Frente a la decisión de la directiva de la CCSS de suspender los 600 campos clínicos para internados, estudiantes de diferentes carreras de salud, tanto de universidades públicas como privadas, han empezado a organizarse de manera asamblearia. Se preparan movilizaciones y otras actividades.
Domingo 13 de junio de 2021
La discusión por los campos clínicos para realizar los internados, requisito de graduación de los estudiantes de último año de medicina en la UCR, comenzó hace unas semanas cuando la Caja decidió suspender los internados sin ningún tipo de discusión, ni aviso. De la noche a la mañana, los 600 espacios para los internados fueron suspendidos. Hace más de un año –marzo del 2020-, la población estudiantil de Microbiología continúa sin poder realizar su internado rotativo. Estas decisiones están directamente vinculada a los mecanismos antidemocráticos de toma de decisión en la CCSS y en las universidades del país, además de la manera en que los estados capitalistas han atendido y atienden la pandemia, así como el origen de la misma.
La preocupación inicial de muchos y muchas estudiantes de salud, responde al atraso que la decisión de la CCSS les implica en su formación profesional, que en principio sería casi de año y medio de carrera. Sin embargo, tras la I Asamblea General virtual de Estudiantes de Salud en Costa Rica este jueves 10 de junio, otras denuncias se han puesto sobre la mesa como la denuncia al acoso y hostigamiento al que las autoridades -tanto dentro de la CCSS, como en las propias universidades- someten a quienes enfrentan en primera línea la pandemia del covid-19, y el reclamo por la salud mental.
En medio de una crisis sanitaria en la cual se les está pagando miles de millones a clínicas privadas para atender pacientes resulta impensable desestimar la labor de cientos de personas con formación para atender precisamente este tipo de emergencias. Una contradicción sin sentido.
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En Organizate, desde comienzo de la pandemia hemos venido levantando la necesidad de que la Universidad ponga todos sus recursos materiales e intelectuales en función de mitigar la pandemia. Esto implica que el sector de salud se incorpore masivamente al trabajo en el sistema de salud, apostando a un sistema de salud centralizado y en manos de sus trabajadores para atender la pandemia.
Es importante que el reclamo por mejores condiciones de estudio y trabajo para las personas profesionales en salud queden en primera línea, ya que sin los trabajadores y trabajadoras que día con día se juegan su vida y su salud, las consecuencias de la pandemia serían inimaginablemente más graves. En este caso esa discusión se traslapa con la discusión de quién está tomando las decisiones para atender la pandemia y, finalmente, la manera en que se desarrollan las relaciones jerárquicas en esas instituciones.
En ese sentido dentro de la UCR se hace necesario plantear una reforma global a los mecanismos de toma de decisión internos y a las jerarquías administrativas, es necesario el voto universal, que es el único camino posible a través del cual se puede verdaderamente crear una relación de fuerzas donde las y los estudiantes no queden sometidos a las decisiones arbitrarias de profesores y administrativos.
Por otro lado, desde el punto de vista de la CCSS es claramente necesario tener una campaña específica de vacunación de todos los estudiantes del país y ponerlos en función de la atención de la pandemia. Lo cierto del caso es que la política del gobierno de mendigar vacunas a las potencias imperialistas o a las empresas monopólicas podría ser exitosa o no, por ello se requiere tener en pie los recursos necesarios para tratar esto como la emergencia que es.
La realidad misma vincula lo que afecta a los estudiantes con la lógica de vacunación impuesta en la sociedad capitalista internacional, donde unos pocos países acapararon las vacunas, incluso en el caso de aquellos países que producen las vacunas, como el dramático caso de la India. La necesidad de la liberación de las patentes para la vacuna contra el covid-19 está a la orden del día y la socialización de la industria para realizarlo. meses atrás atestiguamos la guerra y el saqueo del que Estados imperialistas, como EEUU, Canadá o Francia son parte.
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Mientras en estos países se tienen suficientes vacunas para cubrir varias veces a toda su población, en países empobrecidos tendrían un acceso marginal a las vacunas durante todo el 2021. Desde octubre del 2020 países como India y Sudáfrica insistieron en la necesidad de liberar las patentes, más tarde organizaciones como Médicos Sin Fronteras se sumaron al reclamo. Las grandes empresas farmacéuticas y la propia OMS han bloqueado la petición desde entonces, aportando millones de muertos a la ya de por sí crítica situación sanitaria del planeta. Hoy es más que nunca necesario elevar esta consigna para que sea asumida especialmente por estudiantes de salud.
Si queremos detener el avance de la pandemia de manera responsable, es necesario que se ponga en primer plano el rechazo al negocio multimillonario que las empresas farmacéuticas se llevan al bolsillo jugando con nuestra salud y nuestras vidas. Si la vacuna contra el coronavirus no llega a todos los rincones del planeta, nadie está verdaderamente a salvo.
Todo lo anterior, por supuesto se da en el marco de unas relaciones sociales capitalistas se han convertido en vector de contagio de la enfermedad, para usar las palabras del biólogo evolutivo, ecólogo e investigador en la Universidad de Minnesotta, Rob Wallace. El Covid-19 es una pandemia y es una demostración de la crisis ecológica a que leva la sociedad capitalista.
Las y los estudiantes de salud, reivindicando su derecho a graduarse tienen planteados desde ya, frente a sí mismos, tareas que exceden esas reivindicaciones. Para lograr su reivindicación específica enfrentan también la tarea de cuestionar los mecanismos antidemocráticos de las instituciones del estado y por ello deben sumar las reivindicaciones del voto universal, para que estudiantes y docentes no tengan la relación jerárquica actual, marcada por el acoso y prácticas antipedagógicas.
También queda a la orden del día el cuestionamiento a mecanismos de atención a la pandemia, por el absurdo de enviar centeneras de estudiantes de salud en sus casas en medio de una pandemia. Y finalmente que también el ángulo más general del conflicto, el de la denuncia y cuestionamiento a la manera en que la sociedad capitalista, liderada por políticos y empresarios, ha dirigido la lucha contra la pandemia, privilegiando las ganancias a las vidas de millones de personas con las terribles consecuencias humanas que ha tenido y que desafortunadamente solo auguran mayores rupturas metabólicas entre la sociedad y la naturaleza.
Para defender todo este programa invitamos a las y los compañeros que tengan acuerdo a sumarse a Organizate+independientes y de esa manera construir una organización política que de combate contra la sociedad capitalista y todas las jerarquías odiosas que le acompañan, contra sus lógicas de privilegio y opresión y explotación de las más amplias mayorías.