Una nueva caravana migrante con más de 1.500 personas partió del sur de México con el objetivo de poder cruzar la frontera antes de la asunción de Donald Trump.
Martes 3 de diciembre de 2024 15:00
Las amenazas de Trump agitando un plan de expulsión de inmigrantes y la radicalización del discurso xenófobo y racista (recordemos que en pleno debate presidencial planteó que los inmigrantes se comían los perros y los gatos) tuvo implicancias concretas en la ubicación del gobierno “progresista” de Claudia Sheinbaum que intenta ubicarse como garante al cuidado de las fronteras con EE.UU. pero con un tono de prudencia en relación a las caravanas migrantes.
Para entender la magnitud de la crisis es necesario plantear que se calcula que durante el año 2024 alrededor 925.000 personas migrantes fueron detenidas en el territorio mexicano.
La reciente electa presidenta planteó que “ Reiteramos que la postura de México no es cerrar fronteras, sino tender puentes entre gobierno y entre pueblos” , estas declaraciones en la realidad estarían mostrando otra cosa , ya que el 2 de octubre en la localidad de Chiapas, fuerzas del ejército asesinaron a 6 personas
Por otro lado, Morena, el partido del cual es parte Sheinbaum y que gobernó con Andrés Manuel Lopez Obrador los últimos 6 años, no avanzó siquiera con registros claros sobre las detenciones de migrantes. Que además de la presión por parte de las fuerzas armadas de cada país que cruzan en su travesía, también se enfrentan a las fuerzas de las organizaciones de narcotraficantes que las someten a extorsiones, secuestros y asesinatos.
El problema de seguir acríticamente las órdenes del imperialismo estadounidense es que estas conducen a la deshumanización y a la criminalización de personas que se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad.
El flujo migratorio, por su parte fue alentado por la implementación de los planes neoliberales desde la década de 1980, y concluyó en enormes beneficios para los agronegocios, otras industrias y servicios personales en Estados Unidos y Canadá, a partir de contar con mano de obra barata para la economía. Como contraparte también las condiciones objetivas que padece la región latinoamericana se caracterizan por una fuerte expoliación económica por parte de EE.UU.
La desesperación es la razón que empuja a miles de personas a salir de sus países de origen. Semana a semana se forman nuevas caravanas de migrantes, con personas adultas, niños y niñas, dispuestos a enfrentar cualquier riesgo para alcanzar una vida mejor. Quieren llegar a territorio estadounidense antes de que asuma el nuevo gobierno.
Desde la organización Médicos Sin Fronteras que trabajan en la frontera sur de México alertan sobre la situaciones que atraviesan los migrantes y dicen que las ayudas psicológicas son cada vez más necesarias en el terreno.
“Desde el equipo de salud mental vemos personas con síntomas de estrés postraumático, ansiedad y problemas de sueño. Aun cuando tienen medios para comer o espacios para descansar, no pueden hacerlo porque están preocupados por lo que puede pasar o ya les pasó, como secuestros, situaciones de violencia, extorsión, abusos sexuales y la incertidumbre. Es una situación de estrés constante que tiene repercusiones en la salud física y mental”
Como señala Barbaba Funes , editorialista de La Izquierda Diario México ante un escenario de tanta brutalidad “El horizonte es sombrío para las personas migrantes en Estados Unidos y en México. Es necesario que las organizaciones defensoras de migrantes se unan con trabajadoras y trabajadores de la región, organizaciones sociales, de derechos humanos y feministas para que se multipliquen las voces en defensa de las y los migrantes, por el derecho al libre tránsito, atención sanitaria y psicológica, acceso a educación, viviendas y trabajos con plenos derechos laborales, sociales y políticos para todas y todos.”
