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Red Internacional
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Militarización. Arbolillo, Veracruz: en ocho fosas clandestinas se hallaron 47 cráneos

Fueron encontradas por las autoridades estatales. Este hallazgo se da conocer apenas días después de que el fiscal Wrickler reconociera que las autoridades fueron cómplices de la inhumación de los 252 cuerpos hallados por el Colectivo el Solecito en las fosas Colinas de Santa Fe.

Martes 21 de marzo de 2017

Estas fosas clandestinas están en la comunidad de Arbolillo, a 10 kilómetros del centro del municipio Alvarado, y ocupan un perímetro de 120 metros cuadrados. Se halló otra fosa en Sayula de Alemán, de la que aun no hay cifras oficiales.

Entre los cuerpos encontrados se encuentran los tres integrantes de una familia originaria de Querétaro que fue a vacacionar a Veracruz en septiembre de 2016. Se trata del matrimonio conformado por María Dolores Pérez Reséndiz y Javier Sánchez Jiménez; y Karen Sánchez Pérez, su hija, desaparecidos el 3 de septiembre del año pasado en Veracruz.

La desaparición y muerte de una familia trabajadora que intentaba pasar unos días de descanso en playas populares es el resultado de la política del estado para “combatir” el narcotráfico.

Según el informe oficial, también se hallaron entre los restos los de Baruch Grajeda García, desaparecido en junio de 2016; así como los de Isaías Jácome Hernández, denunciado como desaparecido el 6 de septiembre de 2016. Ambos fueron vistos por última vez en el Puerto de Veracruz.

Las consecuencias de la militarización

En distintos estados del país la aparición de restos de personas en fosas clandestinas es una constante, lo mismo que las noticias de feminicidios y desaparición de jóvenes. Ése es el resultado de la guerra contra el narco, desatada hace más de diez años, durante el gobierno de Felipe Calderón, del Partido Acción Nacional (PAN).

Con la excusa de combatir al narcotráfico desde ese gobierno hasta ahora se mantiene la militarización, financiada por la Iniciativa Mérida, un programa que impulsan desde entonces tanto administraciones republicanas como demócratas.

Pero una y otra vez salió a la luz la colusión entre el crimen organizado, el Ejército, la policía y los partidos tradicionales, como sucedió en la masacre de Iguala y la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Veracruz sin duda es uno de los estados donde más ha golpeado la militarización. Un estado donde el Partido Revolucionario Institucional (PRI) del ex gobernador Javier Duarte, hoy prófugo, fue protagonista de la más cínica corrupción y donde ahora gobierna el PAN.

En la guerra contra el narco morimos los de abajo. Es falso que todas las muertes están vinculadas a uno de los múltiples bandos del narcotráfico, decenas de miles son trabajadores, campesinos o estudiantes que enfrentan la descomposición social de este sistema todos los días en sus barrios o municipios.

La militarización es el arma del gobierno y el imperialismo estadounidense para contener el descontento social. Un descontento que no cesa, y que se ha expresado en las movilizaciones del magisterio que enfrentó la reforma educativa, los jubilados, las mujeres hartas de la violencia machista, los trabajadores de Pemex que salieron a exigir justicia para sus compañeros muertos en la explosión del complejo Pajaritos en 2016.

La única manera de enfrentar esta realidad es poner en pie un gran movimiento nacional contra la militarización y represión, protagonizada por la clase trabajadora y juventud, junto con las mujeres que viven la violencia cotidianamente. Sólo así se puede enfrentar los planes del gobierno, los partidos al servicio de los empresarios y del imperialismo estadounidense.