Historia de la NBA: nota primera sobre la Gran Saga de “Los Chicos Malos” de Detroit, la ciudad motor.
Sábado 16 de septiembre de 2017
Habría unos cuántos jugadores para hablar antes que de este personaje. Más glamorosos, refinados, técnicamente superiores. En definitiva, mejores. Pero no es este el caso para hablar bonito de alguien. Sino sacarnos las ganas de escribir y leer sobre alguien diferente.
Prestemos atención, quizá sea éste el jugador más sucio de todos los tiempos. Hubo otros tantos “malos” importantes. Pero él se peleó y les pegó a todos ellos. No le hizo asco a nadie y tampoco les tenía miedo. Tanto es así que hicieron escuela, él y sus amigotes, los “Badboys” de los Pistons, de finales de los ochenta y principios de los noventa. Porque claro, no estaba sólo. A su lado tenía a un tal Dennis Rodman, quién años más tarde tomara el estandarte de jugador sucio y pendenciero de la liga. Con sus raros cortes de pelo, teñido de varios colores. Tatuajes, piercings (cuando todo esto llamaba la atención, no como hoy que es “cool”). Salía con Madonna, también cuando era una chica “mala” y transgresora. No como ahora que es todo corazón… en fin.
Dirigidos ellos intelectualmente por el grandísimo (si, grandísimo) Isiah Thomas. Uno de los cinco (o tres) mejores bases de todos los tiempos. Pese a quién le pese. Ni que hablar de Joe Dumars, que se encargó de arruinarle la vida (hasta que pudo) a un tal Michael Jordan. Declarado como el mejor defensor de “Su Majestad” de todos los tiempos. Tanto fue así que Jordan, cansado de que éstos atorrantes lo dejaran afuera de los playoffs, se metió en el gimnasio en busca de músculo. Para afrontar las palizas que le daban. Sabríamos luego que pudo vencerlos con creces. Pero el capitulo Bulls vs Pistons, un clásico de otrora, merece otro tratamiento.
All-NBA Bad Boys (Team B)
G: Gary Payton
G: Latrell Sprewell
F: Kenyon Martin
F: Karl Malone
C: Bill Laimbeer
6th: Stephen Jackson pic.twitter.com/nWJWjlcgu3— JG (@SkennySailors) 2 de agosto de 2017
No nos olvidemos de John “La Araña” Salley, un talentoso pivot, también desprovisto de moralismos. Y por último Rick Mahorn, un carnicero, con quién Laimbeer ya se había peleado antes. Cuando Mahorn jugaba en los Sixers. Su compañero ideal para adueñarse de los tableros y castigar a todos los que andaban por ahí.
Todos los grandes “pasaron por las manos” de Bill. A Larry Bird le pegó todo lo que quiso. Como a Kevin Mc Hale, Robert Parish y todos los populares Celtics. Para el “gordito” Barkley también hubo, y sabemos que con éste no se jodía, otro que le gustaba pelear. Sigue la lista, el enorme Patrick Ewing; Magic Johnson, a quién le borraba un poco de su eterna sonrisa. El musculosísimo Karl Malone. Hay mucho archivo de todos éstos encontronazos.
Odiado en todas las canchas, lo insultaban, rompían sus camisetas en las gradas, etc. Él parecía sentirse cómodo con todo este entorno.
Bill Laimbeer. Heart and soul of Bad Boys Pistons. Mind game specialist. A cheater who did everything to win. Mentor of Rodman. pic.twitter.com/9xGLAyxr2I
— Natural Blondie (@shoneysregular) 27 de agosto de 2017
Cierto es que también sabía jugar, un gran reboteador, de más está decir cosas de sus defensa. Y un dato importante. Para cuando hoy, re contra actualizados, en el básquet los hombres altos salen al perímetro a tirar de larga distancia, él con sus 2 metros y 11 centímetros era un buen triplero en ésa época. Un adelantado. Como nota de color podemos decir que ganó dos títulos consecutivos, 88-89 y 89-90, nada mal.
Debemos decir también que se lo acusa de arruinarle la carrera a un tal Larry Kristowiak. Luego de que le atestara uno de sus fauls. Pero esto sería más chisme que otra cosa. No reivindicaríamos tal acción si fuese adrede. Si bien exagerado en ocasiones en sus mañas y a veces de violento estilo de juego. Fue un jugador más que útil y de los que siempre necesita un equipo. Alguien siempre tiene que hacer el trabajo sucio.
Para terminar los dejamos un relato y video de un indignadísmo relator, JohnyMost, en uno de los playoffs contra los Celtics. En el cuál acusa a los Pistons de asquerosos, miserables y unas cuantas cosas más. Una pequeña muestra de lo que sucediera cuando Laimbeer y sus “Chicos Malos” estaban entrando en su apogeo y dominarían la liga.