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Red Internacional
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Teatro. Antígona, espíritus en la fábrica

Como parte del ciclo Espíritus en la fábrica, todos los martes de julio continúa en escena Antígona, con la dirección de Juan Manuel Correa, en el C.C. Konex

Violeta Bruck

Violeta Bruck @Violeta_Bk

Martes 5 de julio de 2016

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Fotos: Facebook Antígona

Una original puesta de Antígona, versión de Alberto Ure y Elisa Carnelli, con la dirección de Juan Manuel Correa, se puede ver los martes a las 21h en el C.C. Konex (Sarmiento 3131).

El clásico de Sófocles fue representado por primera vez en 442 a.c. y múltiples versiones se han sucedido a lo largo de los siglos. La obra pudo atravesar los más variados idiomas, culturas y contextos históricos, hasta llegar al presente y establecer un diálogo con la sociedad contemporánea.

Las disputas acerca de la idea de justicia, la opresión del poder, de los gobernantes y de los hombres sobre las mujeres, como así también el desafío y la desobediencia a estas normas, son temas que atraviesan la historia humana y que atraviesan Antígona.

“Nuestra Antígona sucede en una fiesta que no cesa. El teatro es una actividad colectiva. Un anhelo de unión trascendental en ese tiempo elegido para “crear” una realidad. Una verdad. Toda práctica de un ritual conlleva la creencia en su eficacia, es decir, se sustenta en una determinada fe...”. Con estas palabras se presenta la actual puesta. El público ingresa a una fiesta electrónica en el interior de una vieja fábrica, el público rodea la escena que puede contemplar desde cualquier ángulo, aquí no hay detrás del telón. Con un destacado trabajo de iluminación y música en vivo avanza la escena dando lugar a un elenco que no descansa nunca, y aporta en calidad desde los principales diálogos, hasta los pequeños detalles de sus movimientos en planos secundarios.

Para conocer más sobre esta obra dialogamos con su director Juan Manuel Correa.

¿Cómo fue el trabajo preparatorio de Antígona?

Juan Manuel Correa: Desde el inicio, pensamos la más antiguas de las representaciones comunitarias: “La fiesta”. La fiesta para nosotros, el elenco todo, pero también para el público, cómo invitar y compartir nuestra celebración con, aquellos que son invitados al rito teatral... a un otro tiempo.
Sófocles, es el poeta mas grande de occidente, ¿de qué manera decimos los textos escritos hace dos mil seiscientos años?, ¿para qué resuenan?, ¿qué cuerpos necesitamos?

Nos preparamos para una fiesta, es por ello que desde los primeros encuentros trabajamos con el compositor y músico en el campo de ensayo. Empezamos con bases de música electrónica industrial, y a hacer los que hacemos en las fiestas: Bailar...Bailar...Bailar

En los ´90 mi generación encontraba felicidad en las fiestas electrónicas, nos sacaba del vacío político y cultural de esos años; fue una especie de trinchera del goce, los ritmos interminables con bases repetitivas y mántricas, nos congregaba. Ahora lo asocio a una especie de rito moderno, y yo entiendo al teatro como un instrumento de aproximación al centro sagrado del hombre, a través del rito.

Algo de ello tomamos en el proceso de investigación para los ensayos, traspasar los límites del cuerpo, y ver que hay mas allá de ello, bucear en la esfera de lo sobrenatural o extra-cotidiano.

En la fiesta hay algo de retorno a instancias de sensorialidad extremas, pues los cuerpos laten y respiran al margen de la voluntad; en la Fiesta, la Fuerzas colectivas son pura potencia de transformación; y el silencio cuando llega es arrollador... De alguna manera nuestro principal anhelo es oír en el silencio, aquello que aún no pudimos escuchar.

Teniendo esto, empezamos: una fiesta donde llega Antígona arrastrando su vestido y con él, su destino trágico, el de su familia.

Se han realizado múltiples versiones de este clásico, ¿cuáles considerás que son los aportes más originales de la actual puesta?

La materialidad del espacio, que antaño fue una famosa fábrica de aceites de Buenos Aires, la cercanía de los cuerpos y la actuación desbordante de energía, por un lado, pero también las formas plásticas de los cuerpos en quietud. El poder conmovedor de la arquitectura de la materia en la escena, es un punto muy fuerte de la puesta.

¿Cómo convocar, hoy al público a ver una obra escrita hace tanto y hecha tantas veces? Mostrar “la tramoya de la escena”, ¿Qué hace el actor cuando no está en foco? ¿Cómo se pre-para antes de su escena más vital?

Mostrar el dispositivo, ver durante toda la obra a todos los actores allí, en la escena y despertar el interrogante, de cuando se actúa y cuando se deja de hacerlo, es un elemento más, que creo que hace que la puesta genere inquietudes, al menos en mí.
En síntesis, creo que el carácter performatico de la puesta, tanto “arriba, como abajo de la escena” hacen de la obra, una experiencia que la aleja de las puestas que hemos visto por estos tiempos, al menos en esta ciudad.

¿Qué puntos de diálogo establece esta Antígona con la realidad actual?

Hace unos días, el caso de una mujer que se presenta a un programa de televisión a contar la tragedia que vivió, cuando encontró muertos a escopetazos, a su padre y a su hermano, en el establo de su casa. En el programa de TV contó sin ningún tipo de gestos superfluos y en actitud serena y sobrenatural, con una voz monocorde, que habían sido unos vecinos mafiosos que vivían en su misma cuadra. Del hecho había pasado un año, y del juicio ni noticias...

Eso no es justicia, dijo, así que un día de estos lo voy a matar, si antes no me matan, ellos a mí.

Para ella, al igual que para Antígona, la muerte no importaba en lo más mínimo...
Cuento esto y pienso en tantas mujeres que siguen con su dolor a cuestas, Marita Verón, los familiares de Luciano Arruga, Las Madres y sus gritos desesperados que lanzan: “¿Donde están?”. Generan aullidos, y seguirán generando hasta tanto los cuerpos, al igual que el cuerpo de Polinices en nuestra obra, tengan sepultura, es decir justicia. El cuerpo trágico, es aquel que sigue sin aparecer.

Antígona
Ficha técnica:

Adaptación y traducción Elisa Carnelli /Alberto Ure.
Dirección, Juan Manuel Correa.

Actúan:
Antigona: María Zubiri
Creonte: Martín Scarfi
Hemon: Mariano Páz
Ismene: Florencia Carreras
Corifeo: Luca Firpo
Guardia: Daniel Kargieman
Euridice: Eugenia Borrelli
Tiresias: Rubeno de León
Coro: Agostina Prato, Natalia Pelayo, Sofía Vilaro

Asistencia de dirección: Laura Bambill
Vestuario: Agostina Prato
Asesoramiento vocal: Carmen Baliero
Asesoramiento coreográfico: Natalia Pelayo
Realización escenográfica: Fabián Crespi
Diseño espacial: Julio Lavallén
Composición musical y música en vivo: Daniel Quintas
Foto: Vale Fiorini
Producción ejecutiva: Sofía Vilaro


     

Violeta Bruck

Nació en La Plata en abril de 1975. Prof en Comunicación Audiovisual (egresada UNLP). Miembro de Contraimagen, realizadora de los documentales Memoria para reincidentes y La internacional del fin del mundo

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