El miércoles luego de la tradicional rueda de preguntas semanal al Primer Ministro, el Secretario de Hacienda, George Osborne, presentó el presupuesto para el año fiscal 2015/2016. Se trató de plan fiscal altamente politizado ya que los recortes entrarán en vigor a solo semanas de la elección general del 7 de mayo del 2015.

Alejandra Ríos Londres | @ally_jericho
Jueves 19 de marzo de 2015
Fotografía: EFE / Andy Rain
En el que fue su sexto presupuesto desde que asumiera como ministro de finanzas, Osborne utilizó su plan presupuestario para lanzar la campaña electoral en la que el estado de la economía jugará un rol decisivo y así darle un impulso a los Conservadores.
En su presentación ante el parlamento Osborne analizó al detalle el plan de recortes para el año fiscal que comienza en el mes de abril.
Los recortes se sentirán en las dependencias gubernamentales que sufrirán una reducción de 13.000 millones de libras esterlinas, mientras que en las áreas de salud y servicios sociales el recorte de gastos alcanzará los 12.000 millones de libras esterlinas. Por su parte, el gasto en ayuda internacional, educación y salud se mantuvo.
Osborne suavizó los recortes con el ‘impuesto al vicio’, como se ha denominado en algunos medios, ya que anunció reducir 1% el impuesto a la cerveza y 2% el de otras bebidas alcohólicas. El impuesto a los cigarrillos se mantuvo. Además, anunció la eliminación del impuesto a la gasolina previsto originalmente para septiembre de este año y aumento del techo salarial no gravado, que pasó de 10.600 a 11.000 libras esterlinas por año.
Uno de los puntos más polémicos es la de los presupuestos de los Gobiernos locales, que se vieron más afectados. La división entre un norte desindustrializado y un sur rico, que dinamizó la campaña electoral del referéndum escocés, sigue siendo terreno pantanoso para el gobierno. Según el estudio llevado adelante por un centro de estudios la brecha norte-sur ha aumentado en los últimos 10 años, y ha creado una economía para ricos y otra para pobres. Por ejemplo, por cada 12 nuevos empleos en el en sur de Inglaterra, se creó uno solo en el norte desde el 2004.
Durante su presentación Osborne dijo que "Gran Bretaña está saliendo de cuidados intensivos y se dirige del rescate a la recuperación". Su decisión de aumentar el techo salarial no gravado, cifra muy por debajo de lo necesario para vivir, no representa ninguna ayuda a los trabajadores precarios con contratos de ‘cero horas’ cuyos salarios ya están muy por debajo del techo libre de impuestos.
Luego de años de recortes brutales y ajustes salariales, la apuesta del Ministro de Finanzas fue decir la recuperación funciona en todo el país y prometió canalizar los ahorros nuevamente en la economía para compensar los costos de la austeridad. Sin embargo, el agresivo plan de recortes desde que los conservadores llegaron al poder en el 2010, el débil crecimiento económico y un costoso sistema de salud han interferido en los planes originales del Gobierno de terminar con el déficit del presupuesto.
Luego de la comparecencia en el Parlamento, Osborne fue interpelado por la banca opositora. El líder de la oposición, Ed Miliband lo criticó por no eliminar el déficit presupuestario: Gran Bretaña gasta más de lo que recupera en impuestos.
A su vez, varios diputados regionales lo criticaron por dejar ausente el tema del Sistema Nacional de Aalud, el caballito de batalla de los laboristas. Además, pidieron 10.000 millones de libras adicionales en gasto de estímulo y ayuda extra para impulsar la debilitada económica, que se encuentra en el 0.1% anual
Por su parte representantes de sectores patronales de la Confederación de la Industria Británica, expresaron desilusión ante la falta de medidas para desarrollar la infraestructura del país y en el área de investigación y desarrollo.