Con semáforo en rojo en el Valle de México, y al borde del colapso hospitalario las y los empleados de los call center continúan laborando sin seguridad de recibir su salario en caso de enfermar o de que algún familiar contraiga Covid-19.
Agrupación Juvenil Anticapitalista @AgJuvAnticapMx
Viernes 29 de enero de 2021
Pese al regreso a semáforo rojo en el Valle de México por la pandemia de coronavirus, miles de trabajadoras y trabajadores continuamos laborando, lo cual nos incrementa el riesgo de contraer el virus durante nuestros trayectos o en los mismos centros laborales.
Tal es el caso de los empleados de los call centers, quienes no solo enfrentan la precarización laboral, el riesgo de contagio o las extenuantes métricas de productividad que exige la patronal; sino también afrontan la incertidumbre de perder su empleo o de no recibir su salario en caso de enfermar o algún familiar contraiga coronavirus.
Los argumentos usados por los empleadores para privar del salario a sus trabajadores -en caso de que algún familiar de un operador u operadora se contagie por el virus-, refieren a que directamente el empleado debe estar enfermo, de lo contrario solo se otorgará un permiso sin goce de sueldo, pese al protocolo de aislamiento domiciliario emitido por la Secretaría de Salud. Entonces, ¿qué ocurre con las familias que son privadas de su salario para hacer frente a los gastos derivados del contagio por COVID-19?
Es inaceptable que mientras los bancos y las empresas ensanchan sus bolsillos con base en el trabajo que cada operadora y operador destina con sus llamadas, se mantenga una política de despidos o de privación salarial. Nos les basta que expongan sus vidas ante el riesgo de contraer el virus o que laboren bajo condiciones insalubres e inhumanas.
Por ello, es necesario no normalizar este tipo de situaciones y no conformarse con migajas, la pandemia demostró que sin trabajadoras y trabajadores sus ganancias no existen.
Por ello, es necesario no normalizar este tipo de situaciones y no conformarse con migajas, la pandemia demostró que sin trabajadoras y trabajadores sus ganancias no existen.
La organización entre jóvenes, mujeres y trabajadores es clave para conquistar nuestros derechos laborales, para exigir el pago y aumento salarial que alcance para cubrir los gastos de la canasta básica o en caso de contagio hacer frente a los gastos derivados de éste.
Tenemos que organizarnos para pelear por la prohibición de los despidos, por trabajo digno y, en el contexto de la pandemia, por la exigencia de condiciones de seguridad y salubridad.
Trabajadores de call centers en otros países han comenzado a levantar la cabeza y a hacer sus primeras experiencias en paros y huelgas como sector, en México también podemos organizarnos para exigir todos nuestros derechos. Es momento de romper el silencio.
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