El problema habitacional sigue siendo una de las deudas más fuertes del Estado, tanto a nivel local, provincial como nacional. En este contexto de pandemia se acrecentaron los conflictos por las tomas de terrenos y la única respuesta de los gobiernos fue la represión.
Jueves 13 de agosto de 2020 15:12
En este caso, en el barrio platense de San Carlos, se vivieron momentos de tensión y violencia, cuando un grupo de personas intentaron instalarse en torno a dos manzanas linderas a las calles 133 entre 35 y 36, para radicarse en medio de la problemática habitacional que padece el distrito.
Tras la denuncia de los propios vecinos, la Policía bonaerense se acercó al lugar, generando disturbios y violencia, lo que culminó con una brutal represión que incluyendo disparos con postas de gomas y la detención de cuatro personas.
Si bien, no hubo heridos, la intervención de la fuerza bonaerense que dirige Sergio Berni, intensificó el conflicto en el lugar, en donde un grupo de familias pretendían comenzar a subdividir el predio para instalarse en un contexto de crisis social y económica, profundizada por la pandemia de coronavirus.
Este no es un caso aislado en la región. La Plata es la ciudad bonaerense con más precariedad habitacional, cuanta con cerca de 200 asentamientos, en donde no sólo se vive una situación de hacinamiento, sino que la falta de servicios básicos como redes de agua potable, cloacas, tendido eléctrico o gas natural, complican la vida cotidiana de miles de familias.
Mientras el intendente Julio Garro garantiza la especulación inmobiliaria de empresas locales, aun habilitando construcciones que incumplen con la legislación urbana vigente. Se desliga de la problemática de fondo, negando el derecho de miles de personas al acceso a una vivienda digna.
La situación en la Provincia no es muy distinta, en las últimas semanas se conocieron casos de tomas de tierras, en distritos como Quilmes, Guernica, Florencio Varela, Cañuelas, La Matanza, Pilar, Presidente Perón, San Martín, Vicente López, José C Paz, Escobar, Mercedes y Merlo, entre otros.
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Según un relevamiento llevado a cabo por el propio Ministerio de Seguridad bonaerense, hay un intento de toma de terrenos por semana, con lo cual se habrían llevado a cabo 160 tomas en lo que va del 2020. Según este registro el territorio bonaerense cuenta con unos 1.800 asentamientos. Más allá del relevamiento y la respuesta represiva el gobierno de Axel Kicillof, no ha dado señales de avance en esta deuda habitacional que viene desde hace décadas.
La respuesta desde el Gobierno nacional, no fue muy distinta, ya que la propia ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat, María Eugenia Bielsa, se refirió al tema de las tomas de tierras en el conurbano como “situaciones más delictivas que reales”, admitiendo que “no cabe ninguna duda que existen necesidades”. Sin embargo, desde esta cartera, aun no se han presentado soluciones frente a un tema que debería estar en la agenda urgente de esta gestión.
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No cabe duda que este déficit habitacional, es sostenido por los Gobiernos sistemáticamente, ya que son el Estado junto a la Iglesia Católica, los acopiadores de terrenos improductivo más grandes del país, mientras un alto porcentaje de la población vive de forma precaria, sin acceso a los servicios básicos y en un alto grado de hacinamiento, lo que se intensificó en este contexto de pandemia.