El lunes 25 de abril, a los músicos de la Orquesta Filarmónica de Toluca les dijeron que les cambiarían el contrato. La autoridad planea una ofensiva laboral en que los orilla a firmar la renuncia del anterior.
Jueves 28 de abril de 2022
El día lunes 25 de abril citaron a los músicos de la Orquesta Filarmónica de Toluca, el motivo era anunciarles el cambio de contratación que les harían. La estrategia del Ayuntamiento de Toluca fue recurrir a un despacho de abogados para que hicieran el trabajo sucio.
Como se sabe, para hacer un cambio de contrato primero se tiene que renunciar al anterior, en este caso implicaba renunciar a los derechos laborales adquiridos, el más sentido: antigüedad. Los músicos de la Orquesta estaban contratados bajo una figura irregular llamada supernumerario, que sin embargo era una figura muy cercana a la basificación.
En la reunión del día 25, los abogados les dieron a los músicos dos opciones: 1) quien firmara la renuncia definitiva le darían su liquidación conforme a ley y adeudos del año pasado. Resulta que el pasado diciembre les quedaron a deber todo el mes, la prima vacacional y el aguinaldo; el impago oscila entre 45 y 55 mil pesos por músico. También les ofrecían una prima de antigüedad, 12 días por año laboral. 2) Quien decidiera continuar, tenía que aceptar un contrato de confianza, en donde se perdía el derecho a la antigüedad; a los que llevan más de ocho años trabajando, se les ofreció un finiquito (prebenda con la clara intención de desmovilizarlos).
La molestia fue evidente, una trabajadora se negó a firmar refiriendo que estaba fuera de la ley lo que estaban haciendo, las autoridades le respondieron que la Ley del Trabajo no valía aquí, que el Ayuntamiento se regía por otras leyes.
La Orquesta cuenta con alrededor de 80 músicos, entre ellas madres solteras y trabajadores con ese solo ingreso salarial. Además, por los impagos del mes de diciembre, varios se endeudaron con créditos bancarios para solventar los gastos de fin de año.
En ese contexto, y -sobre todo- sin organización o sindicato democrático y combativo desde donde pudieran resistir esta ofensiva laboral, la mayoría no tuvo más remedio que firmar bajo el nuevo esquema.
Aun así, los músicos denuncian que el “trámite” no cierra con la firma, las autoridades les dijeron que tienen que ir a Conciliación y Arbitraje en donde van a firmar el cheque que les prometieron.
Hay que señalar el claro cálculo político y económico que hace el Ayuntamiento de Toluca. El cambio de contratación genera menos costos (les han dicho que el Ayuntamiento está en quiebra), va anulando derechos y se pueden deshacer de las y los trabajadores cuando así se requiera.
Las autoridades saben perfectamente que cuando se lanzan ofensivas así, si no hay organización previa, no todos van a recurrir a los tribunales laborales pues estos implican un desgaste para los trabajadores ya que los casos siempre tardan años en resolverse (muchas veces aun ganados, las dependencias no cumplen con los laudos, lo que retrasa más el proceso), es así que pueden administrar el malestar, dando alguna prebenda para desmovilizar en caso que los ánimos escalen.
Se hace necesario volver a dar la lucha por plenos derechos laborales, como ya ocurre con varios sectores, tal es el caso de las y los trabajadores de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, que en meses recientes se comenzaron a aglutinar para exigir se haga contrataciones con basificación, pues cumplen con los requisitos legales para ellos.
