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Red Internacional
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BARCELONA. ¡Basta de represión al movimiento de la vivienda! ¡Ninguna vecina fuera del barrio!

Este sábado tuvo lugar en Barcelona la manifestación unitaria del movimiento de la vivienda de la AMB (Área Metropolitana de Barcelona). Esta manifestación ha sido convocada a raíz de la represión que sufren las que luchan en defensa de la vivienda. Esta represión se ha visto aumentada en los últimos meses con multas, denuncias, detenciones y años de prisión.

Lunes 23 de enero de 2023

Nos encontramos en un momento de crisis capitalista donde la subida de precios, la congelación de los salarios y la devaluación del poder adquisitivo de las familias están a la orden del día. Una situación que se refleja en la mayoría de los aspectos de nuestra vida; la vivienda no es una excepción, al contrario, el derecho a una vivienda digna y asequible para todo el mundo es uno de los derechos más vulnerados por el sistema capitalista.

En los últimos años, el derecho a la vivienda ha sufrido una ofensiva terrible; 2023 se iniciaba con una subida de los alquileres en todas las capitales, con una subida más grande que la inflación, con un alquiler medio de 2.480€ en Barcelona o de 1.905€ en Madrid. Solo durante 2021 en Cataluña se ejecutaron 9.398 desahucios, 41.359 en todo el Estado Español. Una cifra que no se entiende teniendo en cuenta que en el Estado Español hay 3,4 millones de viviendas vacías.

Pero no solo es el derecho de la vivienda el que ha sido gravemente atacado, sino que el movimiento en defensa de este, ha sido criminalizado y atacado de manera constante por los diferentes gobiernos y administraciones. Desde el 2019 hasta el 2020 el movimiento por la vivienda en Catalunya registró 86 encausadas, 27 casos represivos y la suma de 150 años de prisión entre todos los encausados.

Una ofensiva de la Generalitat y los diferentes ayuntamientos del Área Metropolitana de Barcelona que funciona en clave de defensa de los intereses de los grandes tenedores, los fondos buitres y los bancos, que buscan hacer negocio con la vivienda y aumentar al máximo sus beneficios, ya de por sí millonarios.

Tenemos el ejemplo del caso represivo de Olzinelles, donde se pide a dos militantes del movimiento de la vivienda 6 años de prisión a cada uno por participar en el movimiento de la vivienda de Sants, por la defensa de un edificio liberado. O la Casa Orsola, una finca modernista de principios del siglo XX que hace dos años fue comprada por Lioness Inversiones SI, que pretende destruir la finca para convertir el espacio en pisos turísticos, motivo por el cual no renueva los alquileres de las vecinas y pretende echarlas cuando se les acabe el contrato. Las vecinas de la Casa Orsola se niegan a abandonar sus casas, es por eso que han convertido la finca del Eixample en un símbolo de la lucha por el derecho a la vivienda y de resistencia en contra de la especulación.

Ante esta situación, está clara la necesidad de organizarnos para luchar contra la especulación y los intereses de los capitalistas, es por eso que el pasado sábado 21 de enero el movimiento por la vivienda de la Area Metropolitana de Barcelona (AMB) convocó una manifestación unitaria, bajo el lema ‘Nos quieren de rodillas, nos encontrarán de pie’, para exigir al gobierno “progresista” y al govern de la Generalitat que se detenga la represión hacia el movimiento por la vivienda, la retirada de las multas y la absolución de los encausados.

Una manifestación con más de 10.000 personas, según la Comisión Jurídica del Movimiento por la Vivienda, que tiene que servir como ejemplo para seguir impulsando la lucha organizada en los barrios. Puesto que, aunque en los últimos meses se ha visto un aumento de la represión para las que luchan en contra de la especulación en los barrios, los diferentes sindicatos y organizaciones responden con esta manifestación, donde aseguran que no pararán de defender los barrios y su gente. Puesto que ante los ataques del capital solo queda la organización y la lucha.

Nosotros denunciamos totalmente esta represión que sufre el movimiento por la vivienda, y aunque no sea una novedad que los militantes de este movimiento sufran la represión por parte de los diferentes gobiernos que defienden los intereses de los fondos buitres, los grandes tenedores y los bancos, la situación en los últimos meses ha empeorado.

En un momento donde los alquileres suben igual que los precios de la compra, donde los salarios pierden poder adquisitivo y la juventud, las mujeres y las migrantes tenemos los curros más precarios, luchar contra la especulación que nos echa de los barrios es una necesidad.

Pero estos ataques del capital, y de los gobiernos que defienden sus intereses, no se acabarán únicamente consiguiendo parar desahucios o consiguiendo renovaciones “justas” de contratos de alquiler. Hace falta una organización desde la base, donde en los centros de estudio, los centros de trabajo y en los barrios se organice una respuesta, no solo para el problema de la vivienda si no, para cambiar esta situación de inflación, de guerra y de precariedad a la que nos encontramos.