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Red Internacional
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Conferencia mañanera. Ataque en bar de Querétaro por “rivalidad entre grupos delictivos”, asegura Harfuch

Este 12 de noviembre la presidenta Claudia Sheinbaum emitió su conferencia matutina acompañada del gabinete de seguridad federal. En las intervenciones destaca la del secretario de Seguridad Ciudadana y Protección Civil, Omar García Harfuch, quien se refirió al ataque en un bar de la ciudad de Querétaro el 10 de noviembre donde resultaron asesinadas 10 personas y 13 lesionadas de gravedad.

Martes 12 de noviembre de 2024

Sobre ello el titular de la dependencia afirmó que la agresión ─misma que, como se muestra en videos que circulan en redes sociales, se da de manera indiscriminada- supuestamente había sido dirigida contra una persona que se encontraba en el establecimiento la cual presuntamente pertenecía a una célula del crimen organizado en la región.

“Recordemos que el 7 de noviembre también hubo otro evento en un restaurante donde pierden la vida tres personas. Este último evento está relacionado con esa agresión, es una rivalidad entre dos células delictivas. Estamos en investigación en conjunto con el gobierno del Estado por instrucciones de la presidenta”, mencionó Harfuch.

Lo cierto es que este tipo de sucesos han ido en incremento desde que Felipe Calderón decretó su Plan Sectorial de Seguridad Nacional (2007-2012), con el que se inició la etapa de intensificación de la militarización de México que vivimos hasta el día de hoy.

La militarización ha implicado paramilitarización, con agresiones a la población que han ido escalando el nivel de brutalidad. En lo que va de este 2024 se han reportado 35 ataques en distintas partes del país, provocando al menos 98 muertes, según informó hoy el diario Reforma.

Un recorrido histórico de la violencia paramilitar en tiempos recientes del país nos muestra que este tipo de atentados se vuelve más común a partir de que se han vuelto más frecuentes las colaboraciones de capacitación militar con Estados Unidos; el cuerpo de élite castrense que terminó conformando la estructura paramilitar de Los Zetas, mismos que aterrorizaban a poblaciones civiles a través de procedimientos como este, son un claro ejemplo de ello.

Los Zetas, si bien fueron desertores del ejército, lo cierto es que comenzaron su colaboración con el capo Osiel Cárdenas Guillen cuando aún eran elementos en activo de las Fuerzas Armadas.

Otros casos semejantes los encontramos en Sinaloa, con personajes como Manuel Alejandro Aponte Gómez, alias “El Bravo”, quien fue un militar de élite que colaboraba con personajes de organizaciones de dicha entidad.

La militarización y paramilitarización, si bien son temas complejos que requieren un análisis muy minucioso, son fenómenos que claramente se observa han ido de la mano del avance de intereses ilegales de las burguesías nacionales y transnacionales; en medio de sus manifestaciones queda la vida de civiles inocentes que, sin organización, quedamos a merced del actuar tanto de las Fuerzas Armadas que actúan con letalidad extrema ─como recientemente se vio en la masacre de migrantes del 2 de octubre pasado- como de grupos paramilitares.

Como hemos dicho en otras notas, la militarización es expresión de las consecuencias de la subordinación económica, política y en materia de seguridad a los Estados Unidos, resultado de la histórica opresión imperialista sobre México y tiene como uno de sus principales objetivos contener el descontento social y hacer avanzar a megaproyectos en detrimento de los derechos colectivos de sectores populares y comunidades indígenas.

Una vez en curso dicho proceso expansivo, con lo que tiene a nivel de otorgar impunidad a militares que actúan en lo legal e ilegal, se van naturalizando masacres y ataques armados indiscriminados.

Para hacer frente a esto, es necesario reactivar un potente movimiento democrático nacional contra la militarización.