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Red Internacional
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NEPAL. Aumenta la cifra de muertos y heridos mientras la ayuda llega en cuentagotas

Viernes 1ro de mayo de 2015

Fotografía : Reuters

El número de muertos por el terremoto que el pasado sábado azotó Nepal superó los 6.000 y el de heridos los 13.000. En Katmandú y las zonas rurales la ayuda continua sin llegar a los sectores más pobres de la población, que son los más afectados por el terremoto.

Hasta ahora, la cifra de fallecidos en el seísmo es de 6.166 y la de heridos de 13.232, informó el Ministerio a través del Centro Nacional de Coordinación de Emergencia.
Al menos 130.000 viviendas resultaron totalmente dañadas y cerca de 85.800 parcialmente, de acuerdo con este organismo.

El sismo ocasionó cerca de 2,8 millones de desplazados en un país con una población de 28 millones de habitantes, según datos de organismos de Naciones Unidas, que estiman que son necesarios durante los próximos tres meses unos 415 millones de dólares en ayuda de urgencia.

Cientos de miles de personas abandonan el valle de Katmandú por la destrucción y el miedo a epidemias, pero organizaciones humanitarias como Cruz Roja y Médicos Sin Fronteras advierten de que la situación es peor en las zonas rurales.

Alrededor de 400.000 personas han abandonado Katmandú, donde miles de ellas continúan viviendo en las calles y los hospitales siguen saturados, aunque los comercios abren poco a poco y la electricidad se empieza a recuperar cinco días después del terremoto.

La ayuda cae a cuentagotas en los campamentos de las ciudades alrededor de la capital, según denuncian cientos de personas que han optado por un sistema de autoorganización para sobrevivir.

En la aldea de Ashrang, en Gorkha, uno de los distritos más afectados y a unas cuatro horas en automóvil desde Katmandú, cientos de nepalíes vivían a la intemperie con pocos alimentos y agua, pese a que en una oficina gubernamental cercana se almacenan cajas de galletas, jugo y sacos de arroz y trigo.

Comandos policiales cerraron los grandes portones de hierro del edificio, negándole el acceso a muchas personas mientras contaban los insumos de ayuda.

"Les dijimos que podemos arreglárnosla sin su ayuda", dijo el profesor de escuela Mohammad Ishaq, al que ofrecieron cuatro sábanas de plástico. "Es como si estuviéramos haciendo todo por nuestra cuenta, alimentando a nuestra gente y atendiendo a los enfermos", agregó.

Fuente: La Izquierda Diario / Agencias