Mientras los ataques racistas y xenófobos contra los refugiados quedan impunes y el gobierno alemán restringe las leyes de asilo, aumenta la solidaridad con los inmigrantes. Un movimiento de solidaridad enormemente progresivo contra la xenofobia imperialista.
Sábado 5 de septiembre de 2015
Después de que el día lunes las autoridades húngaras permitieron el embarque de más de 3.600 personas con destino a Alemania, a los pocos días llegaron miles de inmigrantes a la provincia de Bavaria y a su capital Múnich, para ser registrados y enviados a un centro de acogida por el tiempo del trámite de su solicitud de asilo.
Lo sorprendente es que desde el día martes a primera hora los refugiados recibieron la ayuda de la población que llevó agua, artículos de aseo, frutas, panes, ropa, y se pusieron a disposición para traducir, etc. Tanta era la solidaridad que cerca del mediodía las autoridades llamaron a no llevar más cosas, pero la gente seguía mostrando su apoyo, hasta que en un momento llegó a haber más personas solidarias que refugiados en la estación de trenes de Múnich.
Pero lo sucedido en Múnich es solo un ejemplo entre miles; personas solidarias que acogen a los refugiados en sus casas, les ayudan en su vida cotidiana, les dan clases de alemán, etc. Hay muchas iniciativas de base que se agrupan alrededor de los centros de refugio para ayudar a los refugiados.
Tal es el caso de la iniciativa de base “Moabit hilft!” (“Moabit ayuda!”) que se creó para apoyar a inmigrantes en un centro de refugiados ubicado en un barrio en Berlín y se transformó en un grupo que organiza la solidaridad de miles de berlineses que diariamente van a ayudar en todos los posibles ámbitos. Frente a las oficinas que tramitan la solicitud de asilo en Berlín (llamadas LaGeSo), casi dos mil refugiados están acampando a la espera de una respuesta oficial. Por la falta de disposición del ayuntamiento de Berlín a cambiar esta situación, miles de personas ofrecen servicios médicos, de traducción, cuidado de los niños, arriendan departamentos para los refugiados, organizan las comidas, y mucho más.
Varias personalidades del mundo televisivo también hicieron público su apoyo a los refugiados y su desprecio hacia la política de asilo alemana y la violencia racista.
Esta solidaridad se pudo observar también en los primeros partidos de la recién iniciada temporada de la liga de fútbol, la Bundesliga, donde los hinchas de todos los equipos llevaron pancartas inscriptas con la frase “bienvenidos refugiados”.
Hasta el fin de semana pasado, las manifestaciones en solidaridad con los refugiados que hubo en muchas ciudades del país habían sido más bien reducidas a grupos de la izquierda radical. Pero esto cambió el sábado 29/08, cuando cerca de 10.000 manifestantes colmaron las calles de Dresde en rechazo a la política racista del gobierno alemán.
Contra la xenofobia y el racismo: lucha en las calles
La crisis migratoria no tiene fin. La respuesta represiva de los gobiernos imperialistas europeos solo aumenta la xenofobia y el racismo, y provoca la muerte de cientos de refugiados semanalmente.
El día miércoles Italia retomó el control de su frontera con Austria, a pedido de Alemania, donde en el mes de agosto por primera vez llegaron más de 100.000 refugiados. Desde octubre, la UE enviará buques de guerra, submarinos, aviones no tripulados y portaaviones al mar mediterráneo en su “lucha contra los traficantes”, o sea, contra los refugiados. Una vez más, la respuesta imperialista frente a la crisis migratoria es la represión y la militarización.
Los partidos patronales en Alemania tienen un doble discurso cínico: mientras rechazan de palabra la violencia racista, están de acuerdo en restringir más las leyes de asilo. Y mientras anuncian que no deportarán a refugiados provenientes de zonas de guerra como Siria y se llenan la boca con los supuestos “valores europeos”, no tardan en hacer “más ágil” el proceso de deportación para los “inmigrantes ilegales”.
En su conferencia anual de prensa, Ángela Merkel anunció que para la apertura de nuevos centros de refugiados habría que ser más “flexibles” porque no todos los edificios cumplirán con los requisitos necesarios, por ejemplo en cuanto a la protección contra incendios. ¡Pide bajar los requisitos de seguridad de los centros de refugiados cuando todos los días hay nuevas noticias sobre incendios y ataques a estos centros!
Pero aunque el gobierno no cambia su política racista que fomenta la violencia xenófoba, mientras los ataques contra los refugiados no cesan; hay un nuevo fenómeno que puede cambiar este clima reaccionario. Es un nuevo movimiento emergente de solidaridad popular con los refugiados.
La izquierda tiene el desafío enorme de desarrollar y canalizar ese apoyo enorme en un movimiento democrático antiracista masivo que sea capaz de hacer frente a la violencia xenófoba, organizando la autodefensa de los refugiados y las leyes represivas, conquistando plenos derechos sociales y políticos y acceso a trabajo digno para todos los inmigrantes, sean “legales” o “ilegales”.
Solo la lucha de conjunto con los trabajadores nativos e inmigrantes pueden arrancar demandas como igual salario para igual trabajo, el reparto de las horas de trabajo para todos los trabajadores, ocupados o desocupados y el fin de la precarización laboral junto con las demandas históricas del movimiento de los refugiados.
Es esta fuerza social la que puede hacer frente a la Europa del Capital con sus fronteras nacionales militarizadas, su represión racista y su xenofobia institucional.
Dar una respuesta internacionalista y obrera a la crisis y abrir el camino a una Europa de los Trabajadores que termine con las intervenciones y el expolio imperialistas, que son las razones profundas de la crisis migratoria actual.