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Red Internacional
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Opinión. Apoyo de JJCC y FA a las iniciativas populares de norma: llamando a confiar en el fraude constituyente

Los últimos días, las juventudes del gobierno, han publicado a través de sus redes sociales llamados a firmar por las iniciativas populares de norma. Con la idea de “conseguir derechos para nuestro pueblo” o como afirma Revolución Democrática “ser partícipe de la nueva constitución, hacia un Chile con más derechos y oportunidades para todos”. En esta columna, hablamos de lo exagerado que es decir que se participa realmente por firmar diez iniciativas, es decir, partimos por desmentir ésta afirmación, ya que no asegura ni discusión al interior del consejo, ni su integración al documento final y mucho menos su realización en la vida real.

Jueves 6 de julio de 2023

¿Qué son las iniciativas populares de norma?

Según el sitio oficial del consejo constituyente, las iniciativas populares de norma, corresponden a: “una enmienda (Corrección o arreglo de los defectos o errores del texto) a determinados artículos contemplados en el anteproyecto de propuesta de nueva Constitución que elabore la Comisión Experta, en conformidad al artículo 145 de la Constitución”.

Se origina en el artículo 100 del reglamento del consejo constituyente, fruto del “Acuerdo por Chile”, pactado desde RN hasta el Partido Comunista.

Entre sus rasgos distintivos están; Cada ciudadano puede hacer solicitudes de enmienda a las disposiciones contenidas en el anteproyecto, ya sea para suprimir, sustituir, modificar o adicionar normas, de acuerdo con los criterios formales de admisibilidad dispuestos por Secretaría Ejecutiva de Participación Ciudadana (inciso 2). No se admiten las enmiendas que supriman o sustituyan la totalidad del anteproyecto o de alguno de sus capítulos (inciso 8).

En síntesis, un mecanismo parecido al del proceso constitucional anterior, a cargo de un órgano llamado Secretaría Ejecutiva de Participación Ciudadana, dirigido por la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica. Donde se supone, la ciudadanía tendrá una participación “importante” en el antidemocrático proceso.

Antidemocrático ya que, corresponde a un mecanismo de sugerencia a los órganos del consejo, es decir a los consejeros constituyentes (mayoría del Partido Republicano) y el comité técnico de admisibilidad (no elegidos por votación popular, sino que por el Senado). Los cuales evaluarán estas propuestas asegurando que se respeten las bases constitucionales del acuerdo por Chile (artículo 154), a su vez, éstas son previamente revisadas por La Secretaría Ejecutiva de Participación Ciudadana, con la finalidad de que no contravenga los requisitos de admisibilidad.

Es a éste mecanismo, (el más participativo del nuevo proceso constituyente) al cual las juventudes del gobierno (Frente Amplio y Partido Comunista) llaman en sus redes sociales, la forma de “conseguir derechos para nuestro pueblo”.

Las juventudes de gobierno llaman a apoyar las iniciativas populares de norma, pero no hacen más que validar un fraude

Los últimos días, las juventudes del gobierno han publicado a través de sus redes sociales llamados a firmar por las iniciativas populares de norma (IPN), para que sean discutidas en el consejo constitucional. Estas tienen que contar con un total de 10 mil firmas entre 4 regiones del país para que pasen a ser discutidas por las y los consejeros.

Las juventudes de gobierno están haciendo el llamado a firmar por sus iniciativas populares de norma, con la idea de “conseguir derechos para nuestro pueblo” como aseguran las juventudes del Partido Comunista, o como afirma Revolución Democrática “ser partícipe de la nueva constitución, hacia un Chile con más derechos y oportunidades para todos”.

Partamos hablando de lo exagerado que es decir que se participa realmente por firmar diez iniciativas, partamos por desmentir esta afirmación, esto no asegura ni discusión al interior del consejo, ni su integración al documento final y mucho menos su realización en la vida real. Pero claro ¡Si suficientes personas firman las iniciativas del progresismo, conquistaremos nuestros derechos! ¡Seguimos!

