Estaba convocada por En Clave Roja y Pan y Rosas, presidencia del centro de estudiantes, para discutir el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Participaron trabajadores del subte y estudiantes terciarios.
Luca Bonfante @LucaBonfante98
Jueves 19 de abril de 2018
Ayer a la noche hubo asamblea en la Facultad de Filosofía y Letras, convocada para discutir la campaña por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. La primera oradora fue una trabajadora del subte, Agustina Chaves, que se acercó a la facultad a contar sobre el conflicto que vienen llevando adelante: la conducción de la UTA firmó un 15% de aumento salarial en tres cuotas, cuando todas las expectativas hablan de una inflación por encima del 20% para este año. Además vienen peleando contra el tarifazo que afecta a millones de usuarios y contra el ataque judicial a su sindicato. Recibieron un caluroso aplauso de los estudiantes.
Minutos después, los estudiantes de Filo levantaron por un rato la asamblea y se acercaron a la esquina de Puán y Bonifacio para sumarse al ruidazo con los trabajadores y vecinos de caballito que empezaron a salir de sus casas a protestar contra el tarifazo, como sucedió en varias esquinas del centro porteño y el conurbano bonaerense.
Al grito de "Unidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode" se empezaron a sumar otros estudiantes que salían de cursar a eso de las 9 de la noche, mientras los autos que pasaban acompañaban con bocinazos o paraban a acompañar la protesta espontánea.
El ruidazo siguió luego en el interior de la Facultad, donde decenas de estudiantes se movilizaron por los pasillos y recibieron el apoyo de sus compañeros y docentes que estaban cursando, en el patio, o salían de sus clases. La bronca contra este ataque al bolsillo de las mayorías populares se hizo presente, una vez más, en Puán.
Retomaron los cánticos que resonaron en las calles en el 2016 cuando el primer aumento del boleto de colectivo del gobierno de Macri despertó la bronca de miles, que luego se sumó al reclamo por el presupuesto universitario y a las paritarias docentes y se volvió a poner sobre la mesa la necesidad del boleto educativo gratuito para todos los niveles educativos, una demanda histórica del movimiento estudiantil en nuestro país. "No tengo cuentas en Panamá, soy estudiante y quiero el boleto ya" fue el grito que acompañó al "hit" del verano, que descargó la bronca contra el gobierno.
La asamblea continuó con el saludo de dos estudiantes de los terciarios que están luchando contra la UNICABA, un proyecto del macrismo que pretende cerrar 29 terciarios de la Ciudad de Buenos Aires. También ellos recibieron la solidaridad de los universitarios e hicieron un llamado a enfrentar juntos estos ataques que el gobierno está descargando contra la educación pública.
Tanto los trabajadores del SUBTE como los estudiantes de los terciarios tenían el pañuelo verde en sus cuellos. Sabían que en varios cursos de las carreras de la facultad y en el CBC se viene debatiendo y generando grupos de WhatsApp para organizarse en filo por la conquista de un derecho elemental para las mujeres y todos los cuerpos gestantes, como es el aborto legal, seguro y gratuito.
La asamblea resolvió de forma unánime realizar un gran paro en la Facultad, tomando el ejemplo del año pasado, cuando se tomó esa medida para exigir la aparición con vida de Santiago Maldonado.
Se votó hacerlo en coordinación con los docentes y no docentes que están luchando por sus salarios y defendiendo la educación pública, invitando también a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que se mantuvieron independientes de todos los gobiernos y a las trabajadoras en lucha.
Desde En Clave Roja se llevó la propuesta a la asamblea de hacer extensiva la invitación a organizarse desde las facultades por la conquista del derecho al aborto legal en toda la UBA, en unidad con los trabajadores docentes y no docentes, exigiéndole a los demás centros y federaciones universitarias que se pongan a la cabeza de organizar al estudiantado por este derecho.
Al respecto, la presidenta del CEFyL, Brenda Hamilton, dijo: “No podemos confiar en el Congreso para que se apruebe la ley. Son los mismos diputados que votaron por la reforma previsional y ya cajonearon el proyecto por la Interrupción Voluntaria del Embarazo en seis oportunidades. La Iglesia ya salió a las calles y tiene el apoyo de gran parte de la oposición y el oficialismo. Ellos no nos van a reglar nada, tienen a los medios de comunicación, al Congreso, a los empresarios y a la polícia de su lado. Nosotras tenemos nuestra propia fuerza en las facultades y lugares de trabajo. Ligarnos con la clase trabajadora en esta pelea se vuelve fundamental, porque son ellas, sus hijas, o sus hermanas las que dejan las vidas en los abortos clandestinos.”