Los trabajadores de Metalbo denuncian que la empresa les quitó el descanso, y por si fuera poco, a el comedor también lo sacaron para instalar otro sector productivo.
Domingo 15 de noviembre de 2020 21:04
En el día de hoy los trabajadores de Metalbo, ubicada en la zona sur de Rosario. Se comunicaron con La Izquierda Diario para hacer públicas sus condiciones de trabajo. Ya con el hartazgo que vienen arrastrando de hace años se suma que les quitaron el lugar físico del comedor que va a ser destinado para otras tareas. Ya habían sacado el descanso, sin importarles la cantidad de horas extras ni el cansancio del personal.
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Haciendo un repaso general de las condiciones que vienen contando hace años podríamos recordar que para la cantidad de trabajadores que producen diariamente en los distintos puestos de trabajos hay un solo baño, para los trabajadores, con 2 letrinas y una canaleta para orinar. También hay un gran vestuario para los jefes, con inodoro, lavamanos y todo tipo de lujos, que no son para los trabajadores.
También hemos reflejado cómo se inunda parte de la planta en días de lluvia, aunque las maquinas siguen encendidas porque la producción debe continuar. El puente grúa que se http://www.laizquierdadiario.com/Me...cayó 3 veces o la familia de ratas que viven en la empresa (no hablo de los dueños) con la cantidad de enfermedades que esto puede traer.
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Cualquiera pensaría que en tiempos de pandemia las cosas podrían cambiar un poco, pues si, ahora no hay comedor. A veces los trabajadores suponen que va a venir alguien o algo a solucionar los problemas laborales, las injusticias patronales o el esclavismo, la única manera de poder hacerse respetar es organizándose y luchando, como hacen las familias de Magaldi que pelean por tierra para vivir.
Las empresas aprovechan la pandemia para cumplir su verdadero objetivo que es hacer pagar la crisis a los laburantes. Te explotan hasta romperte el cuerpo, te suspenden rebajándote el bajo salario y si levantas la cabeza te echan como un perro. Es imperiosa la necesidad de juntar fuerzas para organizarnos, para ir construyendo en cada sector una fuerza capaz de obligar a las conducciones como la que tenemos en la UOM a salir de sus cómodos sillones y en la calle forjar la unidad con los millones de trabajadores que están agrupados en los sindicatos y junto a los desocupados.
