad y calidad.
Pero en todos estos meses no fuimos escuchados, a pesar de que hoy esas propuestas son más urgentes que nunca. Por eso es necesario que los gremios impulsen éstas medidas, porque son los que tienen la fuerza para desarrollarlas.
Interpelamos a la dirección del SiTAS que se ponga a la cabeza de organizar comités de higiene y seguridad democráticos independientemente de la afiliación gremial y del gobierno en cada uno de los hospitales de la provincia; que exijan y llame a Asambleas de todos los trabajadores de la salud de la provincia para votar un plan de lucha por la centralización operativa del sistema de salud, la desprecarización y el reparto de las horas de trabajo. Llamamos a lxs compañerxs afiliados de ATSA a que le exijan medidas la dirección de Rene Ramírez, quién hoy forma parte del gobierno responsable en gran medida de esta crisis. Los convocamos a impulsen asambleas democráticas en todos los hospitales y participen en los Comités de Higiene y Seguridad.
En el marco de esta dura realidad que vivimos, donde vemos compañeros, familiares y amigos contagiarse, nos tenemos que proponer transformarla en organización. Te invitamos a que te sumes a Salud desde las Bases, porque estamos convencidos de que estas medidas podrían ayudar no solo al conjunto de lxs trabajadores de la salud, sino también a toda la población. Por eso, te llamamos a que impulsemos y desarrollemos asambleas de base, comisiones de seguridad e higiene en nuestros lugares de trabajo.
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