Después de la reunión entre Macri y el papa, José María Arancedo, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, destacó la buena relación.
Martes 18 de octubre de 2016
A la reunión que sostuvieron Mauricio Macri y el papa Francisco el sábado pasado le siguieron nuevos gestos y declaraciones que dan cuenta del aval que, por ahora, otorga la Iglesia Católica a la política del Gobierno nacional.
Este lunes fue el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo, el que salió a afirmar que la relación “está como debe estar” y que se trata de un vínculo de “autonomía y cooperación que le hace bien a las dos partes”.
La definición, sin embargo, pone de manifiesto los límites de esta nueva relación. “Hay que saber distinguir para unir” agregó Arancedo, en una afirmación elíptica para decir que esto no es apoyo explícito ni total.
Las declaraciones tuvieron lugar luego de una reunión que mantuvieron algunas de las cabezas de la Iglesia argentina con el papa Francisco, en el marco de la jornada de beatificación del Cura Brochero, ocurrida el pasado domingo. Junto al papa y Arancedo, allí estuvieron el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Poli; el arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello; y el obispo de Chascomús, monseñor Carlos Malfa.
La ceremonia por la beatificación Brochero también puso en evidencia el estrechamiento de esa relación. Por parte del Gobierno nacional estuvieron el embajador ante la Santa Sede, Rogelio Pfirter y el embajador ante Italia, Tomás Ferrari. A ellos se sumó además el ex funcionario de la dictadura y del menemismo, y actual secretario de Culto, Santiago de Estrada. Quien llegó un poco más tarde a la ceremonia, pero fue centro de múltiples agradecimientos, fue la canciller Susana Malcorra.
En este acercamiento hay que mensurar no solo el apoyo político de la Iglesia para que Macri llegue hasta las elecciones de 2017, sino también el giro del mismo Gobierno hacia una agenda discursiva donde incluye los problemas de la pobreza en Argentina.
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No está recordar que la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, fue quien afirmó en el Coloquio de Idea que “la teoría del derrame ya demostró que no incluye”. La frase debe haber sonado como música celestial en la sede del Vaticano que, desde la llegada de Francisco, reitera un discurso de similares características. En ese marco, según la versión de Macri, no extrañaría que haya sido efectivamente reivindicada por el papa en el encuentro del sábado pasado.
Para no alegrarse tanto, el Gobierno debería seguir mensurando los gestos del papa. Este lunes, en una nueva conmemoración del Día de la Lealtad, Francisco recibió al senador Pino Solanas. Allí, a diferencia de la reunión con Macri, lo que sobraron fueron las sonrisas.