Los Golden State Warriors vencieron 110-102 a Cleveland Cavaliers en Ohio en el tercer partido de las Finales de la NBA. Mucho más equipo, con un Curry ausente pero con un demoledor Durant que anotó 43 puntos y un triple decisivo, colocaron el 3-0 y se pusieron a tiro del bicampeonato.
Jueves 7 de junio de 2018 10:13
Como era de esperar, Cleveland Cavaliers salió mucho más agresivo que su rival, y que ellos mismos en comparación a los primeros dos partidos. No tuvo tanta dependencia de LeBron, que obviamente siguió siendo el arma principal, pero los jugadores secundarios aportaron más que en los últimos partidos. Kevin Love empezó muy intenso, cumpliendo el rol de figura, anotando de larga distancia y consiguiendo rebotes ofensivos.
Los Cavaliers llegaron a sacarle 12 puntos de ventaja al campeón a la mitad del primer cuarto, pero ambos tenían intensidad ofensiva y los Warriors consiguieron quedar abajo solo por uno al final del cuarto.
Cleveland abusaba con los rebotes ofensivos, triplicaba a Golden State en puntos en segundas oportunidades, pero aún así no lograba sacar una gran ventaja.
El segundo cuarto empezó muy parecido, Cleveland sacó más de 12 puntos de ventaja, Golden State falló mucho, en especial Curry, pero Kevin Durant con un par de triples dejaba a los Warriors abajo por 6 puntos al finalizar la primera mitad.
Los Warriors abusaban, en cambio, de los tiros rápidos, no eran un equipo organizado. Esto solía beneficial a los Cavs, pero por el poderío individual de los de Oakland, se emparejaba la cosa. Pocas veces los Warriors movían la pelota, pero cuando lo hacían encontraban tiros cómodos. Cleveland proponía un juego más físico, y encontraba más puntos en jugadores que no habían aportado mucho. El segundo cuarto finalizó 58-52 para los de Lue.
Bendito 3/4 para Golden State, como en todos los playoffs. Hasta este partido llegaban con un +71 en puntos, si sumamos los terceros cuartos de los partidos de playoffs, el único tercer cuarto que habían perdido fue, justamente, el último partido ante los Cavs, pero ya habían sacado una amplia ventaja antes. Este partido no fue la excepción.
Además del poderío ofensivo, en este cuarto fue clave la defensa, en especial de Draymond Green. Más allá de los números, aporta ganas, pasión y energía. Marcó excelentemente a LeBron James, no dejaba que penetre, le cortaba la línea de pase, lo ahogaba con presión cuando cortaba el dribbling. Kevin Durant seguía haciendo un papel extraordinario en ataque, y veíamos probablemente el peor partido de Stephen Curry en estos playoffs, fallando absolutamente todo; aún así los Warriors ganaron ese cuarto 31-23, y el partido era de ellos 83-81.
En el último cuarto, se vio lo mejor de toda la eliminatoria. Cleveland se veía obligado a ganar en casa, y Golden State sabía que si lo hacía tenía el anillo en el bolsillo. Apareció la figura de Rodney Hood, que anotó 15 puntos en 25 minutos, luego de muy poca participación. LeBron por supuesto mantenía a Cleveland en el partido, realizando otro triple doble. Curry llevaba 0-9 en triples, hasta que llegó el primero, cerca del final que ponía al frente a los Warriors. El partido fue igualadísimo hasta el final, cambiaron el liderazgo más de 10 veces.
Pero el campanazo llegó, como en el tercer juego de las finales pasadas, Kevin Durant anotó un triple kilométrico, muy lejano del aro, para llegar a sus 43 puntos (máxima marca suya en un partido de Playoff con los Warriors) y así darle una ventaja de 6 al campeón, que luego se estiró a 8 por 2 tiros libres a menos de un minuto del final.
Stephen Curry venía teniendo uno de los peores partidos de su carrera, con 1-14 en tiros de campo y 0-9 en triples, pero anotó un doble y un triple en 2 minutos, que fueron claves.
Fue 110-102 para el conjunto de California, que tiene todo dado para coronarse por segunda vez consecutiva.
Golden State a un paso del título, otra vez sacó ventaja en la segunda mitad, ésta vez fue de 14 puntos.
Algunos datos estadísticos históricos:
Fue el quinto partido en el que LeBron James consigue un triple-doble anotando 30 o más puntos (33p, 10r, 11a) y ni así alcanzó.
Solo 4 jugadores, desde 1984, consiguieron partidos de más de 40 puntos, 10 rebotes y 5 asistencias en unas finales de la NBA: Michael Jordan, Shaquille O’neal, LeBron James y Kevin Durant ayer (43p, 7a, 13r).
Y el más importante, ningún equipo en la historia ha remontado un 0-3 en una eliminatoria de Playoff, y ahora estamos hablando de unas finales. LeBron y sus Cavs remontaron un 1-3 en las finales del 2016 ante los Warriors, algo que nunca se había conseguido, pero era otra historia.
Está todo dado para que los Warriors sean campeones este viernes en Ohio, o como mucho esperar hasta el lunes para conseguir el anillo en casa.