Dia de la Lealtad. Axel Kicillof reunió a buena parte del peronismo y posó de presidenciable mientras arde la interna

En un acto que contó con la presencia de la CGT, la CTA y de varios sectores de los movimientos sociales, Axel Kicillof habló durante cerca de una hora. Fabián Cagliardi, intendente Berisso y anfitrión del evento, presentó al gobernador como el “futuro presidente de los argentinos”, dando la impronta proselitista de un 17 de octubre marcado por las internas que atraviesan al peronismo. Sin ir más lejos, hubo otros dos actos del peronismo esta misma tarde de jueves y Cristina Kirchner recorrió más temprano la Universidad de Avellaneda.

El discurso de Kicillof estuvo atravesado por las críticas a Milei, intentando ubicarse como cabeza de la oposición y del peronismo, en su rol de gobernador de la provincia con mayor cantidad de habitantes y con peso económico decisivo. En este sentido, afirmó que “volverá al gobierno el peronismo”, que los “mejores días están en el futuro” y le pidió a Milei “¡Basta de joder al pueblo, a los laburantes, a los empresarios!”

En el palco, muy cerca del ex ministro de economía, se ubicaron entre otros Pablo Moyano, así como varios intendentes y funcionarios de su gobierno, entre otros el intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi, duramente enfrentado con Máximo Kirchner o la vicegobernadora Verónica Magario. Muy cercano a Kicillof se ubicaba el Andrés “Cuervo” Larroque, quién jugó un rol central en el desalojo de las familias sin techo de Guernica que peleaban por un techo para vivir en plena pandemia. Notoria fue la presencia del intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, procesado por abuso sexual.

La Cámpora, al igual que Cristina Kirchner, no se hizo presente, luego de que hace pocas semanas Máximo Kirchner tirara varias indirectas contra el gobernador. La militancia camporista cantó en aquella ocasión “Si querés canciones nuevas, te presto las mías” en clara referencia a Axel Kicillof. En consonancia con esto, desde el entorno del gobernador se negaron a confirmar que hubiera existido una reunión con la ex presidenta durante la semana, aunque allegados a Cristina Kirchner lo confirmaron.

A lo largo de su intervención, Kicillof advirtió a la justicia sobre el posible intento de proscripción a Cristina en un fallo que se conocerá el mes próximo y podría llegar a inhabilitarla para ocupar cargos públicos de por vida. También hubo guiños a CFK al mencionar alrededor de este tema que en su última carta planteó que “acá no sobra nadie”, buscando ubicarse por arriba de las internas, intentando hegemonizar un peronismo que a cada semana viene dando muestras la importante crisis que lo atraviesa. En este mismo sentido evitó pronunciarse acerca de la interna en curso para la conducción de la presidencia del PJ, donde en 48 horas es el cierre de listas para la elección de autoridades. Allí se cuentan por ahora la lista del gobernador riojano Ricardo Quintela, así como la de Cristina Kirchner.

Poco después de finalizado el acto de Kicillof, el camporista Mariano Recalde afirmó en otro de los actos por el Día de la lealtad, en este caso en la Federación de Box en la Ciudad de Buenos Aires, “Yo sí me quiero meter en una interna para bancar a Cristina”. Señales para que quede claro que la interna sigue parece que sobran.

En lo que puede interpretarse también como un palo a Máximo Kirchner, Kicillof planteó que no alcanza con los dirigentes y reivindicó las movilizaciones de jubilados y estudiantes contra los ataques del gobierno nacional. Aunque contrasta con lo planteado por el hijo de Cristina Kirchner y presidente del PJ de la provincia de Buenos Aires, que había planteado respetar el veto presidencial por tratarse de una facultad constitucional, Kicillof no dudó en clarificar su perspectiva: “Tenemos que ser alternativa: este proyecto le va a poner el año que viene un freno a Milei en la urna”. El entusiasmo del gobernador con la perspectiva de las urnas contrasta de lleno con el ajuste brutal que se desarrolla con su saldo en el crecimiento de la pobreza y la desocupación. Pero también con que el plan de Javier Milei sigue su curso en gran parte acompañado por los diputados y senadores peronistas que vienen levantando la mano para garantizar que salgan leyes claves para el gobierno. La eterna parálisis de la CGT, presentes todas sus alas para festejar el “Día de la lealtad”, juega el mismo partido, negociando a espaldas del conjunto de los trabajadores nuevos aspectos de reforma laboral.

El ex ministro de economía de Cristina Kirchner denunció que el RIGI “es un saqueo de los recursos naturales". La definición, indudablemente cierta, tal como denunciaron oportunamente los diputados del Frente de Izquierda, no deja de ser llamativa escuchándola de parte de Kicillof, quién impulsó una ley de similares características en la legislatura bonaerense.

Más allá de las aspiraciones electorales poco disimuladas de Kicillof, la realidad política de este país se muestra dinámica. Sin ir más lejos, el protagonismo que en los últimos días ocupa el movimiento estudiantil con tomas de facultades, marchas y otras acciones de lucha supone una importante crisis y un fuerte golpe para el gobierno libertario, con el potencial de desarrollarse y motivar a otros sectores golpeados por el ajuste en curso para que comiencen a levantar sus demandas, como se expresa en la amplia solidaridad que este movimiento viene cosechando. Esa es la perspectiva que es necesario desarrollar para tirar abajo el conjunto del plan reaccionario del gobierno derechista. El peronismo, entre internas y la larga espera a lo que digan las urnas en 2025 o 2027 ve de lejos este desarrollo.

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