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Red Internacional
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OPINIÓN. Bárbara Figueroa y elecciones presidenciales: “soy militante del Partido Comunista, el PC apoya a Alejandro Guillier y voy a votar por Guillier”

Durante el último gobierno de Bachelet, el sindicalismo oficialista de la CUT fue ampliamente criticado por su constante cercanía con el gobierno. En una entrevista con La Tercera, Bárbara Figueroa marco su posición frente a la presidencia

Domingo 17 de septiembre de 2017

Faltando pocos meses para las elecciones, varios debates han comenzado a estar en la agenda de los 8 candidatos presidenciales. Y es que los últimos meses han estado cargados de discusiones que serán fundamentales para la próxima administración.

Desgraciadamente uno de los grandes temas ausentes han sido los derechos de los trabajadores. Y es que el mundo del trabajo ha estado ausente del debate desde la aprobación de la reforma laboral. Al parecer el costo de haber abalado dicha reforma dejó en muy mal pie a un sector los trabajadores. Ejemplo de esto es lo que ha pasado con la CUT, que más allá de la típica crítica que se suele hacer a modo de balance, ha mantenido durante los últimos cuatro años una clara colaboración con el gobierno.

Aun cuando Figueroa intente “aclarar” que “se malinterpreta el rol de la Central cuando se dice que nos hemos identificado con el gobierno”, lo cierto es que estuvo lejos de mantener una posición independiente.

Esta posición de colaboración fue más que clara durante la tramitación de la reforma laboral, que aun cuando criticaron algunos puntos, los dirigentes nacionales defendieron, con uñas y dientes lo que ellos consideraban como “avances”, cuando de conjunto la reforma fue un retroceso en varias materias para el mundo sindical.

En la entrevista concedida al diario La Tercera, la presidenta de la CUT afirma que “si no queremos que la derecha vuelva al gobierno, tenemos que actuar para llegar a la máxima unidad social y política que permita que los procesos de cambio y de transformación se consoliden.” Es decir, nuevamente buscan subordinar los intereses de los trabajadores tras alguna variante patronal.

Figueroa no teme mencionar a su candidato: Alejandro Guillier, el mismo que el 2009 dijo que votaría por Piñera bajo ciertas condiciones y que paga por informes copy/paste o millonarias asesorías.

El próximo gobierno probablemente será de derecha

Cuando Piñera salió electo del 2009 muchos analistas coincidían en que su llegada al poder se debía más a la crisis de la Concertación que a la fortaleza de la derecha. Pero el actual escenario es muy diferente.

Desde el 2011 en adelante han sido distintos movimientos sociales los que han ido marcando la agenda (educación, trabajo, previsión, etc.) y el gobierno de Bachelet buscó mediar esas expectativas con su programa de reformas, pero la Nueva Mayoría intentó dejar contentos a todos y finalmente no dejo contento a nadie.
Esta insatisfacción ha podido ser canalizada por Piñera pero su programa está lejos de ser un sentido común entre los votantes, por lo que temas como el aborto, gratuidad o previsión social, han sido un constante dolor de cabeza para la derecha.
Pero aun cuando el escenario da pie para polarizar los debates, la CUT y el mundo sindical no han sido capaces de posicionar una agenda que incomode.

Por más que Figueroa haga referencias de que Piñera sería un mal gobierno para los trabajadores, la CUT no ha movido ni un dedo para fortalecer la organización de los trabajadores para enfrentar las políticas laborales que este podría impulsar los próximos años.

Hoy las y los trabajadores estamos expectantes frente a la contienda electoral, la renovación que implicarán las parlamentarias seguro generará expectativas e ilusiones. Por eso las organizaciones sindicales no puede simplemente mantenerse al margen o como un tercero neutral.

Para el próximo periodo será de vital importancia apostar al fortalecimiento de la organización de los trabajadores, seguro surgirán nuevos referentes y agrupaciones y la izquierda y los revolucionarios no podremos estar al margen de estos debates.