Al mismo tiempo que Pedro Sánchez juraba ante el Rey, el Govern catalán se hacía efectivo con todos los consellers y caía el 155 por defecto.
Lunes 4 de junio de 2018
Los diarios y medios de Madrid se centraban en el espectacular ascenso de Pedro Sánchez a la Presidencia y la inesperada caída de Rajoy. Pero, al mismo tiempo se daban importantes cambios en el ejecutivo catalán. Luego de días de disputa entre Rajoy y Torra por quienes podían ser consellers y quienes no, el ejecutivo catalán se sometió al reaccionario criterio que imponían el bloque del 155 y la judicatura. Sin duda alguna, fue un gesto de buena voluntad que JxCat y Esquerra enseñaron a Pedro Sánchez.
La mayoría “independentista” del 21D ha ido aceptando todas y cada una de las imposiciones del Régimen del 78. Puigdemont y Torrent, si bien han protestado mucho, han investido un President “normal”. En lugar de los candidatos propuestos (Puigdemont, Turull y Sánchez) han investido a Quim Torra. Y, éste también ha nombrado consellers “normales”. Se ha impuesto la normalidad del 155 y la judicatura.
JxCat, el PDeCAT y Esquerra Republicana trataran de vender la idea de haber recuperado las instituciones catalanas. Dirán “Hemos recuperado la Generalitat y el Parlament” y lo harán con pleno convencimiento. Esto es así porque ellos siempre han querido estar dentro de la legalidad española. Nunca han querido desobedecer al TC y el poder. Están presionados por un enorme sentimiento de las masas catalanas y por ello aún hablan de República, aunque buscan el diálogo con el bloque del 155.
El referéndum del 1O y su mandato quedarán progresivamente en el olvido. O como mucho serán parte de un discurso abstracto o de los días de fiesta cuando se hablan de las cosas bonitas del pasado. Luego del 3O, la política del independentismo fue limitar al máximo la movilización social, contenerla dentro del 21D y del proceso de investidura que ha acabado éste sábado.
Prueba de ello es que teniendo la legalidad española a favor de investir a los Consellers que se propusieron inicialmente (Turull, Rull, Comín y Puig), no dio la batalla legal (mucho menos aún en las calles) y sencillamente se inclinó de rodillas ante el aún presidente Rajoy. Se adaptaron a las reglas impuestas por Madrid al tiempo que pedían diálogo a Rajoy. Ahora que hay un Presidente “progre” (y resuelto partidario del 155) creen que podrán dialogar. La pregunta es, ¿de qué?
Y aquí entra la propuesta emanada del Cercle d’Economia la semana pasada. Este think tank del empresariado buscando un punto intermedio entre las partes proponía que el Estatut en funcionamiento adquiera el rango de norma constitucional. De ésta manera, las competencias adquiridas por Catalunya quedarían blindadas y por tanto estarían pendientes de la voluntad de cada Gobierno central.
También se habla de un posible acercamiento de los presos políticos a Catalunya. Pero lo cierto es que Pedro Sánchez piensa en cómo afirmar el débil gobierno actual para las elecciones municipales y generales. El PSOE quiere un gobierno fuerte y no ésa suma endeble de diputados que hay que ver cuánto dura. Y, para lograrlo deberá competir con la derecha de Ciudadanos-PP y por su izquierda con un domesticado Podemos que pide el ingreso al Gobierno socialista.
Pero también tiene problemas internos el líder que recorrió España con su Peugeot. Los barones socialistas van de un lado a otro entre la alegría de tener un ejecutivo del PSOE y la preocupación de haber sido investido gracias al apoyo de Convergència y Esquerra Republicana entre otros. Ciudadanos con su ascenso demoscópico trata de aprovecharse de esa situación acusando que ese apoyo tiene contrapartidas. De la misma forma que lo hará el PP. El bloque del 155 está en plena ebullición
Sin embargo, ésta competencia dentro bloque del 155 tiene sus límites. El PSC de Badalona encabezará la propuesta de Xavier García Albiol para desalojar de la alcaldía a Dolors Sabaté. Para ello cuentan con el apoyo de Ciudadanos. Badalona es la cuarta ciudad catalana en habitantes. Y, parte de estos límites es el anuncio de José Luis Ábalos de que seguirán intervenidas las cuentas de Catalunya.
El 1O no se hará con JxCat o Esquerra
La postura de defienden Torra y compañía no tiene nada que ver con el 1O. Es cierto, que el referéndum fue convocado por Puigdemont. Sin embargo, como han dicho en repetidas ocasiones el mismo fue convocado para presionar a Madrid a negociar. JxCat y Esquerra como máximo querían una república pactada con Madrid para que todo siga igual. Pero chocaron con que el Régimen del 78 quería una Monarquía atada y bien atada.
Incluso la burguesía catalana dejó bien clara su posición. Cuando le vio los dientes al lobo, el día 3O con unas enormes huelga general y movilizaciones por la tarde, dijo “yo me las piro”. La gran burguesía tuvo pánico de perder todo. Los grandes empresarios catalanes defienden los negocios que tienen con el Régimen del 78. Y, una República conseguida sobre la base de la movilización popular es un riesgo inasumible.
Carles Riera manifestó que el Govern de Torra “está haciendo exactamente lo contrario al 1O”. Concretó que estamos en “un momento de máxima claudicación de Junts per Catalunya y Esquerra ante el estado”. El diputat cupaire aseveró que “debemos hacer autocrítica” y que hay que inicial la “confrontación al Estado y al autonomismo” en referencia al Govern Torra. Riera lo sintetizó “Puño cerrado desde el punto de vista del autonomismo y mano tendida si se trata de hacer república”. La CUP aún sigue esperando presionar a los representantes de la burguesía catalana.
La voluntad popular expresada el 1O solo se concretará en las calles y ampliando la voluntad popular del referéndum hacia los lugares de trabajo y de estudios. Para ello es necesario vincular claramente la república catalana a la resolución de los graves problemas sociales que padecen las mujeres con la discriminación y la violencia de género, la juventud con la precariedad, los estudiantes con las tasas y los trabajadores con el paro.
Una República así significa oponerse a las políticas y presupuestos neoliberales del PDeCAT y ERC. Con éstos partidos será imposible ensanchar la base social a la clase obrera. También será imposible concretar la República. Solo con la movilización en las calles y la organización en las fábricas y establecimientos educativos de un amplio movimiento social y la unión con el resto de los trabajadores y pueblos del estado podremos avanzar en ejercer el derecho de autodeterminación y resolver los problemas sociales.
El diálogo con el Régimen del 78 es suicida o es traición. Se trata de torcerle el brazo a éste reaccionario Régimen y a su Constitución. Para ello hay que poner norte a una República de los trabajadores y el pueblo y a una Federación libre y voluntaria de repúblicas ibéricas socialistas.