SALUD PRIVADA. Apriete de las prepagas: reclaman aumento de tarifas y amenazan con reducir el servicio

El miércoles 30/12 el aumento del 7% para las prepagas fue publicado en el Boletín Oficial. Pero pocas horas más tarde el Gobierno dio marcha atrás, anulando el incremento. A través de un Suplemento del Boletín Oficial publicado, el Ministerio de Salud publicó la Resolución 2988/20201 que con la firma del ministro Ginés Gonzalez García dejó “sin efecto la Resolución N° 2987 de fecha 30 de diciembre de 2020 del Ministerio de Salud”.

Esa medida de última hora desató la furia de los empresarios de la medicina privada, quienes hace meses vienen presionando por un aumento ya que en 2020 las cuotas se mantuvieron al mismo valor con el que terminaron 2019. Pero esa es apenas una parte de la historia: durante 2020 las prepagas recibieron más de 1.200 millones de pesos en subsidios del Estado gracias al programa Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP). Y no solo eso: durante 2019 el rubro de la salud encabezó el ránking de aumentos debido a los tarifazos de la medicina privada, superando por 20 puntos a la inflación anual y registrando una suba del 72%.

Durante 2019 el rubro de la salud encabezó el ránking de aumentos debido a los tarifazos de la medicina privada, superando por 20 puntos a la inflación anual y registrando una suba del 72%

Pese a esta situación, este lunes el presidente de la Cámara de Empresas de Medicina Privada (Cempra), Ricardo Lilloy, volvió a presionar por nuevos aumentos: “Si no se actualiza la cuota simplemente no se pueden atender”.

Y completo: “Durante el 2020 el Estado nos salvó de una crisis terminal por el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) y los beneficios impositivos, pero a partir del 1° de enero se suprimieron y el magro aumento no termina de solucionar la situación. En este contexto, el sistema no pasa enero, debe ser resuelto de forma urgente”.

Lilloy reconoció que durante la pandemia las empresas del sector también tuvieron una caída en los gastos que tienen habitualmente por la menor cantidad de atenciones de otras enfermedades. Pero sin embargo, argumenta que eso corresponde a un segmento de gastos que representa un porcentaje menor en el total.

Y lanzó una advertencia en momentos donde los casos de coronavirus vuelven a subir de manera preocupante: “Peligran prestaciones como los hisopados que son tan importantes en este momento pero también otras patologías”. Un chantaje inaceptable en medio de la pandemia que solo busca incrementar sus ganancias, porque la salud no es más que un negocio para ellos.

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Lilloy también aprovechó para reclamar más subsidios al Estado: “Cuando una persona define pagar un plan voluntario está renunciando a un derecho. Todos nosotros pagamos para acceder a un servicio que paga el Estado. Como no estamos de acuerdo con el servicio que se presta, decidimos utilizar el sistema privado y dejar ese lugar en el hospital público para los más desfavorecidos. En muchos lugares ese derecho que se cede significa que el sistema tenga un grado de subsidio por no usar el hospital público, como sucede con la educación privada”, comentó.

La centralización del sistema de salud no sólo es una medida elemental y necesaria para poner todos los recursos a disposición de hacer frente a la pandemia: es urgente ante el chantaje de empresarios que ven en la pandemia nuevas oportunidades de negocios y presionan permanentemente para ello.

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