Las noticias sobre los asesinatos homófobos y abusos de varias personas LGTBI en Bilbao han generado una gran conmoción. Más que nunca es necesario luchar contra la homofobia y los discursos de odio.
Martes 10 de mayo de 2022
Las últimas semanas han resultado trágicas para el colectivo LGTB, al conocerse una serie de asesinatos homófobos. Según informa la prensa, el sospechoso de los hechos se citaba con diferentes hombres en sus domicilios a través de una conocida app de citas para personas del colectivo. Tras llegar al domicilio de las victimas les aplicaba sustancias estupefacientes y robaba su información bancaria para sustraer sus ahorros, acto seguido asesinaba a las víctimas.
Ya hay un total de ocho asesinatos, atribuidos a un hombre de unos 24 años, pero las fuerzas policiales de la zona han informado que podrían serle atribuidos otros cuatro casos en circunstancias similares. Se ha detenido al principal sospechoso, mientras familiares y amigos de las víctimas exigen justicia, al igual que se hace desde diferentes colectivos de la comunidad LGTBI.
Pero esto nos genera una reflexión importante: ¿cuál es la forma de terminar con los crecientes casos de homofobia, como estos de Bilbao o el caso de Samuel en junio del año pasado? ¿Es posible que la vía del punitivismo ofrezca una solución a la homofobia que crece bajo el impulso de la extrema derecha? No creemos que la solución vaya a venir de la policía homófoba y racista, ni de esta justicia patriarcal.
Para el Observatorio Vasco LGTB+ estas agresiones “son sólo un símbolo, la punta llamativa de un iceberg, como ya lo han ido poniendo de manifiesto los datos en ascenso sobre incidentes y delitos de odio cometidos durante los pasados años, en especial en 2021".
Efectivamente estas agresiones no son otra cosa que una expresión concreta de la LGTBIfobia que va en aumento. Este aumento de los ataques al colectivo LGTB+ se ve reforzado por los discursos de la extrema derecha y la derecha “clásica”. Y mientras desde el gobierno progresista se hacen discursos contra la homofobia, no se toman medidas de fondo que puedan contrarrestar las campañas de odio de la extrema derecha. Lo más urgente sería comenzar por implementar la educación sexual y en diversidad sexual LGTBI en todos los niveles educativos, como parte de la educación obligatoria, al igual que las matemáticas o la geografía. Al mismo tiempo, avanzar medidas para la separación de la iglesia del Estado, y con todo el dinero que va a esa institución reaccionaria, financiar planes contra la homofobia en lugares de trabajo y estudio. Pero los “progresistas” del gobierno no están dispuestos a avanzar en ese sentido.
Más que nunca, unirnos y luchar contra la LGTBIfobia, para combatir a la extrema derecha que extiende discursos de odio contra el colectivo, al igual que lo hacen contra migrantes, mujeres y la clase trabajadora. La única forma de defendernos de estas agresiones es que sigamos fortaleciendo la lucha y la organización en las calles, para protegernos entre nosotres.