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Red Internacional
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Vivienda. Asentamientos de Cipolletti denuncian la falta de asistencia del Municipio

Vecinos de los asentamientos Ruka Laf y 28 de agosto denuncian la falta de asistencia del Municipio de elementos básicos para pasar el frío, tales como leña, bonos de gas para las familias y ayuda alimentaria para las más de 50 familias.

Lunes 17 de mayo de 2021 09:56

En esta zona patagónica las bajas temperaturas ponen al descubierto las necesidades básicas de las familias que habitan en los bordes de la ciudad. Más de cincuenta familias forman parte de estos asentamientos en la ciudad, batallando contra la precariedad de la vida a la que son sometidos por una crisis económica en aumento, agravada por la pandemia y ninguna política social acorde para gran parte de la comunidad.

Cristina (FPDS C. Plurinacional), vecina de uno de estos asentamientos, cuenta que semanas atrás cuando se desató un fuerte temporal de lluvia y viento, tuvo que ser evacuada por familiares y luego de algunas semanas pudo volver a su casilla donde aún permanecía llena de barro y humedad.

Ante la situación acuciante tanto climática como económica los vecinos han reclamado al Municipio la asistencia con leña, garrafas y alimentos para poner en pie un humilde comedor que dé respuesta a decenas de familias que no están pudiendo cubrir las necesidades alimentarias para sus hijos. El Municipio realizó una entrega totalmente insuficiente de cuatro bolsitas de leña para algunas familias, cuando esa cantidad apenas cubre la demanda por unos días y los demás días deben ceder al frío a como dé lugar.

No obstante, el ninguneo de los funcionarios, han podido gracias a la solidaridad de otras organizaciones sociales, preparar la leche para dos días a la semana para los niños del barrio. Muchos de ellos son parte del estudiantado de una escuela cercana a la que concurren y en la que días atrás su directora reclamaba a las autoridades de Educación que otorguen el refrigerio para esos mismos niños que muchas veces llegan a la escuela sin desayunar y a los que hay que asistir cuando se sienten mal ante tantas horas sin ingerir alimento alguno.

La preocupación de las familias y las vecinas va en aumento porque la economía de esas comunidades cada vez es más precaria y la mayoría vive el día a día a través de changas eventuales. Y así como conocen de la solidaridad de los de abajo, también conocen el desprecio y el ninguneo de las autoridades de desarrollo social y el propio intendente, quienes expresamente plantearon que no les van a dar ayuda alguna porque son una toma.

Ante el cercenamiento de sus derechos la comunidad de ambos asentamientos van a iniciar una serie de actividades para rodear al barrio de solidaridad y hacerle frente al cerco social de la clase política que los quiere desalojar del único acceso a la tierra que tienen.