En las últimas semanas se han desarrollado diversas tomas y paros a nivel nacional, principalmente como respuesta a la ola de brutales casos de violencia de género. Ante esto las movilizaciones han puesto nuevamente en la mesa el debate por la educación no sexista. ¿Qué es de la UTA hoy en día respecto al movimiento feminista y la organización estudiantil?
Jueves 10 de mayo de 2018
Un par de semanas cargadas de brutales casos de violencia de género sacudieron al país. Muchas personas argumentan que no se trata de una ola, sino sólo de la desnaturalización de estos hechos, lo cual es muy probable. Sin embargo lo relevante aquí es la audaz respuesta que ha entregado la organización feminista y estudiantil ante estos casos. Nuevamente el movimiento de mujeres y estudiantil han puesto al centro el debate por una educación laica y no sexista.
Masivas asambleas de mujeres, tomas de edificios y paralizaciones se han llevado a cabo a lo largo del país, denunciando los casos de violencia de género que las autoridades han tratado de esconder bajo la alfombra dentro de las universidades. El movimiento estudiantil y feminista pierde cada vez más la confianza en las autoridades universitarias, quienes históricamente han impedido o limitado la creación de protocolos de acción para evitar los casos de violencia de género en nuestras instituciones.
La Universidad de Tarapacá en Arica no es la excepción a estos casos. En el campus Saucache, que alberga la mayoría de las carreras de la universidad, se llevaron a cabo el 2016 diversas movilizaciones en denuncia de un docente acusado de acoso, el cual fue ascendido a director de escuela en su departamento a pesar de ello y sin llevar a cabo una investigación. Además, el amedrentamiento de las autoridades contra las direcciones de las movilizaciones terminó por disolver progresivamente la organización.
Hoy en día comienza a abrirse un nuevo escenario a nivel nacional, tras un año de pasividad y poca movilización. En la UTA comienzan a llenarse los espacios de discusión dejando al descubierto una crisis de dirección en la orgánica, debido a la falta de federación estudiantil, lo cual se ha vuelto un límite para avanzar a una organización más seria y democrática. En torno a esto han girado las últimas discusiones dentro de las asambleas en la universidad.
¿Cuál es la actual situación en la Universidad de Tarapacá Arica?
La falta de federación estudiantil en la UTA ha conllevado diversas discusiones para intentar buscar una nueva manera de organizar a la universidad, las cuales aún no se han resuelto del todo. En el último pleno se decidió que un representante de cada facultad, electo en asambleas, conformara la directiva del Consejo de Presidentes que actualmente está tomando las atribuciones que debería tener la federación.
La falta de una dirección se ha traducido en falta de organización y articulación entre las distintas facultades, lo cual es un límite para avanzar y desarrollar las discusiones a la velocidad que nos va exigiendo la realidad. Esto ha desarrollado también actitudes arbitrarias, como lo fue la decisión del consejo de presidentes de no llamar a elecciones de federación sin consultarlo a las bases. Por otro lado las autoridades siguen disfrutando de la tranquilidad que esto trae para ellos.
La organización estudiantil en la UTA se encuentra vulnerable ante los ataques de un gobierno de la derecha que se ha mostrado ofensivo en recortar nuestros derechos. Sin embargo es esta misma necesidad la que tiene hoy en día al estudiantado en búsqueda de una nueva dirección. Esto ha desarrollado un profundo cuestionamiento a los estatutos que rigen la orgánica estudiantil, los cuales están llenos de vacíos y limitantes.
¿Qué prosigue para el movimiento estudiantil de la UTA?
Hoy en día el estudiantado de la UTA debe hacer balances de las movilizaciones pasadas, y en base a esto buscar una nueva manera de organizar sus fuerzas y encontrar una dirección que no trance ni deposite confianza en las autoridades, para conquistar definitivamente nuestras demandas. Un nuevo momento ha comenzado para el movimiento estudiantil, con un nuevo objetivo al centro: acabar con la violencia de género dentro de nuestras universidades. Pero ¿Cómo conquistamos un lugar de estudio donde no tengamos que sentir miedo?
Es necesario que el movimiento estudiantil unifique sus fuerzas con las y los trabajadores de la universidad, quienes también padecen nuestras problemáticas y el amedrentamiento de las autoridades. Sus demandas son nuestras demandas, y sin su apoyo el golpe que podemos dar es mucho más reducido en fuerza. Para acabar con el acoso y la violencia de género en nuestra casa de estudio luchemos por comisiones de investigación triestamentales resolutivas, que no requieran el permiso y aprobación de las autoridades.
Este 11 y 16 de mayo las comisiones de género de la universidad y sus estudiantes deben salir a las calles a demostrar fuerzas, y a abrir nuevamente el debate de la educación laica y no sexista en la Universidad de Tarapacá. Porque no confiamos en las autoridades que abren investigaciones sumarias a los estudiantes movilizados, pero meten bajo la alfombra las denuncias de acoso y violencia de género. Queremos decidir estudiantes, funcionarios y académicos!
Marcha contra la cultura de la violación: viernes 11 de mayo 18:00hrs P. Lynch con 21 de mayo.

Narcisa Calderón O.
Estudiante de Pedagogía en Inglés, activista trans y militante de la agrupación Vencer.