Tras las enormes movilizaciones del pasado 12 de febrero la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid prohíbe la recogida de firmas, pegada de carteles y de pancartas en los centros de atención primaria en un claro ataque a la huelga de las sanitarias.
Jueves 16 de febrero de 2023
El pasado domingo 12 de febrero se vivió en Madrid una espectacular movilización, la más masiva de los últimos veinte años, con un número de asistentes que ronda los 250000 y el millón, según las cifras que dan la comunidad y los colectivos organizadores respectivamente. Salieron a la calle sanitarias y pacientes en protesta contra la nefasta gestión de la sanidad que está teniendo el gobierno de Ayuso, con listas de espera de más de dos meses, cada vez más centros cerrados y un desabastecimiento de personal descomunal, 15 pacientes por médico o 2 enfermeras por 90 pacientes. Las trabajadoras de la atención primaria llevan ya casi dos meses de huelga, el próximo 21 se cumplirá el tercero, y en plena campaña electoral esto claramente pone en jaque al gobierno del PP, que ha respondido a las protestas con difamación y una negativa rotunda a negociar.
Arranca la masiva manifestación por la #SanidadPública en Madrid, en apoyo a la huelga de las sanitarias. ✊🏾🩺 “Coordinemos todas las luchas” @CRTorg #MadridSeLevantaEl12F #SanidadDeTodos #SanidadOAyuso pic.twitter.com/hCQME3yOay
— IzquierdaDiario.es (@iDiarioES) February 12, 2023
Su respuesta a la pasada movilización del domingo ha sido un comunicado en el que se prohíbe “la utilización de las instalaciones de Primaria para actuaciones distintas a la prestación para el servicio sanitario en beneficio del paciente”. Se restringe también “realizar actividades como la recogida de firmas, instalación de cartelería o reparto de folletos no autorizados, ni cualquier otra acción que no tenga carácter asistencial o de promoción de la salud”.
Esta prohibición explícita de difusión de la huelga es un claro intento de invisibilizar la misma, una huelga que recordemos cuenta con un respaldo casi total por parte de los usuarios de la sanidad pública, que se enfrentan a listas de espera de semanas para una consulta de 5 minutos y a centros de atención desatendidos de personal. También se anuncian inspecciones “aleatorias” en 50 centros de atención primaria de toda la comunidad, con la excusa de “asegurar el confort y la seguridad del paciente, lo que redundará en una mejor atención a los usuarios”. Si verdaderamente se buscase una mejor atención a los usuarios no se impediría la difusión de la huelga, se dotaría a los centros de atención primaria de más recursos y personal. Esto es una clara contra las sanitarias en un contexto de campaña electoral, en la que Ayuso empieza a ver amenazada su mayoría.
📃 La Consejería de Sanidad dicta una resolución para garantizar el uso adecuado de los centros de salud.
👉🏻 Lo hace tras detectar en las instalaciones actividades no relacionadas con la atención sanitaria durante la jornada laboral. pic.twitter.com/XTyGptbOuR
— Salud Madrid (@SaludMadrid) February 15, 2023
A este comunicado responde Ángela Hernández, secretaria general de Amyts. “Nos parece una huida hacia adelante de la Consejería de Sanidad”, dice antes de comenzar la manifestación de cada miércoles a la que asisten pediatras y médicos de familia. “Nos parece la vieja técnica de tratar de parar el problema y matar al mensajero”, continúa. Termina diciendo “No nos preocupamos porque hoy vamos a entregar 50.000 firmas y tendremos para las semanas venideras y la recogida de firmas continuará en otros sitios”. Las sanitarias no se arrugan ante este intento de represión, continúan adelante con la lucha que vienen dando desde el 21 de noviembre.
Con todo esto, la huelga, mantenida durante casi tres meses con mucha fuerza, plantea un problema estratégico, cómo torcerle el brazo a Ayuso para conquistar las reivindicaciones planteadas por las sanitarias. Es un debate complejo, aunque cada vez más queda presente que la extensión de la huelga al resto de servicios y trabajadores sanitarios -es decir, sanitarios del resto de sectores, celadores, limpiadoras, etc.- es clave para conquistar la fuerza necesaria con la que asestar este golpe.
Como plantea un artículo publicado en Izquierda Diario, "Amyts y el comité de huelga se encuentran hoy en una posición privilegiada y cuentan con una gran autoridad entre el resto del personal sanitario para plantear al resto de los sindicatos y trabajadores de la sanidad la necesidad de extender la huelga al resto de categorías, superando la limitación que supone una huelga dirigida por un sindicato profesional que solo agrupa a los médicos y los titulados superiores de la Sanidad. La ampliación de la huelga implica necesariamente la incorporación de otras reivindicaciones que la huelga convocada por Amyts no plantea, como la mejora de las condiciones salariales de todas las categorías más bajas (celadores, auxiliares, técnicos de emergencias...) que muchas veces superan por muy poco el SMI, la estabilización de todos los contratos o la internalización inmediata de todos esos servicios. Ampliar el programa de lucha es la vía para ampliar la propia huelga."
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Está a la vista que la huelga de la sanidad madrileña, provocada por la terrible gestión del gobierno autonómico y el claro intento de privatizarla, así como por la pasividad del gobierno del PSOE y UP y por los recortes en sanidad que se vienen sucediendo desde la crisis del 2008, está empezando a pasar factura a la mayoría electoral de Díaz Ayuso. Los partidos de la izquierda reformista, como Más Madrid o Podemos han intentado el domingo sacar rédito político de la manifestación, recordemos su complicidad en El próximo 28 de mayo habrá elecciones y está por ver si su mandato será reelegido o si lo sustituirá un nuevo gobierno. Debemos recordar que este nuevo gobierno, que seguramente será una coalición similar a la del gobierno central, no trae ninguna alternativa a los problemas del pueblo madrileño.
Ha quedado más que claro en los últimos años que el reformismo no es más que una continuación más “amable” (si es que se puede considerar amable) de las políticas neoliberales y privatizadoras de la derecha conservadora. Y es que la sanidad pública no está solo en crisis en Madrid, también en otras comunidades en las que gobiernan los partidos de la izquierda progresista, como se vio también este fin de semana en ciudades como Santiago o Burgos. Esto es también responsabilidad suya, veamos por ejemplo los Presupuestos Generales del Estado de este año, en los que se plantea una tímida subida del dinero destinado a sanidad y educación, la cual se come casi por completo la inflación, y en los que se ha aprobado una subida del presupuesto destinado a armamento de más del 26% (con el objetivo de llegar al 2% del PIB como quiere la OTAN), una subida histórica que refuerza la escalada militarista en plena guerra de Ucrania.
Viendo también el papel que juega el reformismo en la institucionalización de las luchas, como se vio con la creación de Podemos tras el 15M, es más importante que nunca que la lucha por una sanidad pública de calidad, gratuita y accesible continúe y se proponga objetivos mayores. También es clave la unión de las luchas de distintos sectores públicos y privados que se están viendo a lo largo del Estado Español, sólo así se conseguirán las fuerzas para afrontar crisis como el abandono de la sanidad pública o la inflación, que afectan a todos los sectores de la clase trabajadora. No cometamos una vez más el error de confiar ciegamente en un reformismo que no trae consigo más que la continuación de la situación actual. Como cantábamos cientos de miles el pasado domingo, que viva la lucha de las sanitarias y la lucha está en las calles, no en los ministerios.
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