El senador estadounidense Bernie Sanders se refirió al proceso que se desarrolla contra la presidenta suspendida de Brasil, y dijo que "parece un golpe de Estado". Sanders instó al Gobierno de Barack Obama a pedir "elecciones democráticas" en el país suramericano para resolver la crisis.
Miércoles 10 de agosto de 2016
Fotografía: Reuters
Sanders, quien compitió con Hillary Clinton en las internas demócratas, afirmó que está "profundamente preocupado por los esfuerzos para alejar del poder a la presidenta elegida democráticamente". "Para muchos brasileños y observadores, el controvertido proceso (de juicio político a Rousseff) se parece más bien a un golpe de Estado", indicó el popular senador por Vermont.
"El intento de alejar del poder a la presidenta Rousseff no es un juicio legal, sino político. Estados Unidos no puede quedarse en silencio mientras las instituciones democráticas de uno de nuestros aliados más importantes son socavadas", argumentó Sanders.
Estados Unidos debe "ponerse del lado de las familias trabajadoras en Brasil y demandar que esta disputa se resuelva con elecciones democráticas", opinó el legislador. Esta posición que en los hechos embellece al profundamente antidemocrático sistema electoral brasilero, no es exclusiva de Sanders, sino que es impulsada por varios sectores de la izquierda.
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Según Sanders, la suspensión de "la primera mujer presidenta de Brasil" se produjo "por motivos dudosos", y el nuevo Gobierno interino asumió el poder "sin un mandato para gobernar" y "abolió el ministerio de mujeres, igualdad racial y derechos humanos", además de anunciar un gabinete "compuesto únicamente por hombres blancos".
Además, el senador agregó que "La nueva Administración, que no ha sido elegida (popularmente), anunció rápidamente planes para imponer políticas de austeridad, aumentar la privatización e instalar una agenda social de extrema derecha".
Sanders compitió con Hillary Clinton en las elecciones primarias demócratas y cautivó a importantes sectores de la juventud y de trabajadores precarizados con un perfil “antiestablishment”, a pesar de haber adelantado su apoyo a Clinton en caso de perder la interna.
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Finalmente lo hizo a pesar de la filtración de escandalosos mails que involucraban a Clinton y el establishment del partido demócrata en la detracción de su candidatura.