Finalmente y tras un mes de declaraciones en los medios, reuniones de pasillo y rumores, CiU, ERC y la CUP fuerzan un pleno extraordinario para que se vote si el consistorio catalán decide adscribir Barcelona en la lista de Municipios por la Independencia.
Ivan Vela @Ivan_Borvba
Martes 25 de agosto de 2015
El pasado 21 de julio la Cup y ERC hicieron pública su voluntad de que la capital catalana formara parte de los municipios que están a favor de la independencia de Cataluña. Por aquel entonces las dos formaciones contaban con tan solo 8 regidores, frente a los 11 necesarios para forzar un plenario extraordinario de este tipo. Desde ese momento se iniciaron conversaciones con los regidores de CiU, llegando a un acuerdo para que finalmente se pueda celebrar este plenario monotemático que tan solo debatirá la citada propuesta.
Según la legislación municipal actual, una vez se presenta la petición de plenario extraordinario, el consistorio tiene un margen de 15 días para su celebración. Por lo tanto, la alcaldesa Ada Colau deberá programar el debate antes del 11 de septiembre, fecha de la Diada de Cataluña.
Estas dos semanas, por otro lado, serán el tiempo que dispondrán las formaciones de ERC, la CUP y CiU para convencer al resto de regidores. Para la celebración del plenario les ha servido la suma de tres regidores de CiU, no obstante para la adhesión efectiva de Barcelona a la lista de municipios por la independencia, se requiere de una mayoría, fijada en el caso de la capital catalana, en 21 regidores.
Esta iniciativa deja conclusiones encontradas. Para CiU vuelve a ser una prueba para la cada vez más debilitada coalición burguesa. Si bien en el consistorio catalán forman grupo conjunto, no hay que olvidar que de cara a las elecciones autonómicas del próximo 27 de septiembre la coalición se presentará por separado.
Para ERC y la CUP supone poner en la agenda política un punto de sus programas electorales. En el caso de la segunda, vuelve a ser un guiño a la confluencia, si bien por ahora esporádica, con CiU y ERC, dejando de nuevo de lado la alternativa de una posición independiente frente a estas dos formaciones.
Para Barcelona en Comú supone otro frente abierto, un nuevo dolor de cabeza a su dubitativa opinión frente al proceso catalán. En las últimas horas la líder de la formación y alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha manifestado que BeC se abstendrá en el plenario extraordinario para decidir o no la adhesión de Barcelona a la lista de municipios por la independencia.
Después del triunfo de Barcelona en Comú, Ada Colau ha ido estableciendo negociaciones con ERC (Esquerra Republicana de Catalunya) y PSC (Partido Socialista de Catalunya) para gobernar en el Ayuntamiento. Es por ello que ya en su momento, Junqueras declaró ver muy difícil reeditar un “tripartit”, en referencia al acuerdo de gobierno entre el Partit dels Socialistes, Esquerra e Iniciativa, que gobernó siete años en la Generalitat desde 2003 debido sobre todo a que el PSC está por fuera de la hoja de ruta independentista.
Por su parte, Ada Colau afirmó sucesivas veces que no aboga por la independencia de Catalunya, aunque a diferencia de Podemos votó sí-sí en la consulta alternativa del 9-N contra la prohibición del ejecutivo en Madrid. Es por esta (estrambótica) configuración de pactos de gobiernos que BeC y Ada Colau se encuentran en un difícil equilibrio. La forma de dilatar un posicionamiento claro por su parte ha sido apelar a la necesidad de resolver este asunto mediante una consulta ciudadana.
Todo esto se suma en medio de la polémica que la rodea frente a su presencia o no en la próxima diada. Ante esto, Ada Colau tan solo ha apuntado que se está pensando desde BeC la mejor forma de participar en este acto.
