La suba del boleto implementada desde mediados de febrero hace peligrar la idea de estudiar carreras de nivel superior para los jóvenes del interior de Mendoza. Hoy la Universidad está un 29,8% más lejos que hace un año.
Domingo 25 de febrero de 2018 14:08
El pasado miércoles 21 de febrero empezó a regir un nuevo cuadro tarifario para el trasporte público de Mendoza que se alza a un 29,8%. Fue impulsado por un decreto del gobernador de la provincia, y recordemos ex militante de Franja Morada, Alfredo Cornejo. Este nuevo aumento a los bolsillos de los mendocinos hace cada vez más difícil el acceso para miles de estudiantes a la Educación Superior.
Para los estudiantes de nivel universitario que viajan todos los días desde el interior de la provincia el aumento cada vez se siente más. Si tomáramos como ejemplo aquellos estudiantes que viajan desde el departamento de Rivadavia hacia la ciudad de Mendoza, el boleto de colectivo es de $57 pesos. Considerando que ese estudiante usa ese histórico derecho del medio boleto estudiantil el costo mensual sería de $1.140 pesos mensuales. A esto se le puede sumar el viaje de un micro interno, por ejemplo si se quiere viajar desde la terminal a la Uncuyo, lo cual sería un costo de $220 pesos más.
Además de esto, los estudiantes para pasar una jornada entera en la universidad no nos alimentamos del aire, necesitamos insumos como fotocopias y hojas para tomar nota. En el mejor de los casos el estudiante podría ir al comedor universitario, que este año aumentó un 33%, llegando a un costo de $20. Y si le sumamos unas tortitas (porque con la ración del comedor el hambre llega en la media jornada), tendríamos un costo mensual de $500. Ya con estos costos de estudio nos veríamos en la necesidad de convertirnos en licenciados del ahorro y tal vez podríamos llegar a cubrir nuestros costos de fotocopias y demás con $300 mensuales. Esto nos llevaría a un costo total mensual de $2.160 para poder estudiar una carrera universitaria viajando desde Rivadavia, 5 días a la semana.
Este esquema de costos lo podríamos trasladar para distinta zonas del interior de Mendoza. Si viajara desde Lavalle sería de $1.680 mensuales, desde San Martín seria de $1.920 mensuales y desde Tunuyán sería de $3,107 mensuales.
Con este panorama para los estudiantes de la provincia surge también un reclamo histórico, el boleto estudiantil gratuito para todos los niveles educativos de la provincia. Una demanda nada utópica ya que si los diputados, senadores y sus asesores cobraran como un docente, ese dinero alcanzaría para cubrir el costo del boleto estudiantil gratuito sin trasladar ese importe a los usuarios del transporte público. Es muy interesante pensar que esa misma casta política que el miércoles 21 de febrero votó reducir el monto de las multas a los empresarios de trasporte (lo que implica mayor facilidad para seguir precarizando el trasporte público), es la que hoy no trata el boleto gratuito para los estudiantes de la provincia.
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La suba del boleto afecta de manera directa la gratuidad de la Educación Pública y sigue reproduciendo las condiciones estructurales de desigualdad, donde los sectores más humildes de la provincia de Mendoza hoy se encuentran un 29,8% más lejos de acceder a la educación superior.
A pesar de estar en boca de todos las malas condiciones de educación mendocina, los órganos de representación del movimiento universitario parecen estar impotentes ante la realidad de los y las estudiantes y docentes. La Federación de estudiantes de Cuyo (FUCuyo) que nuclea a 14 facultades de la provincia y es cogobernada por la Franja Morada y Mayoría Estudiantil tendrían que estar a la cabeza de la lucha por el boleto educativo gratuito y la defensa de la Educación Pública.
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Por eso tenemos que redoblar la pelea por el boleto educativo gratuito y por la defensa de la Educación Pública. Necesitamos transformar nuestros Centros de Estudiantes en verdaderas herramientas de autorganización para poder así pararle la mano a Cornejo y los ataques del gobierno. El movimiento estudiantil organizado y en las calles junto a los y las trabajadoras será clave.