Dentro de las medidas anunciadas por Sebastián Piñera este domingo 15 de marzo en el marco de la emergencia sanitaria que significa la expansión del Cov-19 se estableció la suspensión del comercio ambulante de las calles. Esto mientras las grandes casas comerciales como supermercados o malls siguen operando con total normalidad.
Domingo 15 de marzo de 2020
Las paradójicas medidas que ha adoptado el Gobierno de Chile con Sebastián Piñera y Jaime Mañalich a la cabeza no pasan desapercibidas para nadie. Y es que mientras el avance en el brote de un virus que ha generado dificultades sanitarias en distintos lugares de mundo es inminente en nuestro país, las medidas adoptadas por el “equipo de expertos”, junto al mandatario, parece ir en la misma línea de lo que hemos visto en los últimos meses.
Mientras en sus anuncios derrocha supuesta preocupación por el bienestar del país y nuestra salud, lo que desliza es en realidad la preocupación por las ganancias de los grandes magnates, sin importarle el bienestar de la población en general.
Eso se presume de su último anuncio, donde con ahínco llama a las Municipalidades a terminar con el comercio ambulante, por considerarlo "un foco de contagio", mientras se les permite seguir operando con total normalidad y autonomía a las grandes casas comerciales- como malls o grandes cadenas de supermercados- que aglomeran a cientos de personas día a día, exponiendo a sus trabajadores al contagio con la atención constante de clientes. Un poco de alcohol gel, una lavada de manos y es suficiente para exponer a millones de trabajadores del comercio (que agrupa supermercados, farmacias, comercio al por menor y por mayor) a ser víctimas de contagio. ¿Por qué no se cierran las grandes cadenas del retail, si hay una supuesta preocupación por los contagios?
El cuestionamiento se vuelve alarmante cuando pensamos que gran parte de la composición de estos trabajos se centran en mujeres dueñas de hogar y adultos mayores, una población de riesgo y altamente precarizada. Es decir, criminalizar el comercio informal es una ganada para el represor gobierno de Piñera, pero permitir que los grandes magnates del retail como los Paulmann, los Solari, o los Walmart se sigan enriqueciendo es una ganada para sus amigos empresarios. Esto sin importar el costo que traiga para las familias trabajadoras.
Si el gobierno de Piñera plantea que por semanas se prohíba el comercio ambulante, que es trabajo informal del que dependen miles de familias en el país, entonces el Estado debe garantizar ingresos mínimo acorde a la canasta básica familiar de $500.000 para todas las personas que generan su sustento por esta vía; y, por otro lado, los grandes centros que no son de "primera necesidad" para la población deberían cerrar para resguardar a las y los trabajadores, pagando íntegramente los sueldos y haciéndose cargo de garantizar licencias para quienes estén contagiados, deban permanecer en cuarentena, o cuidar a niños/as o ancianos/as.