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Red Internacional
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Debate en el Estado Español. "Anticapitalistas" tiende la mano al frente impulsado por la ministra de Trabajo

Teresa Rodríguez y su agrupación referenciada en el trotskismo, Anticapitalistas, se muestra dispuesta a integrarse, con Adelante Andalucía, en el frente amplio promovido por la ministra del Trabajo y Economía Social. Reproducimos análisis de Santiago Lupe dirigente de la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y trabajadoras (CRT).

Santiago Lupe

Santiago Lupe @SantiagoLupeBCN

Sábado 6 de noviembre de 2021

Teresa Rodríguez se muestra dispuesta a integrarse, con Adelante Andalucía, en el frente amplio promovido por Yolanda Díaz. Se confirma su negativa a construir una izquierda independiente del reformismo en el gobierno. La necesidad de una izquierda anticapitalista y de clase, que desarrolle la movilización, enfrente las políticas del falso progresismo y a la extrema derecha, es cada vez más urgente.

Anticapitalistas parece que está buscando el camino de retorno. Hace menos de 2 años, en febrero de 2020, en un amigable video de Teresa Rodríguez junto a Pablo Iglesias, anunciaron una separación amistosa de Podemos. La misma Rodríguez es ahora, en una reciente entrevista al diario Público, la que abre la puerta a una integración del proyecto que impulsan de Adelante Andalucía, en el frente amplio que se dispone a encabezar la actual ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

¿Cuáles son las condiciones que pone para que este reencuentro sea posible? ¿Poner fin a la participación de Unidas Podemos en el gobierno central y la asunción de la agenda social-liberal del PSOE? ¿Una derogación completa de la reforma laboral en vez de la reforma de la reforma que deja intactos muchos de los aspectos más lesivos?¿Una retirada de la contrarreforma universitaria del ministro Castells? Nada tan ambicioso.

Rodríguez y Anticapitalistas se conformarían con un encaje organizativo confederal entre Adelante Andalucía, Unidas Podemos y el resto de fuerzas de este frente, que permitiera a cada una “negociar presupuestos, legislación, y teniendo una portavocía propia como tienen los comunes”. Rodríguez ha recalcado que “cualquiera que respete eso, que esté en nuestro espectro ideológico, y Yolanda lo está, podrá hablar con nosotros de tú a tú, tendrá en nosotros un aliado, por lo menos, una mesa donde sentarse y hablar”.

Esta mano extendida incluiría también a Más País, Compromís y otras fuerzas reformistas regionales. La ofrece también para las próximas elecciones andaluzas, previstas para finales de 2022. Aunque se queja que por el momento, el bloqueo del Partido Comunista de Andalucía está impidiendo que avancen las negociaciones.

Se desdice por tanto del que ha sido el principal argumento con el que justificaron en 2020 su salida de Podemos: la integración del partido que habían ayudado a fundar en 2014 en el gobierno de coalición con el PSOE. Esto, que siempre presentaron como una mera divergencia táctica, no tendría ahora tanta importancia. Rodríguez asegura que “nos parece que teníamos que haber seguido construyendo ese espacio plural. Incluso si a ellos les parece que era posible un cogobierno con el PSOE, era posible convivir en el mismo proyecto político”.

Que los compañeros ministros y ministras hayan sido y sean parte de una respuesta a la pandemia que no tocó un euro el bolsillo de grandes empresas y fortunas, del envío del Ejército a Ceuta, del mantenimiento de casi toda la herencia de reformas y ajustes neoliberales de la pasada década, empezando por la laboral a cargo de la misma Díaz, o del mega rescate al IBEX35 con el plan de los fondos europeos, entre otras políticas, no sería pues ningún problema para que una formación que se dice anticapitalista los tenga como compañeros de viaje.

Confirman así que la gestión reformista del Estado capitalista se ha convertido en su única perspectiva posible. Así lo hacen desde 2015 en el Ayuntamiento de Cádiz. Así lo expresaron incluso con su separación amistosa de Podemos, oponiéndose a la entrada en el gobierno pero no a ser su socio parlamentario como ha hecho el Bloco de Esquerda en Portugal con nefastas consecuencias. Ahora aspiran a ser parte de esta izquierda de gestión a caballo entre la autonomía y el Congreso, tomando como referencia listas regionalistas, no necesariamente de izquierda, como Teruel Existe.

Se ponen a la cabeza de construir un proyecto de carácter andalucista, recalcando que quieren “darle voz a Andalucía en todas partes, en el Congreso también. Turolenses, navarros... tienen voz propia y ponen encima de la mesa los legítimos intereses de sus territorios. También queremos eso. No puede ser que tengamos 61 diputados en el Congreso que respondan a los intereses de sus sedes centrales en Madrid, Génova, Ferraz o Princesa. Necesitamos que Andalucía tenga voz en Madrid”.

Una perspectiva regionalista, con eje en una falsa comunidad de intereses de toda Andalucía, dejando de lado que los grandes problemas del campo, falta de empleo y pobreza tienen también responsables en Sevilla, Córdoba o Huelva. Se renuncia así a toda visión de construir una izquierda de clase, independiente de las respectivas burguesías regionales que, como la andaluza, no son ninguna aliada para regatear “intereses legítimos” para la clase trabajadora y los sectores populares andaluces.

Rodríguez y Anticapitalista confirman su abandono total de construir algún proyecto independiente de la izquierda reformista en el gobierno. Lo hacen además en nombre de poder ponerle freno a la derecha y la extrema derecha. Pero olvidan que los grandes responsables del fortalecimiento del PP y Vox son las expectativas frustradas por el gobierno del PSOE junto a Unidas Podemos. La unidad de la izquierda que se reivindica anticapitalista con este reformismo en el poder, no supone ningún dique contra el avance de la derecha. Más bien allana aún más el camino, deja todo el espacio de construir una alternativa libre para que la derecha populista campe a sus anchas.

Construir una izquierda independiente del gobierno “progresista”, y por tanto de los partidos que lo integran y aspiran a reditar esta coalición, con eje en desarrollar la movilización social para enfrentar sus presupuestos, sus contrarreformas universitarias, su no derogación de las reformas laborales, el pensionazo que prepara o el rescate millonario al IBEX35, es la única manera de fortalecer una alternativa política y social capaz de enfrentar estas políticas, también de derechas, y a los Casado y Abascal.

La ruptura con Podemos de Anticapitalistas podría haber sido un punto de partida para hacer un balance sobre la bancarrota de este proyecto neorreformista y su integración en el régimen. Si se trata de volver a reditar algo similar, en un marco corrido aún más a la derecha, o si es hora de plantearse una izquierda radicalmente distinta.

Anticapitalistas parece dispuesta a repetir esta reciente historia. En 2014 fueron pieza clave para la fundación y emergencia de Podemos. Ahora, al menos en Andalucía que es donde tienen más peso como organización, estarían dispuestos a contribuir a la operación de represtigio y relanzamiento de los morados [Podemos] después de su participación en el gobierno Sánchez.

Es hora de plantearse una izquierda radicalmente distinta. El camino es el opuesto al que plantea Rodríguez. Es hora de al menos abrir el debate para poner en pie una izquierda dispuesta a organizar la oposición al gobierno de coalición, desarrollar la movilización social y no la gestión “progre” del Estado imperialista español, enfrentar a la extrema derecha y pelear así por un programa claramente antirégimen y anticapitalista.


Santiago Lupe

Nació en Zaragoza, Estado español, en 1983. Es director de la edición española de Izquierda Diario. Historiador especializado en la guerra civil española, el franquismo y la Transición. Actualmente reside en Barcelona y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.

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