El académico de la RAE, Félix de Azúa, declaró que Ada Colau "debería estar sirviendo en un puesto de pescado". El machismo vuelve a arremeter contra las mujeres que irrumpen en la vida política.
Martes 5 de abril de 2016
Foto: Twitter
El pasado mes de marzo un concejal del PP dijo de Ada Colau que “en una sociedad seria y sana estaría limpiando suelos”, refiriéndose a su incapacidad para gestionar una ciudad como Barcelona. Esta semana arremete de nuevo contra la alcaldesa de Barcelona nada más y nada menos que el académico de la RAE y uno de los fundadores de Ciudadanos, Félix Azúa, diciendo que la alcaldesa “debería estar sirviendo en un puesto de pescado".
Tras la contestación de Ada Colau que tachó a Azúa de machista y clasista, el académico volvió a la carga de nuevo culpando a Colau de haber humillado a las pescaderas por haberse molestado y además añadió, "¿Qué entenderá por misoginia una mujer que apenas tiene estudios?".
A todo esto la alcaldesa ha respondido con una campaña en la que se fotografía con pescaderas y exponiendo su expediente académico en la web del Ayuntamiento.
No es la primera vez que las mujeres que irrumpen en el ámbito político son recibidas con insultos por el hecho de ser mujeres, como ya ocurrió con las diputadas de la CUP en plena campaña electoral, contra las que se profirieron insultos y humillaciones misóginas que descalificaban su aspecto y que nada tenían que ver con su discurso político.
Cabe destacar el claro contenido machista de los ataques que pretenden retirar a las mujeres de la vida política. Estos dirigentes retrógrados del PP prefieren ver a las mujeres como "ángeles del hogar" que tanto propugnó el franquismo, que como dirigentes políticas.
Recordemos las duras críticas misóginas que recibió Carolina Bescansa, tras llevar a su bebé de 7 meses al congreso.
A todo esto hay que sumarle el hecho elitista y de desprecio a las mujeres trabajadoras que hay detrás de éstos comentarios. Para estos reaccionarios académicos y políticos burgueses, la política debería estar totalmente vedada para las mujeres de la clase trabajadora. Excepto para seguir sufriendo las consecuencias de la crisis que esta democracia hecha para ricos descarga brutalmente sobre ellas.
Sin embargo, es la clase obrera y las mujeres trabajadoras, las que en su lucha por mejoras sociales y laborales han demostrado que tienen la capacidad para gestionar su destino.
