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Red Internacional
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PANDEMIA Y CRISIS ECONÓMICA. Barry: “Hay que unir el reclamo de los trabajadores y pequeños comerciantes contra los poderosos”

Esta frase la pronunció la diputada del Frente de Izquierda, Alejandrina Barry, ayer jueves en la Legislatura porteña, donde se votó quitar impuestos a las constructoras y negocios gastronómicos. Medida que beneficia a las grandes cadenas y mega constructoras, mientras no soluciona el problema a los pequeños comercios en crisis.

Viernes 28 de agosto de 2020 00:09

Alejandrina Barry "Esta ley no viene a solucionar el problema de los pequeños comerciantes" - YouTube

El día jueves 27 de agosto se votó entre otros proyectos, un proyecto de exención de ingresos brutos al sector gastronómico y a la construcción. Esta medida impulsada por el oficialismo del PRO, encontró el acompañamiento del Frente de Todos.

La diputada Alejandrina Barry argumentó el voto en contra del bloque del Frente de Izquierda, ya que la ley beneficia una vez más a las megaconstructoras y cadenas gastronómicas multinacionales, mientras que deja de lado a los pequeños comerciantes que tanto sufren la crisis económica, agudizada por la pandemia y los trabajadores. “Decenas de proyectos están presentados para beneficio de los pequeños comerciantes y los trabajadores, pero acá ni llegan al recinto”, denunció.

Haciendo un raconto de la crisis en el sector gratonómico, Barry declaró: “Tan solo el año pasado en la Ciudad se cerraron 600 comercios, con la pérdida de 15.000 puestos de trabajo. Eso fue por el ajuste del macrismo y los tarifazos que pulverizó el poder adquisitivo del pueblo y la opción de ir a comer afuera quedó en el pasado. Mientras fueron proliferando las grandes cadenas como Mc donalds, Burger, Starbucks, multinacionales que gozan de todo beneficio, y sobre todo tienen abaratado sus costos por la precarización y la super explotación a sus trabajadores”, señaló la diputada.

Este año, con la pandemia del Covid-19, esta crisis que el sector venía arrastrando del período anterior, se profundizó, teniendo que cerrar 19.000 comercios, según datos del Indec, y 23.000 según la Cámara de Comercio. Y sin embargo, la ley en cuestión no soluciona el problema de los pequeños comerciantes, porque es insuficiente la exención impositiva, ya que no resuelve el gran problema del crédito para financiamiento. Algo que si tienen resuelto las multinacionales gastronómicas.

Estas mismas multinacionales de comidas rápidas son las que precarizan a nuestra juventud, como denunció Barry “los jóvenes trabajadores de comidas rápidas, que comienzan a trabajar a los 16 o 17 años son superexplotados: no tienen ART, ni obra social, y tampoco les otorgan las licencias y el aislamiento por casos sospechosos de Covid-19. A pesar de que están en blanco, desde el comienzo de la pandemia las grandes cadenas les bajan los sueldos o no les pagan el aguinaldo, a pesar de recibir el ATP del Gobierno Nacional. En Wendy por ejemplo, llegaron a pagarles 0 pesos de aguinaldo a los pibes”.

En una asamblea de jóvenes precarizados de comidas rápidas realizada recientemente, las y los jóvenes trabajadores denunciaron que además de incumplir con sus derechos laborales, no respetan los protocolos para cuidar de su salud y los persiguen sindicalmente si reclaman o quieren organizarse. Por eso estos jóvenes dicen que “la pandemia son los empresarios”: no solo no respetan sus derechos laborales ni sindicales sino tampoco el mínimo derecho a la salud.

Barry reivindicó que estos jóvenes, pibas y pibes se estén organizando para reclamar y pelear por sus derechos, a pesar de los dueños de las empresas y el gobierno que avala.

Respecto a los pequeños comerciantes, Barry remarcó la necesidad de que haya políticas que los favorezcan, a través del otorgamiento de créditos accesibles por parte de los bancos: “¿Por qué no estamos discutiendo créditos a tasa cero, por ejemplo? Los grandes ganadores, como en toda crisis, siguen siendo los bancos. Este año con la pandemia, en abril, en el momento en donde estos comercios cerraron, los bancos quintuplicaron sus ganancias con relación a marzo. Pero eso no se discute. Tampoco la ley de endeudamiento que votó esta legislatura por u$ 150 millones, que todavía no sabemos a dónde fueron, y los únicos que votamos en contra fuimos del Frente de Izquierda”.

¿Por qué tampoco se discute un impuesto a las grandes fortunas? Ese impuesto que está cajoneado hace meses, que el gobierno viene amagando pero nunca presenta, mientras los únicos que lo presentaron fueron las bancas del FIT con Nicolás Del Caño. “Un impuesto a los grandes bancos, a las grandes constructoras, al juego, de donde se podría sacar plata para ayudar a los pequeños comerciantes y trabajadores”.

Por último, respecto a la crisis y el cierre de los restaurantes y bares de barrio, Alejandrina Barry marcó una paradoja que se da en este momento de crisis: en una Ciudad donde la desocupación alcanzó el 14%, y en la zona sur el 21% y prolifera el hambre, se cierran los locales de comida. Citando al geógrafo y teórico social marxista británico David Harvey, finalizó: “Estamos discutiendo que se cierran locales de comida cuando hay hambre. Por ejemplo, en la ciudad de Nueva York varios sistemas de restaurantes han permanecido abiertos, y gracias a las donaciones, están proporcionando comidas gratuitas a la masa de la población que ha perdido sus trabajos y no puede desplazarse. En lugar de decir, ‘bueno, está bien, esto es lo que hacemos en una emergencia’, por qué no decimos: ‘este es el momento en que podemos empezar a decir a esos restaurantes que su misión es alimentar a la población, para que todo el mundo tenga una comida decente al menos una o dos veces al día’, que tanto falta en esta ciudad más rica del país”.

Una vez más en nombre de la “reactivación económica” se vuelve a beneficiar a las megaconstrucciones y a las cadenas multinacionales de comidas rápidas. Estos ambos sectores son los beneficiarios de la mayoría de las políticas del PRO porteño, es el modelo de Ciudad que viene imponiendo Larreta. En esta oportunidad acompañado por el Frente de Todos.

Un impuesto a las grandes fortunas de la Ciudad, permitiría poder otorgar créditos a tasa cero por intermedio del Banco Ciudad a todos los pequeños comercios, como un paleativo. Pero el destino de los pequeños comercios está atado al de sus clientes que son el pueblo trabajador que deben pelear por no perder su poder adquisitivo. Por eso fue tan justa la frase de la diputada Barry “Hay que unir el reclamo de los trabajadores y los pequeños comerciantes contra los poderosos. Para que la crisis la paguen las multinacionales y no el pueblo trabajador”.