Al parecer no se salva nadie, Miguel Barbosa actual gobernador de Puebla se suma a la lista de Lozoya.
Martes 18 de agosto de 2020
En una lista que parece no tener fin, Emilio Lozoya, exdirector de PEMEX, acusó al gobernador de Puebla, Miguel Barbosa y otros seis exfuncionarios de recibir sobornos millonarios en favor de la reforma energética aprobada bajo el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Lo que afirma Lozoya es que entre 2013 y 2014, los recursos se entregaron en efectivo según como lo fuera ordenando el exsecretario de hacienda Luis Videgaray.
También aseguró que fue petición de Miguel Barbosa el trasladar a su hermano de la terminal de almacenamiento de Pemex, en Guerrero, a las oficinas centrales en Ciudad de México. Además, según Lozoya, recibiría 100 mil dólares por la garantía de que el PRD no se opondría a la reforma energética.
Los otros implicados que en esos años recibieron sobornos -que sumaron 80 millones de pesos- son Ricardo Anaya exdiputado federal y excandidato presidencial por el PAN, los exsenadores panistas Ernesto Cordero, José Luis Lavalle Maury y Salvador Vega Casillas, así como el hoy gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez y el exsenador del PRI, David Penchyna. Los representantes legales de Lozoya afirmaron, sin embargo, que esos nombres y la declaración no son parte de la denuncia hecha ante la Fiscalía General de la República.
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Por su parte, Miguel Barbosa aseguro vía twitter y a través de algunos medios que, como senador, nunca tuvo relación alguna con Lozoya. Y para buscar deslindarse aseguró que cuando la reforma energética llegó al senado, se encontraba en estado grave de salud, pero "estuvo en contra de la reforma energética".
Lo cierto es que para la aprobación de las reformas estructurales tanto el PRI, el PAN y el PRD tuvieron total acuerdo con el llamado Pacto por México, un acuerdo en las alturas que implicó un ataque a las condiciones laborales y educativas, así como la entrega de los recursos energéticos nacionales.
Y a pesar de la supuesta oposición del PRD a la reforma energética, no significó un peso real para que esta no se aprobara, más bien corroboró su papel, por esos tiempos, como pata izquierda del régimen para contener el descontento social.
La implicación de Barbosa, gobernador de Puebla por Morena (partido construido en gran medida con las excrecencias de los partido del Pacto por México) en el caso Lozoya es muestra de los costos políticos que puede traer para el actual gobierno y para el régimen destapar todos los casos de corrupción. Sin duda algo histórico en la política mexicana, donde ya hay dos expresidentes implicados y altos funcionarios de estos gobiernos. La cuestión sigue siendo hasta donde llegará el gobierno, si no sólo se quedará en la batalla mediática rumbo a las elecciones.
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La verdadera justicia además del juicio y castigo a los responsables de aprobar las reformas estructurales tendría que empezar por echarlas atrás. Sólo la movilización en las calles puede imponerlo.
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