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Red Internacional
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CRISIS Y DESPIDOS. ¿Apretarnos el cinturón?

Crisis económica con foco en China, desaceleración, baja del precio del cobre y despidos; el Gobierno mientras tanto llama a la austeridad de los trabajadores y a "medirse" en las negociaciones colectivas, ajustando aún más el presupuesto para el 2016, ¿quiénes son hoy los que pagan las crisis de los empresarios? Los trabajadores, pero la crisis no es nuestra, por lo que no tenemos que pagarla.

Simón Bousquet

Simón Bousquet Director Audiovisual La Izquierda Diario Chile @simonbousquet_

Miércoles 7 de octubre de 2015

El escenario se complejiza, empresarios locales asegurarían que la desaceleración económica ha llegado para quedarse. Algunos aseguran que el país no crecerá más de un 2%, como anunciamos en la Izquierda Diario aquí y enfocan toda su artillería hacia los trabajadores, equilibrando sus ganancias y amortiguando el golpe generando miles de despidos. ¿Realmente todas esas miles de familias deben pagar los ajustes de la economía empresarial? Urge organizarse para impedir a toda costa los despidos.

Es preocupante, los trabajadores ya tenemos que subsistir al tremendo agobio laboral producido por extensas horas de trabajo, ni hablar de levantar a nuestras familias con sueldos de hambre, sin tener derecho a salud ni a vivienda, sumado a que la vida "la dejamos en la fábrica", para que nos hagan un llamado a tener "sensatez", es descarado. No viajamos en lujosos autos y para nuestra vejez seguramente nos mantendremos con pensiones que no alcanzan ni el sueldo mínimo, para qué hablar de la canasta familiar. Sin embargo, de igual manera somos despedidos por miles sumado a que el gobierno, ajustando el presupuesto para el 2016, llama a la austeridad en las negociaciones colectivas con los empresarios, quieren que "nos apretemos el cinturón por ellos".

Nosotros, que no somos ni empleados totalmente públicos, ni totalmente privados, no somos ajenos a esta realidad, menor presupuesto en cultura significa austeridad en materia de negociación sindical, quieren congelarnos los sueldos en los hechos, incluso cuando el costo de la vida aumenta aceleradamente producto del bajo crecimiento del país de un 1,1% como conocimos hoy. Sujetos a la administración de una corporación de derecho privado que administra un edificio público, nos enfrentamos a las caras más feas de ambos mundos, sin derecho a huelga, nuestra única medida de presión es nuestra organización y unidad desde las bases. ¿Qué haremos si la crisis exige ajustar el presupuesto público? Los sueldos millonarios que perciben los altos cargos públicos generan enormes porcentajes de gasto a nivel público, a nivel empresarial, esto se dispara.

Sin ir más lejos, en el GAM, el 60% del presupuesto de sueldos se escurría en 14 de los puestos más altos de la corporación, llegando a pagar sueldos tan abultados, como los 10 millones brutos que percibía la directora ejecutiva, antes de renunciar.
Todos los parlamentarios y los altos cargos públicos tienen que ganar como un profesor o un técnico calificado, todos esos millones de seguro crearían el colchón necesario para cubrir la crisis, colchón que hoy buscan hacer con miles de familias a lo largo del país. Que los que votan el sueldo mínimo, lo ganen, y entiendan que no es posible llegar a fin de mes si la canasta familiar, que casi dobla ese valor, no es el medidor para establecer la cantidad del sueldo que gana la enorme mayoría de los chilenos.

Hay que levantar una fuerte campaña contra los despidos, con paros en advertencia y llamando a la La CUT, la CTC y las organizaciones de trabajadores que son clave a la hora de ejercer presión, a que se opongan a los despidos y a las familias en la calle. No hay que apretarnos el cinturón, pues los millones de dólares que producimos en excedente solo en la minería son capaces de mantener al país, brindarnos salud y educación gratis, pero son depredados por los empresarios, que lo saquean a su antojo.