La movilización que acabó con la dictadura de Bouteflika llegó este viernes a las 30 semanas y sigue pidiendo la caída de todo el viejo régimen.
Viernes 13 de septiembre de 2019 18:04
Fuente: twitter @khaleddrareni
El movimiento de oposición popular argelino, Hirak, alcanzó el trigésimo viernes consecutivo de movilización con un nuevo llamamiento masivo a la caída del régimen militar que lidera el general Ahmed GaId Salah.
Como cada semana desde el 22 de febrero, decenas de miles de argelinos, en su mayoría familias, volvieron a desbordar el centro de Argel y de otras ciudades del país al grito de "queremos un estado civil, no militar".
Al igual que las últimas semanas miles de policías custodiaron la marcha con el objetivo de amedrentar a los manifestantes. Sin embargo, y a pesar de represión desatada en ocasiones anteriores, no pudieron evitar que miles de argelinos salieran a las calles.
Al igual que otras grandes ciudades del país, como Mostaganem u Orán, los manifestantes expresaron su oposición a la propuesta del jefe del Ejército y nuevo hombre fuerte del país, quien pidió la semana pasada a la alta instancia electoral que se reúna antes del 15 de septiembre para convocar la presidenciales antes de fin de año.
La respuesta de los manifestantes es clara como sus consignas: "no a las elecciones mientras la banda mafiosa siga en el poder".
"Nos oponemos a que se celebren elecciones mientras esta banda mafiosa siga en el poder", gritaban los manifestantes en alusión al gobierno de transición formado tras la forzada renuncia en abril del presidente Abdelaziz Boutefliak, y que lidera el que fuera su ministro de Interior, Noureddin Bedaui.
Argelia es escenario de manifestaciones populares masivas todos los viernes y martes desde que el 22 de febrero un grupo de jóvenes desafiaran a las fuerzas de Seguridad y salieran a las calles para oponerse a un quinto mandato del odiado Bouteflika.
El mandatario, de 81 años, renunció a su puesto a principios de abril forzado por las protestas y por la presión del propio Gaid Salah, y fue sustituido por el presidente del Senado, Abdelkader Bensalah, quien asumió la jefatura del Estado con el compromiso de convocar celebrar presidenciales en un plazo de 90 días
Bensalah, que la igual que Gaïd Salah, accedió a su cargo como presidente del Senado al inicio de la segunda legislatura de Bouteflika (2004-2009), eludió, sin embargo, el mandato y se mantiene al frente de la jefatura del Estado pese a las dudas legales que suscita.
Salah esperaba que las movilizaciones terminaran desgastadas tras varios meses de protesta y luego de haber mostrado un descenso significativo de manifestantes durante las vacaciones de verano. Sin embargo, junto con la vuelta a clases se reactivaron las marchas de la juventud que sirvió como motor para volver a fortalecer las movilizaciones de cada viernes.
El grito de "abajo todo el viejo régimen" sigue retumbando en las calles de Argelia, y los jóvenes son uno de los motores principales de la sana desconfianza en cualquier instancia de dialogo nacional, como en la que habían entrado la mayoría de los partidos y figuras principales de la oposición. La crisis de esta salida electoral propuesta por Salah, muestra la debilidad en la que se encuentra la instancia de diálogo.