Poco presupuesto, negocios con los premios y subsidios, bajada de línea estatal, falta de lugares para exponer. Es difícil encontrar libertad para el arte. Queremos hacer una convocatoria abierta de artistas en La Matanza.
Viernes 1ro de julio de 2016
Poco presupuesto, negocios con los premios y subsidios, bajada de línea estatal, recortes en escuelas, falta de lugares para exponer y difundir. En estos tiempos de ajuste, encontrar la deseada libertad creativa para quienes hacemos arte es difícil. Sin embargo, vemos la necesidad ante los ataques generalizados que lleva adelante el gobierno de Mauricio Macri, de poner el arte al servicio de organizar una resistencia activa.
La falta de espacios culturales donde los artistas plásticos, músicos y actores, entre otros, puedan dar a conocer sus creaciones, es resultado de la línea económica y política del PRO; y donde gobierna el FPV, como acá en La Matanza con Verónica Magario, las cosas no son mejores. Estas gestiones son, a la vez, cómplices del sector privado que hace grandes negocios con la cultura.
Desde principio de año quedaron desenmascaradas las condiciones precarias de contratación laboral heredadas del kirchnerismo y fuimos testigos de masivos despidos en el sector cultural como fueron los casos de la Escuela Nacional de Museología, el Fondo Nacional de las Artes, el Museo del Bicentenario, el Museo del Traje, y la Biblioteca Nacional, por mencionar algunos.
¿Y el sector privado que ofrece?
Muchas galerías llevan como estandarte lo "actual" o "moderno", el prototipo de artista en pose, que de manera afectada repite una moda. En el plano de la obra en sí, se caracteriza por ser un arte alejado de la realidad, vacío de contenido y repetitivo en sus formas, rápido de digerir a nivel visual y que preferentemente llegue a causar ternura por sus colores o incertidumbre por no referirse a nada. Esta secuencia es habitual en circuitos capitalinos. Aquí en el conurbano, los espacios culturales escasean. Los que se denominan como "independientes" obligan a pagar para exponer o tocar, previa selección de artistas cuyas obras, en la mayoría de los casos, serán funcionales o decorativas al evento de turno. Los que no compartan estas dinámicas o no se amolden a los requisitos quedarán afuera.
¿Qué significa esto? que el paradigma vigente asume al artista, en todas las disciplinas, como un ser creador que responde a las necesidades de este ambiente marketinero sin tener relación alguna con la realidad social, política y cultural que está a su alrededor.
Sufrimos casi históricamente esta escisión entre la clase trabajadora y los estudiantes / artistas, justamente porque somos portavoces de ideas y muchas veces contamos la realidad para amplios sectores, con imágenes y palabras. La unión entre ambos es lo que los gobiernos y empresarios no quieren.
Precisamente, la conexión que hay entre los espacios que responden a los intereses de los grandes capitales, junto a las instituciones artísticas que se encuentran en crisis desde sus conducciones, hasta la falta de políticas educativas y culturales, es la que limita los espacios para aquellos que con convicción intentan no adaptarse a los parámetros impuestos, ni adaptar sus obras.
Ese arte, por fuera del circuito privado, muchas veces debió responder a los criterios estéticos y sobretodo burocráticos del gobierno anterior para sentirse reconocido. Mientras, se encargaba de ocultar la realidad de los circuitos culturales independientes mediante premios, concursos y becas que casi siempre caían en manos de aquellos conocidos de los jurados, simpatizantes de la gestión.
Llegamos hasta acá con un profundo vaciamiento cultural, hay desfinanciamiento de secundarios y universidades artísticas y extendida precarización laboral en todo el sector. Sobre esta base, el macrismo despide y ajusta, y es a su vez cómplice y parte de la dominación ideológica ejercida por los museos privados como el MALBA y PROA. La libertad de desarrollo y creatividad en esta nueva etapa nos parece, más que nunca, una tarea de nosotros mismos.
Para nosotros, la búsqueda de la libertad creativa que este sistema nos arrebata, está en la pelea por transformarlo, para así también liberar al arte del condicionamiento empresarial y estatal. En el camino de estas luchas, sabemos que nuestras obras pueden expresar muchas de esas ansiadas libertades, reflejar las contradicciones que los patrones tapan, cuestionar y dialogar con miles.
Por estos motivos, PTS en el Frente de Izquierda pone el espacio social, cultural y político que abrimos en Ramos Mejía al servicio de todas aquellas disciplinas y artistas que con entusiasmo quieran organizarse y comenzar a mostrar el verdadero arte de los artistas, ese que quiere pelear por liberarse de la opresión y es consecuente con las ideas y la praxis diaria.
Si te interesa sumarte, conocer el espacio, impulsar actividades artísticas/culturales contactanos en
Centro social, cultural y político Frente de Izquierda Ramos Mejía
Av. Rivadavia 13762
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Natalia 1559727740