El gigante de las golosinas y alimentos dio de baja 5 líneas de producción, adelantó vacaciones y sus empleados denuncian que hay un proceso de vaciamiento. Mientras tanto en su pagina oficial informan ganancias millonarias.
Viernes 9 de agosto de 2019 13:48
La empresa Arcor, un gigante en la producción de alimentos y golosinas, que compro a importantes marcas como la Campagnola, Bagley entre otras marcas de alimentos, está dando de baja 5 líneas de producción en su planta de San Luis. Como denuncian sus trabajadores, adelantó vacaciones y en ese periodo despidió operarios y es por esto que denuncian que hay un proceso de vaciamiento.
En esa planta trabajaban alrededor de 700 personas, aunque en la actualidad sólo quedan 300 operarios en funciones. Miguel Benavente, delegado del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) en la planta ubicada en la provincia de San Luis, detalló que ya son 5 las líneas que se dieron de baja y que serán otras las que seguirán la misma suerte. El cierre impactó fundamentalmente en la línea de chupetines y chocolates.
"La línea Bon O Bon, que era la más fuerte que teníamos, la llevaron a Angola. Hay otras que las llevaron a otras fábricas del país. Estamos viendo un vaciamiento de la fábrica", afirmó el trabajador a El Diario de San Luis.
Benavente explico también que "más del 70 por ciento de los empleados actuales tiene más de 20 años en la empresa" y advirtió que la gerencia anunció que tienen que seguir con la "reducción de personal".
125 trabajadores en la calle y dos plantas de la Campagnola cerradas en Mendoza.
Es evidente que Arcor está en un proceso de ajuste sobre los trabajadores, reduciendo la planta, haciendo maniobras de vaciamiento para maximizar ganancias en las mas de 36 fabricas que posee en total. Veintiséis plantas están repartidas en la Argentina y otras diez plantas repartidas entre Brasil, Perú, Mexico, y chile.
Fue fundada en 1951 en la ciudad de Arroyito, Córdoba (Argentina), con el objetivo de elaborar alimentos de calidad accesibles para consumidores de todo el mundo. Arcor tiene oficinas comerciales en América, Europa y Asia. Es el grupo argentino con mayor cantidad de mercados abiertos en el mundo produciendo tres millones de kilos de productos por día. En el año 2011 su actual presidente Luis Pagani fue el primer empresario latinoamericano en ingresar al Candy Hall of Fame, la más alta distinción que otorga la National Confectionery Sales Association (NCSA) de Estados Unidos de América.
Desarrolla marcas líderes que llegan a personas de más de 120 países. Cuenta con oficinas comerciales en América, Europa y Asia y posee más de 36 plantas en Latinoamérica, empleando a más de 21.000 personas y exportando a los cinco continentes.
Arcor no tiene ninguna crisis. Así lo informan en su pagina oficial donde explican que el Grupo Arcor tuvo una ganancia de $655 millones en el primer semestre del año, de acuerdo al balance presentado ante la Comisión Nacional de Valores (CNV). De esta manera, la firma alimenticia revirtió la pérdida de $874 millones registrada en el primer trimestre del año.
"Al finalizar el segundo trimestre del ejercicio económico número 59, comprendido entre el 1 de enero al 30 de junio de 2019, el Grupo Arcor cierra el período con un incremento en ventas respecto a igual período del año anterior, por efecto principalmente de las ventas de las sociedades del exterior, que representaron el 34% respecto a las ventas consolidadas del grupo".
En ese sentido añadió que "las ventas de Argentina, que incluyen las exportaciones a terceros, representan el 66% de las ventas consolidadas". Señaló Arcor a través de una reseña informativa y que publicaron en ambito.com.
No sorprenden las medidas de ajuste, despidos, suspensiones y vaciamiento de plantas que esta realizando Arcor. Son las medidas que toman los empresarios para descargar la crisis sobre la espalda de los trabajadores. Pero como demuestran los balances, ganan millones, no tienen crisis de ganancias, sino que es parte del plan que tienen todas las patronales para avanzar sobre las condiciones de trabajo, precarizarlas, dejar familias en la calle y destruir puestos de trabajo.
Esos planes son avalados por los Gobiernos con la complicidad de la burocracia sindical que no enfrenta los ataques que padecen los trabajadores. Son planes que exige el FMI para exprimir al conjunto del pueblo trabajador. Por esto es necesario invertir las prioridades y que la crisis la paguen los capitalistas que son quienes la generan.
Como bien explica el delegado de los trabajadores de Arcor San Luis, Miguel Benavente: "Arcor no está en crisis, a lo mejor no deben estar ganando lo que querían. Tienen espalda para sostener las fuentes de trabajo en este momento, para no dejar a los compañeros en la calle". "Los que estamos en crisis somos los trabajadores. Hay un mal clima en la planta porque todos llegamos a trabajar sin saber si mañana vamos a estar".