Desarrollemos. RD, por ejemplo, desde su sección estudiantil llaman a firmar por las iniciativas y luego explican que les parecen más progresivas o beneficiosas para la gran mayoría. Las Juventudes Comunistas, desde el centro de estudiantes de Derecho de la USACH, también plantean su apoyo y llaman a firmar por las iniciativas que enumeran. ¡¿Esa es la política que hacen en la juventud del gobierno?! Llamar a la participación a través de redes para conseguir una educación de calidad (eliminando la formulación histórica de acceso irrestricto y educación gratuita), derechos reproductivos, etc. ¡Con solo tu firma! ¿Por qué no lo pensamos antes?

El gobierno y sus juventudes plantean que, para avanzar en derechos y mejoras, se debe avanzar en acuerdos y negociaciones con la derecha en el consejo y en el parlamento, esta es su política para enfrentar a la derecha y la impulsan desde todos sus frentes, buscando la adhesión de su periferia y firmas para sus iniciativas, puntapié para plantear la discusión en el órgano constituyente. Pero a todas luces significa legitimar un fraude que nada tiene de democrático, ni popular, ni participativo.

Ya que desde su creación en el congreso, se restringe la discusión del sistema político, se reproduce un sistema extractivista con grandes regalías a los empresarios. Se mantienen figuras represivas como los estados de excepción y el carácter de Estado subsidiario. Por ende, por más que se pinte de una posibilidad para conquistar derechos, mantiene un régimen favorable a los grandes empresarios y trasnacionales.

Hablan de un montón de iniciativas en sus redes, las describen brevemente y las promueven. Iniciativa de educación sexual integral, vivienda digna y segura, “nunca más en Chile” contra las violaciones a derechos humanos e incluso retoman las demandas por derechos sexuales y reproductivos.Todas ellas son muy bonitas, necesarias, importantes y progresivas en naturaleza.

Pero todas supeditadas a: 1) la discusión con una derecha conservadora, que mantiene la mayoría en el organismo y jamás aceptará los elementos más progresivos que “pudiera tener” la nueva constitución; 2) la propuesta de estas iniciativas por sectores de la población y su aceptación por un comité “técnico” de admisibilidad; y, 3) la disposición de la burguesía, o sus sectores más progresivos, de financiar estos avances en derechos, que por lo demás, tampoco estarían asegurados de ser aprobados en la propuesta y eventualmente en el próximo plebiscito.

¡Tenemos que llegar a acuerdos para avanzar! Dicen ¡Vamos de a poco! Dicen. Ese camino sigue llevando a miles de jóvenes a la desmoralización política, ya que es depositar las esperanzas en los partidos y mecanismos de los últimos treinta años.

Mientras negocian con la derecha, desde la agrupación anticapitalista Vencer proponemos el camino de la movilización, recuperar los espacios de autoorganización del movimiento estudiantil, esto quiere decir, desde las federaciones universitarias (como la Fech, Confech y Feusach) hasta los centros de estudiantes como órganos básicos de deliberación estudiantil y retomar los métodos históricos de discusión política y organización en las asambleas de base junto con trabajadoras y trabajadores de la educación.

Lo que aquí está en debate en conclusión es ¿qué camino seguimos estudiantes y la clase trabajadora frente a un proceso fraudulento? Poco y nada tiene éste que ver con nuestras necesidades.

Para conquistar nuestros derechos proponemos sostener la articulación de los trabajadores, estudiantes y movimientos sociales a través de órganos verdaderamente democráticos, como sindicatos y federaciones. Con un programa que levantemos desde las bases, que incluya un plan de emergencia frente a la crisis económica como un sueldo mínimo acorde a la inflación, un plan de acción para enfrentar la violencia machista en los lugares de estudio y trabajo y el financiamiento estatal de necesidades básicas de la sociedad como la salud, educación y lo que las grandes mayorías estimemos conveniente.