Maduro firmó este jueves los decretos de activación de cuatro "Zonas Económicas Especiales" ubicadas en distintas regiones del país. Al acto asistieron los presidentes de Fedeindustria, Conindustria y Fedecámaras, además de representantes de grupos económicos locales, internacionales y delegaciones diplomáticas. “Hemos ido cultivando una poderosa alianza con los sectores productivos del país”, afirmó Maduro, eufemismo de entreguismo y de favorecimiento al gran capital.
La Izquierda Diario Venezuela @LaIzqDiario_VE
Viernes 11 de agosto de 2023
Fotografía prensa Miraflores
Lo anunciado pomposamente por Maduro es la "activación" de la Ley Orgánica de las Zonas Económicas Especiales (ZEE) -aprobada por la Asamblea Nacional en junio del año pasado, y promulgada en julio de 2022-. Una de las cuatro ZEE anunciadas es la isla La Tortuga, donde se desarrollará "uno de los proyectos (turísticos) más importantes", "elaborado" por "una empresa italiana", tendrá como autoridad única al contralmirante Aníbal Coronado Millán. En Aragua, Maduro activó la Zona Económica Especial Militar que cuenta con más de 400 hectáreas y tendrá como autoridad única al general de División Víctor Edgardo Rosas Colón. También se activa la Zona Económica Especial de Paraguaná en Falcón, aquí la autoridad única será Sergio Luis Quintero; y la ZEE La Guaira estará a cargo de Marcos Leonardo Meléndez Mata.
Las ZEE son territorios enteros desregulados completamente y sin estar sometidos a ningún tipo de ley más que la de extraer ganancias. Entre los tantos “incentivos” que establece la Ley de las ZEE, y que fueron comentados durante su activación, están la "reducción del 50 % de los servicios portuarios y aduaneros para la exportación", el "reintegro del Impuesto Sobre la Renta (ISLR), que puede alcanzar, en los primeros seis años, hasta un 100 %, dependiendo de la actividad exportadora", así como el reintegro de impuestos para la importación de bienes, equipos y materiales de construcción y los impuestos para la importación de materia prima requerida para las operaciones de las empresas que se instalen. Además del régimen tributario especial, está también la exoneración de cumplir con normas en materia laboral, el ofrecimiento de una de las manos de obras más baratas del mundo, quizás la más hoy, e incluso desregulación de normas en cuestiones ambientales.
Para entender el verdadero significado del entreguismo nacional con las ZEE y toda la política económica del Gobierno de Maduro en beneficio de los grandes capitalistas extranjeros y nacionales, presentamos a seguir dos trabajos que abordan en profundidad sobre el tema.
El primero refiere a una entrevista realizada por Ideas de Izquierda, suplemento de teoría y política de La Izquierda Diario, a Oly Millán, economista, profesora universitaria y parte de la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución (PCDC). “No es una ley cualquiera" -detalla Millán en la entrevista-. "La misma, conjuntamente con otras, como por ejemplo la Ley Antibloqueo y otras que constituyen la agenda legislativa 2021, forma parte de una estrategia que se viene delineando desde hace unos cuantos años atrás, y que responde a la mentalidad e intereses de un sector dominante del gobierno que busca poner en marcha el diseño de un modelo económico en el país, que si bien no es nada nuevo en el mundo, con el mismo tratan de realizar una especie de “gran viraje” con el cual buscan instalar en Venezuela un modelo económico postpetrolero, aunque en ningún modo postextractivista ni postrentista”.
El segundo artículo escrito por Milton D’León, editor de La Izquierda Diario Venezuela, también publicado en Ideas de Izquierda. Ante la situación imperante, se señala en dicho trabajo, se siembra el sentido común de que “no hay nada más que hacer” que abrirse a la mayor depredación del capital privado, los mercados y las transnacionales. Es la lógica que subyace al discurso y las políticas concretas del Gobierno y la oposición. Que “no hay como salir” si no es por la vía de la entrega, donde a las transnacionales o grupos locales asociados a las multinacionales, con sus supuestos “capitales”, se les ofrece toda la vía libre de la explotación de los recursos, y el control de las industrias claves, con mano de obra de las más baratas del mundo y aprovechando toda una infraestructura ya instalada por décadas en el país, extrayendo los más grandes niveles de ganancias y exonerándolos de la mayoría de los impuestos.
