Intento de magnicidio. Atentado: nueva detención, más datos en el teléfono de Uliarte y una amenaza contra CFK

Según información difundida por la agencia estatal Télam, este lunes por la tarde la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner fue “amenazada de muerte” a través de un llamado telefónico al 911 (recibido por la Policía) que se habría realizado desde La Plata. Si bien en un principio se dijo que la voz era “femenina”, al momento las fuentes oficiales no pueden asegurarlo.

Ante el aviso de ese llamado amenazante, la jueza federal María Eugenia Capuchetti, quien tiene a cargo la causa por el intento de magnicidio del 1° de septiembre, ordenó que se reforzara la custodia de Cristina. En el expediente también actúa el fiscal federal Carlos Rívolo. En un hecho poco usual en un período de tiempo relativamente corto (doce días), por segunda vez la magistrada decidió dictar el “secreto de sumario”. Por lo tanto, la información difundida en las últimas horas corresponde al breve lapso en que la jueza permitió la filtración de datos a la prensa.

Aún se aguarda que Capuchetti procese a Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte por “homicidio agravado en grado de tentativa”. Mientras tanto, nuevas revelaciones surgidas desde el Juzgado Federal 5 de Comodoro Py comprometen todavía más a la pareja que, al menos hasta antes de la noche del jueves 1° de septiembre, aparentaba dedicarse junto a un grupo de “amigos” a la simple venta de copos de azúcar en las calles de Buenos Aires.

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Nueva detención

Por las mismas horas en las que el 911 recibía una amenaza contra CFK, la jueza ordenaba a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que detuviera a una mujer que tendría estrecha relación con Brenda Uliarte. De hecho se la habría detenido tras una serie de allanamientos (en provincia de Buenos Aires y en CABA) surgidos a partir de información contenida en las aplicaciones de mensajería del teléfono de la novia de Sabag Montiel.

Sobre esta tercera detención, hasta el momento las fuentes judiciales informaron que se trata de una mujer “de nombre Agustina Díaz” y que es “amiga de Brenda”. Incluso que habría ido a “visitar” a Uliarte estando detenida. Pero lo más importante es que, al recuperar llamadas y mensajes de audio y voz en el teléfono de la novia de Sabag Montiel, entre ellas habrían hablado de “un atentado” contra CFK al menos desde un mes antes del ataque del 1° de septiembre.

Díaz será indagada este mismo martes por la jueza Capuchetti. Y se desconoce a ciencia cierta si la mujer integra el grupo de “amigos” dedicado a la supuesta venta de copos de azúcar en la vía pública.

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“Ya fue, no traigas nada”

Además de la nueva detención, las últimas noticias surgieron del peritaje al teléfono personal de Uliarte. Como se sabe, aún se desconoce si es “recuperable” el contenido del celular de su novio de 35 años, luego de que una “pericia” de la Policía Federal lo reseteara (borrara su contenido) dejándolo como si recién hubiera salido de fábrica. Por eso, el teléfono de la joven de 23 años cobró particular interés en función de obtener más información de los movimientos y conversaciones de la pareja previo al ataque en la esquina de Juncal y Uruguay.

Las fuentes judiciales aseguraron que en el teléfono de Uliarte se hallaron diversos mensajes de Whatsapp y Telegram que permiten inferir la existencia de un intento previo de asesinar a Cristina Kirchner. Habría sido el sábado 27 de agosto, el mismo día en que el gobierno porteño, a cargo de Horacio Rodríguez Larreta, colocó vallas rodeando la esquina de Juncal y Uruguay del barrio de Recoleta y la Policía de la Ciudad reprimió una manifestación en apoyo a la vicepresidenta.

La noche de ese sábado Cristina habló en la vereda, sobre un improvisado escenario. Allí culpó al gobierno de Juntos por el Cambio de actuar con violencia contra las y los manifestantes kirchneristas y, buscando aplacar los ánimos, finalizó pidiéndoles a sus seguidores que se fueran a descansar a sus casas. Según surge del teléfono de Uliarte, Sabag Montiel estaba allí.

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En uno de los mensajes enviados a su novia, el hombre dice “no, no es que se dé cuenta, el tema es que hay una cámara de C5N, y hay poca gente, y la gente se está yendo, y el momento es ese, ahora ya es tarde, o sea son las 12 y ella salió a esa hora, y era a esa hora, o sea el escenario era con ella porque la habrán seguido”.

Otro mensaje dice: “¿Entendés? Después vamos a ver en la tele a ver qué pasó porque cuando ella se metió, la siguieron y ahí tendría que haber sido”. Y otro: “No, ya se me metió adentro y el escenario, el anfiteatro lo sacaron. Le toqué la espalda a Axel Kicillof y se metió en un Toyota Etios, eh, y se fue, un quilombo. Ella está arriba pero no creo que salga, así que ya fue, dejá, voy para allá, quédate ahí. No traigas nada”.

Hace algunos días se difundió un video en el que se ve que ese mismo 27 de agosto Sabag Montiel estaba entre los manifestantes, acompañado de “copos de nieve”, a metros de figuras como el gobernador de la provincia de Buenos Aires.

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Más que “copitos”

“El teléfono de ella es muy contundente”, dijo a Télam una fuente judicial. “Se trata de un material que la coloca como participante activa de distintos grupos de haters” que arengaban contra Cristina y sus seguidores. Precisamente una línea de investigación se enfoca en las probables conexiones entre Uliarte y pequeños grupos reaccionarios como Revolución Federal (que en los días previos al atentado venían “escrachando” a funcionarios y manifestándose, incluso en la Casa Rosada, con simbología mortuoria y amenazando a periodistas).

A su vez se está poniendo en estudio el “entorno de contención” de Sabag Montiel y Uliarte. Una de esas personas sería la tal Agustina Díaz, detenida el lunes a la tarde, y lógicamente el resto de las y los vendedores de copos de azúcar que, días después de detenido Sabag Montiel, dieron entrevistas televisivas con Uliarte para despegarse del hombre que gatilló dos veces a la cabeza de CFK.

Uno de los más complicados es Gabriel Carrizo, el “jefe” del grupo de vendedores de “copitos”. Él habría mantenido “intensas comunicaciones” con Sabag Montiel durante el mes previo al atentado del 1° de septiembre. “Hay otras personas de diálogo frecuente con los imputados que también están bajo la lupa de los investigadores”, dicen las fuentes consultadas por Télam.

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Un último dato también reviste interés. Se trata de un testigo que se presentó ante la Policía de Seguridad Aeroportuaria (a cargo de las pesquisas que ordena la jueza Capuchetti) y dijo que el jueves 1° estuvo “muy cerca” de Fernando Sabag Montiel cuando éste gatilló su Bersa calibre 32. “Después de su primer intento lo vi empujar la corredera de la pistola hacia atrás como para colocar una bala en la recámara”, dijo el simpatizante de Cristina. Y agregó que la maniobra de Sabag Montiel “quedó trunca” porque los manifestantes lo vieron, lograron agarrarlo y el arma cayó al suelo.

El testimonio es importante ya que una de las incógnitas aún no resueltas es por qué, si el arma estaba apta para disparar, tenía cinco balas en el cargador y el pistolero tenía conocimientos básicos de su uso, el homicida no consumó el crimen. Si realmente quiso cargar el arma tras gatillar una vez, quedarían más claras las intenciones de matar efectivamente a la vicepresidenta.