El ministerio de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires cuenta con cerca de 2000 trabajadores, entre aquellos que hacen limpieza y mantenimiento, administrativos, técnicos y profesionales como trabajadores sociales, psicólogos, arquitectos, médicos, odontólogos, nutricionistas, periodistas, etc. Cuenta además con una plantilla envidiable de trabajadores de la construcción como albañiles, plomeros, electricistas, techistas, etc.
Miércoles 5 de noviembre de 2014
Ninguno ha sido convocado ante la terrible situación por la que están pasando miles de familias inundadas en los distintos municipios. El que sí recorre la zona, para la foto, es el ministro Eduardo Aparicio que dice que “Dios es justo” y que “de arriba nos mira a todos por igual”. Una verdadera vergüenza.
Nuevamente los depósitos del ministerio destinados al acopio de agua, cochones, frazadas, zapatillas, alimentos para hacer frente rápidamente ante la emergencia, se encontraban vacios. Recién por la tarde del lunes 3 empezaron a descargarse unas 5000 frazadas y 6000 pares de zapatillas.
Siete años de gestión Scioli, cuatro ministros, cero respuestas.
Todos ellos han decidido que la prioridad en la provincia no sean los programas sociales, no sea la asistencia ante la emergencia.
Los Programas Sociales se han ido vaciando. Con un presupuesto que baja cada año (en términos porcentuales) los programas que son de ejecución mecánica como pago de becas o planes, se recortan o se pagan con atrasos de muchos meses. Otros dejan directamente de funcionar. La tarea técnica de seguimiento y asistencia a familias, organizaciones y municipios, perdió valor para las diferentes (y la misma a la vez) gestiones.
Ya no se reúne a las familias, a los referentes de las organizaciones ni a los técnicos municipales. No se planifica, no se orienta, no se discute, no se proyecta, no se mide, no se capacita, no se entregan recursos…. Solo, en algunos casos, se escucha.
2012, 2013, 2014… mientras crece la magnitud de las emergencias Desarrollo Social profundiza su vaciamiento.
5 de abril de 2012. Un temporal azota varios distritos del conurbano bonaerense y CABA. Se cuentan unas 15 víctimas fatales y miles de familias con necesidades de todo tipo. El depósito de Desarrollo Social contaba con pan dulces y garrapiñadas sobrantes de fin de año. Esos pan dulce y garrapiñadas es lo que se entrega a organizaciones y municipios que solicitan asistencia. Ningún trabajador en convocado para salir a terreno.
2 y 3 de abril de 2013. La Plata vive la peor tragedia social de su historia. Se inunda el 50% de la ciudad y mueren más de 89 personas. El miércoles 3 por la tarde los delegados de los trabajadores van a los depósitos del organismo, encuentran que había unos 30 colchones y algunos pack de agua. Nada. El día 4 el ministerio amanece cerrado, los trabajadores junto a los delegados de ATE se juntan y hacen asamblea en la vereda. Empiezan a llegar familias que vagaban por la ciudad, con lo puesto, que habían perdido todo. La asamblea decide abrir el ministerio y organizar la atención, derivando a los centros de ayuda que se iban organizando solidariamente. Durante días los funcionarios no dieron la cara. Algunos directores iban y venían al Comité de Crisis comandado por Casal, Berni y Bruera. No hubo ni un lineamiento de trabajo, no se convoco para salir a terreno a los cientos de profesionales y técnicos del ministerio. No se asistió a los propios trabajadores damnificados. Las calles de La Plata fueron plagadas de gendarmes. Berni y su fuerza de choque coparon los depósitos de Desarrollo Social, las calles y cada uno de los centros de asistencia organizados por los vecinos. Las paredes de la ciudad amanecían con grafitis que decían “solidarios los de abajo, responsables los de arriba”.
2015. Con el presupuesto de ajuste y mano dura de Scioli, Desarrollo Social estará de remate?
El presupuesto 2015 de Scioli que será votado por el FpV pero también por el FR, el FAP, la UCR, Unión PRO y del que solo anticiparon su total rechazo los legisladores Christian Castillo (PTS-FIT), Rita Liempe (UP) y Juan Cocino (FAP), profundiza las tendencias al vaciamiento de Desarrollo Social así como de Infraestructura, Educación y Salud Pública.
Mientras ya se habla de una inflación del 40% anual, la partida para Infraestructura aumenta el 22%, Salud y Educación el 28% y Desarrollo Social el 30%. Eso si, habrá más palos para quienes quieran salir a pelear por mejorar sus condiciones de vida y trabajo: el presupuesto para seguridad aumenta un 66%.
El 11% del presupuesto irá al pago de deuda mientras crece la deuda con los millones de habitantes de la provincia que tienen un empleo precario, o que no lo tienen; que cobran un salario por debajo de la canasta familiar o no cobran nada; con quienes viven hacinados y en condiciones de precariedad o viven en la calle; con quienes comen poco todos los días o comen salteado; con quienes no pueden ir a la escuela o van de vez en cuando porque su escuela se inunda, se llueve, no tiene estufas, no tiene agua.
Para que cada temporal o situación de emergencia no se transforme en una tragedia social es necesario que se hagan las obras hídricas e hidráulicas propuestas por los especialistas de la universidad, dar respuesta al millón de familias en situación de emergencia habitacional y desarrollar verdaderos planes de contingencia social. Para que esto suceda hay que dejar de pagar la deuda, cobrar impuestos a las grandes fortunas y las grandes propiedades del campo y la ciudad, y aumentar los presupuestos de Infraestructura, Desarrollo Social, Salud y Educación.