Esra al-Ghamgam fue detenida en 2015 junto a su esposo luego de participar de “actividades antisistema” en la provincia oriental.
Martes 21 de agosto de 2018
La guerra entre EEUU y Arabia Saudita deja otra víctima más, el día domingo se dio a conocer que bajo las órdenes del fiscal saudí, la activista social que luchaba por los Derechos Humanos, Esra al-Ghamgam fue decapitada el día de ayer a manos de uno de sus verdugos. Esta sería la decapitación número 76 en lo que va del año bajo el régimen de Mohammad bin Salman, el príncipe heredero de este terrible genocidio.
Recientemente, Arabia Saudita que por un lado hace poco despenalizaba el hecho de que las mujeres pudieran manejar, mientras que por otro lado ocurren hechos como los de este lunes que demuestran las atrocidades de este régimen ultraconservador.
La violencia que sufren los activistas de los Derechos Humanos es transversal, no sólo ocurre en países que viven guerras sino también en países donde existe la supuesta democracia, donde los Estados burgueses junto con la Iglesia Católica deciden por nuestras vidas, como a la hora de decidir por el aborto clandestino, hecho que nos lleva directamente a la muerte, entre otras cosas, como lo fue hace un par de semanas en Argentina donde una mujer de 22 años murió por complicaciones durante un aborto hecho de forma clandestina, después del rechazo en el Senado de la ley de interrupción voluntaria del embarazo. O como en el caso de Chile, donde el mismo Estado que dice estar a favor de los Derechos Humanos, es cómplice hace ya 2 años del asesinato de Macarena Valdés, mujer, activista mapuche cuyo cuerpo fue dejado sin vida junto a su hijo pequeño.
Te podría interesar: Marchan por justicia para Macarena Valdés