Fuerzas represivas que ejecutaron la masacre de Nochixtlán, las que desaparecieron a los 43, administran la ayuda a damnificados del sismo del 7 de septiembre –y sus cientos de réplicas–, que dejó hasta ahora 96 muertos –76 en Oaxaca, 16 en Chiapas y 4 en Tabasco.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Lunes 11 de septiembre de 2017
Con la excusa de “evitar cualquier tipo de lucro, con el apoyo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), los damnificados en Oaxaca por el sismo del pasado jueves recibirán despensas directamente de manos de los integrantes del Ejército Mexicano y de la Marina Armada de México”, según anunció el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat.
El mismo Murat declaró en la mañana de este lunes 11 de septiembre que son 800,000 las personas afectadas por el terremoto –sobre 4.1 millones de habitantes que residen en el estado–, y 40,000 las viviendas dañadas.
Así es que al gobierno federal y su corte de gobernadores estatales no les alcanza con perpetrar el saqueo de estados tan ricos en recursos como Oaxaca y Chiapas, mientras mantienen en la miseria a la mayoría de la población, hoy los más afectados por el sismo del jueves 8 de septiembre.
Tampoco les alcanza con imponer la reforma educativa y la energética con la fuerza de las balas, los toletes –como sucedió en 2016 en Nochixtlán, un pueblo de Oaxaca–, con las detenciones y las desapariciones forzadas.
En esta hora de desgracia, ponen a las fuerzas armadas, a los mismos que reprimen al pueblo trabajador, al frente del reparto de ayuda. A las fuerzas represivas que enfrentaron las protestas magisteriales contra Peña Nieto en su reciente visita a Oaxaca, apenas un día antes del sismo.
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Que sean las fuerzas represivas las encargadas de distribuir la ayuda constituye un insulto y un despliegue de fuerza para intentar silenciar el descontento social. Un coraje que se enerva ante el desamparo en el que han quedado los municipios de
Ciudad Ixtepec, Tehuantepec, Santa María Xadani y Juchitán de Zaragoza, entre otros.
Ya se alzan voces denunciando que los altos funcionarios –quienes ganan salarios millonarios– se quedan con los acopios del DIF Nacional, DIF Estatal, Cruz Roja y de todos los Centros de Acopio y donaciones de la Sociedad Civil organizada, como ha sucedido en tragedias anteriores.
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Sólo el magisterio combativo –que desde la primera hora se organizó para ayudar a los damnificados– y la clase trabajadora, junto con los sectores populares pueden garantizar que los acopios lleguen a quienes lo necesiten efectivamente.
Ninguna confianza en el gobierno de los priistas Peña Nieto y Murat, que ahora buscan especular con la desgracia de las familias afectadas por el sismo.
Con información de Notimex