Martes 12 de julio de 2016 11:21
Tengo un amigo que armó un grupo de wasap donde llevamos adelante un “prode” de renuncias. Ante los hechos mas picantes del último semestre se abren las apuestas de cual de los fusibles de la administración de Cambiemos va a ser el primero en saltar.
En el día de ayer dicho grupo estaba prendido fuego: la reunión de gabinete que definió el nuevo cuadro tarifario prometía. Desde principios de marzo el Ministro de Energía viene apareciendo en la tabla y algunos indicios parecían indicar que, esta vez si, se terminaba todo. La primera alarma vino de los rumores de los diarios, esos que dicen “una alta fuente que no quiso ser identificada”. Pero ya para el mediodía hasta Marcelo Bonelli, en el canal TN, aseguraba que Juan Jose Aranguren había ya puesto su renuncia a consideración de Mauricio Macri. Finalmente, en la conferencia de prensa se despejaron todas aquellas certezas que me hicieron perder 10 pesos. Por suerte, los medios la siguieron un rato mas y el ministro tuvo que salir a responder.
Cuando fue CEO de Shell, este quinto jinete del apocalipsis neoliberal cabalgó sobre las olas del kirchnerismo sin estrellarse nunca contra las rocas, un mérito que pocos políticos de la anterior oposición podían ostentar. Ese capital se ha esfumado en pocos meses. Sus disputas con Rogelio Frigerio y otros pares del gabinete presidencial lo vienen poniendo en el centro de la escena. Un tecnócrata incomprendido en este teatro de disputas que algunos medios dividen entre halcones y palomas. El único amigo que lo sigue apuntalando es Gustavo Lopetegui.
En otra de esas declaraciones off the record que deslizó el diario Clarín., acusan al golpeado ministro de pensar que “el territorio es una planilla de Excel”.
En otro tramo de la entrevista Aranguren sostuvo que las renuncias “no se evalúan, se producen”. Y si.
